Trujillo
Localización
Desarrollo
Importante asentamiento de época prehistórica y prerromana, fueron los romanos quienes acabaron por asentar en su ubicación actual la ciudad, beneficiándose de su estratégica situación. El núcleo más antiguo es la parte más alta de la localidad, donde se han encontrado restos neolíticos y prerromanos: es la zona entonces llamada Turgalium. Posteriormente, la llegada de los romanos hizo que se creara el asentamiento por ellos llamado Castra Iulae. La etapa visigoda de esta localidad apenas deja noticias, siendo a partir de la llegada de los musulmanes cuando la localidad conoce una etapa de esplendor. Es entonces cuando la actual Trujillo, llamada por los árabes Torgiela, conoce un gran desarrollo demográfico y urbanístico, beneficiada por su importante papel comercial y militar. La ciudad árabe se expandía en torno a la alcazaba, que gobernaba la población desde un altozano. Las viviendas y demás edificios se situaban a su alrededor, entre los que había mezquitas y baños. Parece ser que Trujillo debió ser una importante población de la época, pues al-Idrisi señala que una ciudad "grande y parece una fortaleza". El castillo o alcazaba, edificado en época califal (siglos X y XI), se asienta en el llamado "Cabezo de zorro". De la muralla árabe, construida con sillares romanos reutilizados y mampostería, se mantienen en pie 17 torres rectangulares y cuadradas, rematadas con almenas y formas piramidales. Cuenta Trujillo también con un aljibe árabe del siglo X, estructurado en tres naves y seis arcos sobre pilastras, con una profundidad de diez metros.
La Torgiela árabe, de la que al-Idrisi dijera "es grande y parece una fortaleza", aparece tras ser conquistada por los cristianos como una ciudad importante, especialmente a partir de la época bajomedieval. Ya desde el siglo XIII llegan a ella nuevos pobladores que, con el paso del tiempo, constituirán linajes que tendrán mucho que ver en la historia de la población y aun universal. Se trata de los Altamirano, Bejarano, Chaves, Orellana o Pizarro, que hacen de Trujillo una villa señorial en constante crecimiento. Tan es así, que en 1430 el rey Juan II le otorga el título de ciudad. La expansión castellana por el Nuevo Mundo tiene como protagonistas a varios personajes nacidos en Trujillo. El más conocido de todos es Francisco Pizarro , conquistador del reino de los Incas , al que acompañan otros nombres como Alonso de Monroy -conquistador de Chile-, Francisco de Orellana -explorador del Amazonas-, Hernando de Alarcón -que exploró las costas de California-, etc. También de Trujillo fue Diego García de Paredes , capitán que lucho en las guerras de Granada y contra los turcos, además de ser oficial de Alejandro VI . Desde la Baja Edad Media y a lo largo de la Edad Moderna Trujillo se irá embelleciendo con nuevas construcciones, que otorgan a la ciudad un aire señorial y de hidalguía.
Muchos de sus habitantes, que marchan a hacer fortuna a América, regresan más tarde para construirse su propia casa señorial, de las que Trujillo ofrece variado muestrario. Como ejemplos quedan el Palacio de los Marqueses de la Conquista, del siglo XVI, o el de Juan Pizarro de Orellana. Otras casas o palacios son el de los Duques de San Carlos, del siglo XVIII, el del Marquesado de Piedras Albas, la Casa del Peso Real o de los Cháves Cárdenas, el Palacio de Santa Marta o la Casa de las Cadena. Anterior a todos estos son los Alcázares de los Bejaranos, del siglo XIII, y de los Altamiranos, del mismo siglo, la Casa Fuerte de los Escobar, siglos XV y XVI, o el Alcázar de los Chaves, de finales del siglo XV. Para los que no buscan la fortuna en América, la actividad ganadera ofrece una buena fuente de ingresos, lo que hace de Trujillo centro de un importante tráfico económico. Esta actividad tiene su lugar principal de desarrollo en la Plaza Mayor, del siglo XVI, renacentista. Del patrimonio religioso hay que destacar la Iglesia de San Martín, del siglo XIV y ampliada en el XVI, por la que pasaron personajes como Carlos V , Felipe II o Felipe V ; o la Iglesia de Santa María la Mayor, construida en el siglo XIII sobre una anterior mezquita árabe; o, por último, la Iglesia de Santiago, del siglo XIII y reformada en las centurias siguientes.
La Torgiela árabe, de la que al-Idrisi dijera "es grande y parece una fortaleza", aparece tras ser conquistada por los cristianos como una ciudad importante, especialmente a partir de la época bajomedieval. Ya desde el siglo XIII llegan a ella nuevos pobladores que, con el paso del tiempo, constituirán linajes que tendrán mucho que ver en la historia de la población y aun universal. Se trata de los Altamirano, Bejarano, Chaves, Orellana o Pizarro, que hacen de Trujillo una villa señorial en constante crecimiento. Tan es así, que en 1430 el rey Juan II le otorga el título de ciudad. La expansión castellana por el Nuevo Mundo tiene como protagonistas a varios personajes nacidos en Trujillo. El más conocido de todos es Francisco Pizarro , conquistador del reino de los Incas , al que acompañan otros nombres como Alonso de Monroy -conquistador de Chile-, Francisco de Orellana -explorador del Amazonas-, Hernando de Alarcón -que exploró las costas de California-, etc. También de Trujillo fue Diego García de Paredes , capitán que lucho en las guerras de Granada y contra los turcos, además de ser oficial de Alejandro VI . Desde la Baja Edad Media y a lo largo de la Edad Moderna Trujillo se irá embelleciendo con nuevas construcciones, que otorgan a la ciudad un aire señorial y de hidalguía.
Muchos de sus habitantes, que marchan a hacer fortuna a América, regresan más tarde para construirse su propia casa señorial, de las que Trujillo ofrece variado muestrario. Como ejemplos quedan el Palacio de los Marqueses de la Conquista, del siglo XVI, o el de Juan Pizarro de Orellana. Otras casas o palacios son el de los Duques de San Carlos, del siglo XVIII, el del Marquesado de Piedras Albas, la Casa del Peso Real o de los Cháves Cárdenas, el Palacio de Santa Marta o la Casa de las Cadena. Anterior a todos estos son los Alcázares de los Bejaranos, del siglo XIII, y de los Altamiranos, del mismo siglo, la Casa Fuerte de los Escobar, siglos XV y XVI, o el Alcázar de los Chaves, de finales del siglo XV. Para los que no buscan la fortuna en América, la actividad ganadera ofrece una buena fuente de ingresos, lo que hace de Trujillo centro de un importante tráfico económico. Esta actividad tiene su lugar principal de desarrollo en la Plaza Mayor, del siglo XVI, renacentista. Del patrimonio religioso hay que destacar la Iglesia de San Martín, del siglo XIV y ampliada en el XVI, por la que pasaron personajes como Carlos V , Felipe II o Felipe V ; o la Iglesia de Santa María la Mayor, construida en el siglo XIII sobre una anterior mezquita árabe; o, por último, la Iglesia de Santiago, del siglo XIII y reformada en las centurias siguientes.