Huevos al plato sin plato

Datos principales


Autor

Salvador Dalí Domènech

Fecha

1932

Material

Oleo sobre lienzo

Dimensiones

60 x 42 cm.

Museo

The Salvador Dalí Museum (San Petersburgo)

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La composición que Salvador Dalí utiliza para este cuadro es bastante diferente a la de cuadros del mismo periodo. Si lo más habitual es que presente la escena con un fondo de paisaje muy amplio, de horizontes limpios, en este cuadro no sucede así. Como podemos apreciar, su reflexión es de otro tipo. En efecto, en el extremo derecho sí existe una mención a ese paisaje costero de Cadaqués, donde las rocas están perfectamente dibujadas y sombreadas. Pero esas rocas sólo ocupan un pequeño porcentaje respecto al resto del cuadro. En éste se impone de forma rotunda una estructura en ángulo recto, que puede recordar bien a escalones bien a un edificio de perfil moderno. Sobre el primer escalón se dispone un plato con dos huevos fritos. Un tercero está a punto de caer, pero aún permanece colgado de una cuerda que no sale de ninguna parte, que surge del cielo. La apariencia de los huevos fritos es casi natural, mimética y realizada con el mayor detalle posible. En la pared cuelga un objeto -similar a un paraguas rojo- y un reloj de cadena cuya silueta empieza a derretirse. Como sabemos, el triunfo de esta peculiar iconografía del reloj blando acabada de instaurarse con una obra como La persistencia de la memoria (1931). En la parte superior de esa estructura se abre, a modo de ventana, una habitación interior. En una perfecta aplicación de los principios de la perspectiva lineal tradicional se puede apreciar cómo dos figuras, un adulto y un niño, están asomadas a una ventana. Una escena que, con alguna variación, había repetido Salvador Dalí en cuadros de mediados de los años 20.

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