Jinetes aficionados en el hipódromo

Datos principales


Autor

Edgar Hilaire,Edgar Hilaire Germai Degas

Fecha

1877-80

Estilo

Impresionismo

Material

Oleo sobre lienzo

Dimensiones

66 x 81 cm.

Museo

Museo de Orsay

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La atracción hacia lo moderno llevará a Degas a realizar un importante número de escenas de hipódromo. Estos recintos deportivos eran muy frecuentados por los miembros de la burguesía francesa, popularizándose al ser admitidas las apuestas. Degas nos va a introducir en uno de estos lugares un día de carreras, en las que los jinetes son miembros de la alta burguesía que corren con sus propios caballos como diversión y competición. Los espectadores adinerados se codean con ellos subidos en sus carruajes - como la dama que contemplamos en primer plano - mientras que la plebe se tiene que contentar con ver el espectáculo desde el fondo. Por supuesto que el pintor, como miembro de la burguesía que es, se adentra - y nosotros con él - en la zona reservada. El desarrollo de la fotografía llevará a Degas a modificar la concepción tradicional del espacio pictórico; de esta manera rompe los planos y deja las figuras cortadas como es el caso del carruaje, el hombre que aparece en primer plano o el caballo cuyo jinete intenta sujetar. Esta novedad será muy común entre los impresionistas. Otra de sus preocupaciones será la organización del espacio, recurriendo a la tradicional disposición de planos paralelos que se alejan en profundidad para conseguir el efecto de perspectiva. Una diagonal de derecha a izquierda organiza todas las figuras. Al fondo se aprecia un paisaje bastante real, lo que sugiere que podía tratarse de uno de los pocos paisajes tomados directamente del natural que realizaría el artista.

El color verde se adueña del conjunto, contrastando con la brillantez de las camisas de los jinetes y con el tono marrón de las colinas del fondo y de los caballos. Debemos añadir una referencia al juego de complementarios que aparece al utilizar el amarillo para las ruedas del carruaje. El efecto de un triste día de otoño se consigue perfectamente, igual que el humo del tren que avanza provocando la estampida de uno de los caballos. Mientras que las figuras de primer plano están perfectamente dibujadas, la multitud del fondo está totalmente emborronada por la distancia y el efecto atmosférico conseguido. Durante trece años estuvo perfeccionando Degas esta obra, que fue adquirida por la barítono Elie Faure, quien amenazó con llevar al artista a los tribunales al no entregársela cuando fue requerida.

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