Iglesia de Santa Susana
Localización
Desarrollo
La lenta superación de las formas tardo quinientistas vino de los trabajos en las fachadas de las iglesias, destinadas a vivir en una relación más estrecha con el espacio urbano. La realización más interesante de aquellos tiempos es la fachada de Santa Susanna (1597-1603) de Carlo Maderno, obra que debió aparecer ante sus coetáneos como un acontecimiento de igual importancia innovadora a la de las empresas pictóricas de esos mismos años. Aunque parte del inorgánico esquema de fachada usado a fines del siglo XVI, ejemplificado por las obras de G. della Porta en el Gesú y en San Luigi dei Francesi, la fachada de Maderno vibra gracias a la plasticidad de sus miembros y al efecto de cambiante claroscurismo al que se ve sometida. El conflicto entre norma y libertad expresiva, propio de la plenitud del Barroco, ya es advertible en el modo de mesurar el conjunto.