Convento de San Francisco
Localización
Desarrollo
En 1612 el Concejo de la Villa de Estepa consideró muy beneficiosa la presencia de los religiosos franciscanos en la población. Por esta razón, se cedía a la Orden la ermita de San Cristóbal y unos terrenos cercanos para que instalaran allí su convento. En la fundación del cenobio tendrán un papel muy importante los III marqueses de Estepa, don Juan Bautista Centurión y doña María Fernández de Córdoba. El templo presenta planta de cruz latina, con una sola nave dividida en cinco tramos, ocupados los dos primeros por la tribuna del coro. En la cabecera encontramos el presbiterio, la sacristía y el camarín - presidido por la imagen de Ntra. Sra. de Gracia-. En el crucero se abre una cúpula sobre pechinas, estructura que también se repite en el camarín de la Virgen. El presbiterio, las naves y el crucero se cubren con bóveda de cañón, con arcos fajones y lunetos. La decoración abarca desde los primeros momentos del Barroco hasta su etapa final e incluso se aprecian elementos neoclásicos. En los temas elegidos destaca la heráldica. En el interior del templo encontramos una interesante colección de obras de arte, con algunas piezas de interés como el púlpito, de jaspe; el tornavoz, de madera; el Retablo Mayor, del siglo XVIII; o los retablos de San Antonio, San Francisco -atribuido a Luis Salvador Carmona -, la Inmaculada -deudora del estilo de Alonso Cano - y San José. En la zona del presbiterio se concentra la decoración pictórica, fundiéndose los lienzos con las pinturas murales. Al exterior sobresale la portada, que sigue las líneas del primer barroco. Se trata de una estructura sencilla, con un arco de medio punto sobre el que se halla un frontón partido, rematado por pináculos. El conjunto se corona con un mosaico de azulejos en el que se representa a san Francisco. En el lado de la Epístola se alza la majestuosa torre de 22 metros de altura. Esta constituida por un cuerpo ciego, el campanario y, como remate, un chapitel.