Divisionismo
Desarrollo
Divisionismo y puntillismo son parientes muy cercanos. Sin embargo, el divisionismo posee cualidades sociales y formales que lo separan del inocuo cromo-luminismo de los franceses. Los artistas que practican el divisionismo son inconformistas sociales, frecuentemente vinculados al anarco-sindicalismo o a lo que posteriormente se establecerá en el nacional-socialismo del fascio de Mussolini. Los puntillistas carecen de ninguna intención social. Además, la técnica divisionista difiere un tanto de la puntillista. Sus pinceladas son más largas y fluctuantes, lejos de la mesura aburrida de los puntitos coloreados de Seurat o Signac . Esto les permite realizar composiciones más dinámicas, cercanas a los planteamientos de lo que será el Futurismo , que requiere introducir el desplazamiento de los cuerpos en el espacio y en el tiempo. Además, no se restringen a la colocación de pinceladas en colores primarios que luego la retina ha de mezclar para obtener las gamas, sino que emplean colores tonales en franjas de color tan violentas que no es posible esperar una mezcla óptica de los mismos. Por último, el divisionismo se aproxima en su temática al simbolismo que se practicaba simultáneamente en Francia y Gran Bretaña: se ocupan por sus compromiso social en temas cargados de emoción y que resulten aleccionadores. Su influencia sobre el recién nacido futurismo se mantuvo hasta 1911, año en el cual el ímpetu del cubismo arrolló todos los estilos que intentaban abrirse paso entre las vanguardias europeas. Muchos de los autores iniciados como divisionisti, evolucionan hacia el Futurismo, que aprovecha tanto sus postulados como los de los cubistas, aderezados convenientemente con las nuevas ideologías imperialistas tendentes al próximo nacimiento del fascismo. Así, una obra como La Niña corriendo por el Balcón , de Giacomo Balla, es más fácil clasificarla como divisionista que como plenamente futurista.