Monasterio de San Benito de Sahagún de Campos

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Datos principales


Fecha

1121 h.

Autor

AUTOR ANONIMO,Anonymous artist

Lugar

Sahagún de Campos

Localización

Sahagún de Campos, León

Localización


Desarrollo


El primitivo monasterio de Sahagún fue fundado bajo la advocación de los santos Facundo y Primitivo. Desde el primer momento recibió la protección de la nobleza y de la monarquía, adquiriendo pronto un importante prestigio. Por esta razón fue el cenobio elegido por el rey Alfonso VI para convertirse en baluarte de la reforma religiosa emprendida en Castilla en la segunda mitad del siglo XI, reforma auspiciada por el papa Gregorio VII. La comunidad fue puesta bajo mandato de los monjes cluniacienses, si bien nunca el monasterio dependió jurisdiccionalmente de Cluny. Desde ese momento se sentaron las bases para la amplia expansión territorial del monasterio. Incluso el propio Alfonso VI estableció allí su corte durante los meses de invierno y eligió su iglesia para ser enterrado, rechazando el panteón de San Isidoro de León. De esta manera, el monasterio de San Benito de Sahagún se convertirá en uno de los más importantes del reino. Una amplia iglesia se empezó a construir en el siglo XIII, finalizándose en los últimos años de la centuria. Junto a la nave septentrional se encontraba la capilla de San Benito, levantada en 1186 y posteriormente dedicada a San Mancio. En los siglos XVII y XIX se realizaron importantes reformas en el templo, reformas que cambiaron su fisonomía primitiva. Por desgracia, la Desamortización del siglo XIX fue especialmente agresiva contra este conjunto monástico, quedando en la actualidad escasos restos: la mencionada capilla de San Mancio, la gran portada meridional -denominada Arco de San Benito- por la que hoy transita una calle y una de las torres, que se salvó gracias a que en ella se ubicó el reloj de la villa. Las excavaciones realizadas han sacado a la luz el panteón donde descansaban los restos de Alfonso VI, sus esposas y buena parte de sus principales nobles, como atestigua la lauda sepulcral del hijo de don Pedro Ansúrez, conservada en el Museo Arqueológico Nacional.

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