Parroquia del Carmen

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Datos principales


Fecha

1605

Lugar

Lucena

Localización

Lucena, Córdoba

Localización


Desarrollo


El 30 de Abril de 1599 la Majestad de Felipe III comunicaba al señor Corregidor de la ciudad de Antequera el recibo de una "relación" del Procurador General de la Orden de Carmelitas Descalzos, Fray Juan de San Juan, en la que se manifestaba el deseo de D? Ana Enríquez de Medonza, Condesa de Prades, de fundar en Lucena un monasterio de la citada Orden, dotándolo con sus bienes. Por ello se encomendaba al corregidor realizara las "averiguaciones" precisas para saber si la fundación sería útil para las necesidades religiosas del pueblo y no constituiría una carga para Lucena. Esta fundación investigadora, por ausencia del mencionado corregidor, recayó en el Alcalde Mayor de Antequera. Aceptada por el Consejo y los vecinos del común la fundación carmelitana, se iniciaron las obras de lo que será la primera iglesia, en el año de 1600, constituyéndose el convento el 19 del marzo de 1601 bajo la titularidad de San José. En tanto se finalizaron aquellos edificios, hoy desaparecidos, los frailes ocuparon unas casas anejas a los "alhoríes" de los Señores de Lucena, hasta que el "el día de la Asunción de 1605 se dijo la primera Misa y sermón en el Carmen nuevo, iglesia de San José, y este día llevaron el Santísimo Sacramento". Situado entonces en los extramuros de la ciudad, en un altozano sobre el populoso barrio de la Barrera, fue generosamente dotado por D? Ana Enríquez, cediéndole amplio sitio para el convento y huerta así como aguas para el regadío.

No obstante, hacia 1620 se iniciaron obras de ampliación de esta iglesia, que se prolongarían al menos hasta 1640. Pocas transformaciones de índole estructural sufrió posteriormente el templo, sede desde 1608 de la cofradía de Nuestra Señora del Carmen; cofradía cuyos estatutos fueron aprobados por el Obispo y que presentaba un doble carácter: penitencial y de gloria. Tras la exclaustración y la posterior venta de los bienes eclesiásticos, desapareció el convento totalmente, excepto lo que fue el albergue de su riquísima biblioteca, transformada en sacristía y casa rectora, tras el levantamiento de la parroquia actual el 1 de enero de 1891. La amplísima huerta pasó a propiedad particular, aunque aún en la actualidad conserva su cerramiento de mampostería. La parroquia de Nuestra Señora del Carmen es un claro ejemplo de la evolución arquitectónica del manierismo al barroco y de la notable influencia de lo herreriano en la arquitectura de la primera mitad del siglo XVII. Constituida como un prisma de mampostería en la fachada en la que se combina el sillar y el ladrillo, su planta es una cruz latina, respuesta a las tendencias contrarreformistas, con bóveda de medio cañón con lunetos y arcos fajones continuados a través de los muros por medio de pilastras. Una sencilla pero amplia cornisa moldurada marca la separación entre las bóvedas los muros, y precediendo a la capilla mayor se encuentra la cúpula, sobre pechinas decoradas con los blasones heráldicos de las casas de Comares y de Segorbe y Cardona.

La media naranja ostenta una decoración al fresco con motivos fitomórficos enmarcados por ocho radios que convergen en un gran florón central, motivo éste que se repite en el centro de las bóvedas entre los arcos formeros. La nave central presenta a derecha e izquierda series de cuatro capillas unidas entre sí y comunicadas con los brazos del crucero, en el cual, al lado del evangelio, se abre la puerta claustral, adintelada, que enlazaba el templo con el convento. A los pies de la iglesia y ocupando los dos primeros de sus seis tramos de nave se levantaba el coro, eliminado hacia 1950, y a ambos lados de la nave se hallan sendas tribunas nervadas y de planta mixtilínea, con barandilla de tornería, una de las cuales alberga el órgano. Exteriormente, y hasta la década de los sesenta, presentaba ante la fachada hermoso atrio cerrado con paños de rejería sustentados por columnas y pilastras de piedra, desafortunadamente sustituidos hoy por unos muretes de ladrillo. La portada es un paramento de piedra y ladrillo de dos cuerpos, coronado por un frontón triangular con óculo, rematado por cruz en el centro y bolas sobre pedestales cúbicos en los extremos. El primer cuerpo alberga la puerta flanqueada por pilastras, con arco de medio punto, a los lados de la cual se hallan sendas ventanas y una cornisa que corre horizontalmente desde los arranques del arco de entrada. Una simple faja de piedra marca la separación con el segundo cuerpo, sobre pedestal con almohadillados, donde en una hornacina avenerada aparece el titular del templo, San José, en piedra con el Niño Jesús de la mano.

