Frías
Localización
Desarrollo
La localidad burgalesa de Frías se asienta en la comarca de La Bureba, en la falda del monte La Muela y mecida por las aguas del Ebro. Creció al abrigo del camino que comunicaba La Bureba con las tierras del norte peninsular, lo que hizo que siempre fuera una población de gran valor estratégico y comercial. Era frecuente el paso por ella de viajeros y tratantes, que iban del Cantábrico a la Meseta y viceversa. Este hecho determinó la construcción de su monumento principal, el puente sobre el Ebro, que con 143 metros de longitud salvaba -y aún lo hace- la anchura del río, comunicando las dos orillas. El puente sirvió, además, como fuente de riqueza, pues desde su torre se controlaba el pago de un impuesto -el pontazgo- que debían pagar todos los que lo cruzaran. La riqueza de la localidad atrajo a numerosos pobladores, dedicados especialmente al comercio y la artesanía. En ciertos momentos llegó a existir, incluso, un pequeño núcleo de población judía. Molinos harineros, un hospital, un mercado semanal y dos ferias anuales hablan de la vitalidad de Frías en este periodo. La importancia de Frías hizo que fuera la cabecera de una jurisdicción que abarcaba nada menos que 43 núcleos de población. Los distintos monarcas castellanos le concedieron títulos, exenciones y privilegios, como la denominación de Frías del Rey o el derecho, concedido por Alfonso VIII , de tener su propia bandera naval. Otra muestra de este hecho es la concesión del título de ciudad, privilegio otorgado en 1435 por el monarca Juan II . A mediados del siglo XV la ciudad fue donada por este mismo monarca a la familia Fernández de Velasco, siendo más tarde convertida en cabeza de ducado por los Reyes Católicos . Del esplendor que alcanzó Frías en la Edad Media dan fe sus monumentos, encabezados por el castillo y el puente, los conventos de Santa María de Vadillo y de San Francisco, sus casas colgantes, las murallas y la judería, o las iglesias de San Vicente y San Vítores.