Torre de Minerva (Tarragona)
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Del recinto amurallado de época romana de Tarraco , tan sólo se ha conservado aquella parte que, desde el siglo XII hasta el XIX siguió desempeñando una función defensiva y que corresponde al sector ocupado por el centro histórico actual. Gracias al análisis de las estructuras conservadas, con una longitud superior a los 1.000 metros, se puede determinar la existencia de dos fases constructivas. En un primer momento, finales del siglo III a. C. o principios del II, se construye un recinto, de carácter militar, delimitado por lienzos de 6 m de altura y 4,5 m de espesor, realizados íntegramente con bloques megalíticos, y torres de planta cuadrangular, con base megalítica y alzado de sillares. De las tres torres conservadas (Arzobispo, Cabiscol y San Magín), la de San Magín o de Minerva tiene un especial interés porque en ella se labró una serie de cabezas, actualmente muy deterioradas, en algunos de los bloques de la base. Dicha torre presenta también, en la parte superior de su paramento oriental, una superficie rectangular, probablemente destinada a albergar una inscripción monumental, presidida por un relieve de Minerva del que, lamentablemente, sólo se ha conservado la mitad inferior. La torre de San Magín, el ángulo septentrional del recinto amurallado, jugaba un papel preponderante probablemente por la existencia junto a la misma del acceso principal al praesidium, lo que justificaría la presencia de los elementos citados. En el interior de la torre, en una de las troneras, se conserva una inscripción con un voto a Minerva.