En la partición del frontón se muestra, timbrado con corona ducal, el blasón enlazado de los Enríquez, con el de los Fernández de Córdova, Marqueses de Comares. Dos cuerpos, de menor altura, se adosan a la fachada, a derecha e izquierda, ambos con puertas adinteladas de piedra, con moldurajes rectos culminadas con remates piramidales, que conducían antaño y respectivamente al campanario y al convento. Sobre ambas puertas aparece en piedra el escudo de la Orden Carmelita y sobre ellos, en el cuerpo de la derecha, escudo de armas del Ducado de Segorbe, sustituido en el de la izquierda por una ventana enrejada. En sentido perpendicular a la fachada y sobre el muro de la epístola de la nave se levanta una airosa espadaña de ladrillo con dos cuerpos, el primero de los cuales posee dos huecos para campanas y se remata con un frontón triangular partido con las consabidas esferas. Sobre la partición se yergue el segundo cuerpo, con un solo hueco de medio punto para campana, culminado con un frontón triangular tras arquitrabe y friso. El Retablo Mayor es de madera tallada, dorada y policromada. Por su estilo puede considerarse contemporáneo de la portada de la iglesia, cuyos elementos decorativos de corte escurialense se repiten en su estructura. Consta de tres cuerpos: banco, principal y ático, estando los dos primeros divididos en tres calles separadas por columnas estriadas con capitel corintio sobre pedestales prismáticos. La calle central, muy plana, ostenta en el banco un sagrario con ligeros adornos laterales de talla de carácter fitomórfico; sobre él, traspasada una leve cornisa, se encuentra el manifestador, con arco de medio punto, enmarcado por dos pares de columnillas estriadas con capitel corintio similares a las de orden gigante que conforman las calles del retablo.

Sobre el manifestador se abre el hueco de la hornacina-camarín de la titular de la parroquia, Nuestra Señora del Carmen, rematado también por un medio punto sobre el cual una cornisa da paso al coronamiento, ostentando en el centro un sol de talla dorada. Estos tres huecos están flanqueados por dos pilastras adosadas con estrías y capitel corintio. En las calles laterales y sobre los capiteles corintios de las columnas se levantan dos secciones cúbicas separadas por molduras y rematadas por otros a modo de capiteles decorados con dentículos y ovas que sustentan como coronamiento en el ático, dos frontones partidos en cuyos extremos aparecen las clásicas esferas. En el vacío de los mencionados frontones, sobre troncos de pirámides aparecen los escudos de armas de los patronos fundadores del templo, ambos timbrados con la corona ducal, el principal partido: arriba de las tres fajas de gules sobre campo de oro, y abajo, el rey Boabdil encadenado sobre argén; y segundo mantelado, con dos castillos de oro sobre gules y león pasante de gules sobre planta en el mantel. El coronamiento se ciñe en su forma a la curvatura de la bóveda y es de gran planitud, salvo en el centro en donde, entre pilastras, un cajeamiento decorado con guirnaldas de hojas alberga, en una hornacina muy poco profunda y completamente plana, la imagen de talla de San José con el Niño Jesús en sus brazos. El banco presenta en el centro de las calles laterales dos óleos con escenas de la vida de San José: sus esponsales con la Virgen y su Tránsito. Santos relacionados con la Orden Carmelitana aparecen en las caras de los citados pedestales y a ambos lados del Sagrario.

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