San Esteban de Gormaz
Localización
Desarrollo
Las primeras referencias históricas se remontan a época ibérica, ya que en San Esteban se halla un asentamiento arévaco que fue posteriormente ocupado por los romanos, tras la dominación de la Península. Será en tiempos altomedievales cuando la villa inicie su periodo de esplendor por su condición de plaza estratégica, al estar ubicada en la frontera. A partir del siglo VIII queda en manos musulmanas, construyendo Muhammad I una centuria más tarde la famosa fortaleza . A mediados del siglo XI San Esteban pasa definitivamente a manos cristianas. Los cronistas musulmanes hablan de la villa como "principal centro y capital de los infieles" por lo que será eje de las disputas entre ambos bandos durante largo tiempo. Por esta razón, San Esteban no se consolidará como núcleo urbano hasta la conquista de Toledo y el abandono de la línea del Duero como eje fronterizo. Desde este momento, la villa desarrollará fundamentalmente actividades agrícolas y ganaderas gracias a la tranquilidad alcanzada. El esplendor que vive en estas centurias Gormaz queda reflejado en "El cantar del Mío Cid", donde se habla de ella como "una buena ciudad". Se consolida como cabeza de la comunidad que lleva su nombre, contando con una población de 3.000 vecinos, que tienen cuatro parroquias y dos monasterios extramuros. La villa será tierra de realengo durante largo tiempo, hasta que caiga en manos señoriales: en el siglo XV don Álvaro de Luna alcanza el condado y, posteriormente, pasa al poder del marqués de Villena. San Esteban inicia desde estas fechas una lenta y prolongada decadencia, pasando por fases de profunda crisis. En la década de los 40 del siglo XX se llevó a cabo un exitoso proyecto de industrialización, lo que ha provocado un interesante crecimiento económico que se refleja en el dinamismo de la sociedad local, unas 3.000 personas.