Hombre con traje negro

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Este maravilloso retrato de un anciano con una cadena al cuello y boina está a caballo entre las últimas obras de Leiden y las primeras ejecutadas por Rembrandt en Amsterdam. Posiblemente se trate de un patricio - a juzgar por su gruesa cadena de oro - y el peto resplandeciente que adorna el cuello, indicando su adscripción a la milicia de su ciudad. La boina de terciopelo y la capa de piel están perfectamente captadas, resaltando las calidades táctiles de ambas. El rostro del anciano recibe un fuerte foco de luz procedente de la izquierda, quedando la misma zona del rostro en penumbra para reforzar el carácter del modelo. Su pelo y barba canos otorgan cierto aspecto distinguido a la figura, en sintonía con los vestidos que porta. El fondo claro sobre el que se recorta el personaje contrasta con la oscuridad de la capa, creando un atractivo juego cromático inspirado en Tiziano.

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