Národní Galerie de Praga

En 1796 un grupo de ilustrados polacos constituye la Sociedad de Amigos Patrióticos del Arte, estableciendo entre sus objetivos la creación de una pinacoteca abierta al público de forma permanente. En 1804 se producen los primeros frutos al organizar una exposición itinerante de diversas colecciones privadas en distintos palacios nobiliarios. En 1813 ese incipiente museo se establece de manera permanente en el palacio Sternberk, junto a la catedral de San Vito, ampliándose más tarde a la cercana mansión Sternberk. Las diferentes donaciones fueron aumentando los fondos del museo hasta el punto de ser necesario un traslado a un lugar más amplio. Se eligió el palacio Rodolfinum en 1885, donde se alojaron las colecciones hasta 1918. Tras la Gran Guerra, el tercer piso de la Biblioteca municipal albergó durante un tiempo las obras de arte, aumentando sus fondos con las adquisiciones de obras de Goya, Rembrandt, Delacroix, Corot, Cézanne o Daumier, así como con diversas muestras del arte medieval checo. Tras la Segunda Guerra Mundial se otorga la estructura definitiva a la Nationalgalerie, uniéndose la primitiva pinacoteca creada por la Sociedad de Amigos Patrióticos del Arte a la galería de arte moderno establecida por el emperador Francisco José I, incrementándose las colecciones con obras procedentes de expropiaciones, fundamentalmente de la nobleza. Se reeligió el palacio Sternberk como emplazamiento del museo, dispersándose la colección por edificios cercanos como el monasterio de San Jorge, el palacio del Beldevere o el edificio renacentista de la Escuela de Equitación. El palacio Sternberk fue supuestamente diseñado por el arquitecto francés Jean Baptiste Mathey; a su fallecimiento (1695) las obras no habían avanzado en exceso por lo que se encomendó el trabajo al italiano Domenico Martinelli. También se baraja la hipótesis de que sea Giovanni Battista Alliprandi el creador de este bello edificio de planta ligeramente trapezoidal, centrado por un gran patio de honor en torno al cual se organizan las crujías. En sus salas podemos contemplar obra de los más prestigiosos artistas como Rembrandt o Rubens, junto a vanguardistas de la talla de Picasso, Miró, Chagall o Munch.