Iglesia de la Virgen del Puerto
Localización
Desarrollo
La proyectiva insólita de Pedro de Ribera se volvió a repetir en experiencias como la ermita de la Virgen del Puerto o iglesia de los Teatinos. Su versatilidad es la propia del barroco tardío optando por diversas tendencias. En ambos edificios se aproxima al espacio centralizado pero partiendo de un brillante resumen de diversas ideas. En la primera, utilizando un espacio cuadrado, en ángulo, interfiere sus clásicas capillas satélites en los ejes diagonales, y el cuerpo, de pilares biselados, está concebido como un sistema prolongado en la vertical refundiéndose en él la cúpula en su ensayo de carácter borrominiano . Combina el esquema céntrico con un angosto espacio que es nave y vestíbulo, aplicando a la planificación la interrelación de espacio central-longitudinal, sintiéndose atraído por el ensayo híbrido barroco ya consagrado. Es brillante su caparazón diáfano con nervaduras, la esfera sólida proyectada al exterior con arrogante faldón, extendido como un pabellón en las inmediaciones del Paseo. Explota sus posibilidades escénicas y su original inserción en un parque, supeditada al esquema urbanístico del paseo, en un complejo urbano de carácter barroco.