Lloret de Mar

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Datos principales


Tipo

Pueblo o ciudad

Antecesor

Gerona (provincia)

Localización


Desarrollo


Municipio de la Costa Brava, situado a unos 60 km de Barcelona. Para rastrear la historia de Lloret de Mar es preciso remontarse varios siglos antes de Cristo. Los iberos ocupan esta zona entre los siglos IV y III a.C., levantando aquí los poblados de Puig de Castellet, Montbarbat, Turó Rodó y Coll de Llop. Estos poblados establecieron relaciones comerciales con griegos y romanos, intercambiando materiales, utensilios y cerámica. Poco después los romanos acaban por establecerse de manera permanente, utilizando un asentamiento en la playa de Fenals como lugar desde el que comerciar con otras poblaciones importantes como Ampurias o Barcelona. Como resto artístico más importante, los romanos dejaron en Lloret una torre sepulcral. No son muchas más las noticias que tenemos de Lloret en los siglos posteriores. La primera vez que aparece mencionado el nombre de la localidad -como Lloredo- es un documento fechado en el año 966. Algunos estudiosos han investigado en el origen de este nombre, señalando que puede derivar del latín lauretum, referencia a los numerosos laureles que habría en el lugar. Probablemente, más que una localidad se trataría de un conjunto disperso de casas habitadas por campesinos. No obstante, para su seguridad se levantó el castillo de Sant Joan, que podía resguardar a las gentes en caso de ataque pirata. También se construyó la iglesia de Sant Romá, la actual Nuestra Señora de las Alegrías. En el año 1001, el conde barcelonés Ramón Borrell cedió el lugar a Sunifredo, vizconde de Gerona.

La seguridad que el castillo acabó por dar a las gentes del lugar hizo que éstas poco a poco fueran habitando en sus cercanías y, consecuentemente, junto al mar. El comercio con las poblaciones más cercanas se acrecentó, e incluso comenzó a haber contactos con algunas poblaciones de la costa italiana. Paulatinamente el nuevo núcleo urbano de Lloret se fue consolidando y se hizo necesario construir, a comienzos del siglo XVI, una nueva iglesia parroquial. Como quiera que el peligro de los piratas no había desaparecido, la iglesia se construyó a modo de fortaleza, para salvaguardar a la población en caso de ataque. Las décadas finales del siglo XVIII y todo el siglo XIX fueron de prosperidad para Lloret. La apertura del comercio con América favoreció la industria de los astilleros y el surgimiento de un tráfico mercantil entre España y el Nuevo Mundo, gracias al cual muchos mercaderes de Lloret se vieron enriquecidos. También favoreció a Lloret la emigración indiana, pues fueron muchos los vecinos que marcharon y regresaron tiempo después con un buen capital en sus bolsillos. Este aporte de capitales se plasmó en la construcción de nuevos edificios, calles y plazas, acorde con el urbanismo imperante a finales del XIX. El modernismo de arquitectos como Puig i Cadafalch, Gallissà o Conill Montobbio se dejó ver en algunos de sus singulares edificios. El siglo XX significó para Lloret la aparición de una nueva forma de economía: el turismo. Iniciado en los años 20, no será hasta 60 cuando el turismo se asiente de forma masiva, lo que supone una auténtica revolución para la localidad. Por todas partes surgen hoteles, instalaciones y nuevos edificios, colonizando campos y terrenos de labranza y ocupando los solares sobre las que se levantaban las antiguas casas señoriales. En la actualidad, Lloret de Mar sigue recibiendo miles de turistas cada año, atraídos principalmente por la excelente calidad de sus playas.

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