Iglesia del Gesú

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Datos principales


Fecha

1568

Autor

Jacopo Barozzi

Lugar

Roma

Localización

Roma

Localización


Desarrollo


La gran creación de Vignola en el campo de la arquitectura religiosa fue la iglesia del Gesú, de Roma. El tercer general de la Compañía, San Francisco de Borja, solicitó a Vignola una iglesia que se adaptara a los propósitos de la orden, especialmente un amplio salón que sin obstáculos columnarios permitiera la visión absoluta del altar, y que éste recibiera la mayor claridad para lucimiento de las ceremonias litúrgicas y visibilidad del púlpito para la predicación de los ejercicios espirituales; en cambio, en los costados de la nave se pedían capillas en penumbra para la práctica de la confesión. Seguramente recordaba las iglesias levantinas españolas de su tierra natal, que en el siglo XV contaban con nave única y capillas hornacinas, crucero con cimborrio y capilla mayor en lo alto de una escalinata, el modelo de muchos templos de estilo Reyes Católicos. Incluso preocupado por la acústica aconsejaba una techumbre de madera, convencido de que los artesonados mudéjares lograban mejor sonoridad, aunque el cardenal Farnesio, patrono de la fundación, se inclinaba por cubierta abovedada por más estética y segura. Es conocido que el mismo Miguel Angel presentó a San Ignacio en 1554 un modelo de iglesia para la Compañía, pero el proyecto no se materializó hasta una década más tarde. Giacomo Vignola, que ya estaba en Roma y precisamente aquel año de 1554 levantaba la iglesia de Sant'Andrea en la vía Flaminia, dotada de un cimborrio elíptico sobre pechinas, fue quien diseñó el plano del Gesú en 1568.

Su proyecto tiene en Italia como ilustre precedente la luminosa iglesia de San Andrés de Mantua, donde Alberti ofrecía un siglo antes modelo para nave única abovedada con capillas hornacinas, crucero de igual anchura que aquella, ábside semicircular y gran cúpula sobre tambor. La nave del Gesú es concebida como espacioso salón rectangular que abre a sus costados capillas embutidas entre los contrafuertes laterales, unas veces con arco de medio punto y otras adintelados, que quedan semioscuras sin ventanas; una bóveda de cañón con arcos fajones y lunetos para altas ventanas la cubren e iluminan. Aunque la ornamentación barroca más tardía lo disimula, las pilastras binarias de orden gigante y la gran cornisa la emparentan con los brazos de la cruz griega dispuestos por Miguel Angel en San Pedro del Vaticano. La cúpula del crucero apoya en pechinas que parten de pilares no achaflanados y un alto tambor, cilíndrico al interior, ochavado externamente, con cuatro luminosas ventanas. El ábside, como el de Mantua, es de planta semicircular. También diseñó Vignola un proyecto de fachada que no se aceptó, realizándose otro de Giacomo della Porta. Con pocas modificaciones la iglesia vignolesca se convirtió en modelo para los templos jesuíticos y de otras órdenes de la Contrarreforma, tanto en Europa como en la América hispánica.

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