Tumba del Elefante

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Datos principales


Fecha

Siglo I a.C.

Autor

AUTOR ANONIMO,Anonymous artist

Lugar

Carmona

Localización

Carmona, Sevilla

Localización


Desarrollo


La Tumba del Elefante, en la necrópolis romana de Carmona (Sevilla), debe el nombre a una pequeña escultura recuperada en su interior. Por una empinada escalera se accede a un área trapezoidal, con un pasillo en su centro y dos amplios espacios sobreelevados a cada lado; en este lugar aún son visibles dos triclinia, esto es, los lugares donde se celebraban los banquetes funerarios, labrados en la propia piedra del cerro; a él se abren también una pequeña cámara de planta trapecial con vestigios de un banco y de una escultura del dios Atis, un pozo y un estanque, relacionados con un nicho presidido por el relieve de un personaje velado. Al fondo existen tres cámaras: una central, de planta rectangular, con un nuevo triclinio, otra septentrional, que es la verdadera cámara funeraria, y una tercera meridional, posiblemente una cocina; las dos primeras se encuentran comunicadas entre sí, de forma que desde la cámara principal resultaba visible la escultura de un elefante que aparecía en un lateral de la cámara funeraria. Manuel Bendala, el estudioso de este monumento, considera que más que de una tumba propiamente dicha se trata en realidad de un santuario del culto de Cibeles y Atis, que propugnaba para sus adeptos la creencia en la inmortalidad; con ello hay que relacionar la aparición de los relieves del dios Atis y de un sacerdote de Cibeles, así como de una piedra cónica que podría tratarse de un betilo, símbolo y representación de la propia diosa. Según Bendala, el triclinio de la cámara principal sería en realidad un santuario metroaco, en el que los seguidores de la divinidad se reunirían en las solemnidades correspondientes; durante el solsticio de invierno, el día 25 de diciembre, el sol del amanecer penetra en el interior de la cámara por un tragaluz abierto sobre la puerta de entrada y se proyecta contra la pared trasera, donde posiblemente existió un relieve alusivo a la divinidad. La tumba no sería por tanto una tumba cualquiera, sino que estaría en relación con el culto de Atis y Cibeles, sirviendo de santuario al mismo tiempo que de tumba, a los adeptos de este culto.

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