Hospital de la Caridad

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Datos principales


Fecha

1645-63

Autor

Pedro Sánchez Falconete

Lugar

Sevilla

Localización

Sevilla

Localización


Desarrollo


La Hermandad de la Caridad tiene orígenes medievales, a mediados del siglo XV, fundada con fines humanitarios, asistiendo a los enfermos, enterrando a los ahogados por las continuas crecidas del Guadalquivir o a los condenados a muerte; en la actualidad, la Hermandad continúa existiendo, realizando labores caritativas. En el siglo XVI se asentó en el emplazamiento actual, antigua capilla de San Jorge, situada en las Atarazanas Reales, fundadas por Alfonso X El Sabio. Las obras de la actual iglesia comenzaron en 1645 y las del hospital en 1663, estas últimas a instancias de Miguel de Mañara y Vicentelo de Leca, promotor del conjunto, que yace en la cripta del templo. La historia de la Hermandad está unida a la figura de Miguel de Mañara, miembro de una elevada familia que, tras la muerte de su esposa, dedicó su vida y hacienda a servir a los pobres. Fue él quien impulsó la edificación de la nueva iglesia sobre la destruida ermita de San Jorge y, a continuación, mandó levantar el hospital que acogería a los enfermos y pobres. La iglesia, de estilo barroco, es obra de Pedro Sánchez Falconete, que la comenzó, siendo finalizada por Leonardo de Figueroa. En la decoración de la iglesia trabajaron algunos de los mejores artistas de la época, como Bernardo Simón de Pineda, encargado de los retablos, Pedro Roldán, de las esculturas, y también pintores como Murillo y Valdés Leal. La fachada de la iglesia es blanca, adornada con azulejos de color blanco y azul, de estilo trianero, en los que se representan las tres virtudes: la Fe, la Esperanza y la Caridad.

Hay también dos figuras de barro de los santos sevillanos: san Hermenegildo y san Fernando. La iglesia cuenta con un patio de acceso dividido en dos por un pasadizo volado sobre columnas; en cada espacio hay una fuente de mármol con grupos escultóricos de la Misericordia y la Caridad, respectivamente. La iglesia consta de una sola nave y acoge en su interior uno de los más fastuosos y espectaculares retablos de la escultura española, obra de Pedro Roldán. En su centro hay un bellísimo grupo escultórico de gran tamaño que representa el entierro de Cristo. Por los muros y paredes que conducen al altar había cuadros para solucionar el miedo a la Muerte; éstos, eran dibujos de Murillo, aunque no ha quedado nada de ellos ya que se los llevaron los franceses tras la Guerra de Independencia.

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