Beit Shearim

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Datos principales


Tipo

Pueblo o ciudad

Antecesor

Israel

Localización


Desarrollo


Localizada al sur de Galilea, en el extremo oeste del valle de Izreel. Fue construida en la cima y laderas de un monte, alcanzando bajo mandato romano las 10 hectáreas. Fue fundada en el siglo I a.C. durante el reinado de Herodes y alcanzó su máximo esplendor en periodo romano. Aparece mencionada por primera vez por Flavio Josefo con el nombre de Besara, centro administrativo de los bienes de la reina Berenice en el valle de Jezreel, pasando a ser conocida, posteriormente, como Beit Shearim. En el año 70 d.C. los judíos fueron expulsados de Jerusalén y se trasladaron allí. Ésta se hizo famosa en el siglo II porque vivía entre sus muros el rabino Judah ha-Nasi (conocido especialmente por ser el redactor del Mishná o colección de leyes orales), pasando a ser la sede del Sanedrín. A pesar de morir en Séforis, el rabino fue enterrado en la necrópolis de Beith Shearim. La ciudad sufrió enormemente con la represión llevada a cabo por el gobernador de Oriente, Galo César, contra un levantamiento judío, hecho que marcó el inicio del declino de la ciudad, siendo abandonada al comienzo del periodo árabe (siglo VII). Las excavaciones han puesto de manifiesto la existencia de varios edificios públicos grandes y bien construidos; la denominada Basílica por parte de los arqueólogos, contaba con una sala de 40 por 14 metros dividida por dos hileras de columnas y servía de reunión para los debates sobre asuntos seculares; la antigua Sinagoga, vecina a ella y de 35 por 15 metros, contaba también con dos hileras de columnas y un podio elevado.

Las paredes interiores estaban estucadas y pintadas y se han encontrado algunas dedicatorias a funcionarios públicos. Sin lugar a dudas, Beit Shearim es importante por su Necrópolis. El gran cementerio contenía tumbas, algunas de ellas familiares, catacumbas y otros lugares públicos de entierro. Se situaba en las laderas del monte al suroeste de la ciudad y contaba con tumbas pequeñas y simples que, con el paso del tiempo, se convirtieron en complejas redes de catacumbas. Se ha especulado con la posibilidad de que la excavación de cavernas fuera económicamente importante para la ciudad hasta que, con el paso de los siglos, éstas se fueron destruyendo y su contenido robado. Las cavernas públicas son grandes, con entrada a través de grandes patios y tres aperturas con puertas de piedra labrada a imitación de las puertas de madera. Las fachadas de piedra eran de estilo arquitectónico romano. Una vez atravesada la entrada se desciende por una escalera hasta la caverna sepulcral formada por un salón central y una red de salas de dos pisos, en algunos casos. Una de las catacumbas consta de 16 salas sepulcrales con 400 lugares de entierro diferentes, formando canales, fosas, arcosolios y lóculos. Los sarcófagos estaban fabricados de diferentes materiales, abarcando desde el mármol, la piedra caliza, la arcilla, la madera o el plomo. Las paredes de las salas estaban decoradas con grabados, pinturas y esculturas en arte folclórico judío del momento, y de influencia helenística. Muchas inscripciones esculpidas o pintadas en paredes y placas de piedra mencionan a rabinos famosos, líderes de la comunidad, mercaderes...la mayoría de ellas en hebreo y griego y, algunas pocas, en arameo. En general, son breves y tratan de reflejar el dolor por la muerte del difunto.

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