Monumento a Isabel II (Madrid)
Localización
Desarrollo
En este retrato de Isabel II el clasicismo hispano con todas sus connotaciones autóctonas -incluido el realismo - no está ausente, llegando a sus últimas consecuencias. Los aires románticos se combinan con esas soluciones en armónico eclecticismo que se traduce desde el equilibrio en la disposición de la caída de los paños y en la actitud hierática y dignísima de la efigiada, a ese ambiente humano que la inunda y en esa ternura que irradia el jovencísimo rostro de la soberana. De esta obra se hicieron dos versiones en mármol -una de ellas junto a la de su marido en la Biblioteca Nacional- y ésta en bronce de la plaza de Isabel II, ante el Teatro Real . El modelo se concluyó en 1855.