Cristo y los pecadores penitentes

Datos principales


Autor

Peter Paul Rubens

Fecha

1618-20

Estilo

Barroco Centroeuropeo

Material

Oleo sobre tabla

Dimensiones

147,4 x 130,2 cm.

Museo

Alte Pinakothek (Munich)

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Junto a la eucaristía, el sacramento de la penitencia será uno de los puntales de la Contrarreforma. El rechazo de la confesión sacramental por parte de los protestantes supuso la defensa sistemática por parte de los católicos, que utilizaban todos los medios a su alcance. Con la reafirmación de la doctrina en el Concilio de Trento, la representación de santos y penitentes llenaron los altares de las iglesias y los lugares privados de culto.En esta tabla Rubens nos presenta a dos de los penitentes más importantes: María Magdalena y san Pedro, acompañados de dos personajes menos frecuentes, el Buen Ladrón y el rey David, creando una sacra conversazione tan habitual en la pintura del Renacimiento Italiano.La composición se organiza a través de una línea serpenteante formada por el cuerpo de María que tiene continuidad en el de Cristo. La figura de la Magdalena recuerda a las de Tiziano, en su larga melena con la que oculta su pecho y las manos cruzadas en señal de arrepentimiento. Su túnica amarilla contrasta con la roja del Salvador. Cristo está inspirado en las estatuas clásicas, manifestando una perfección cercana a un dios greco-romano. Pedro aparece vestido con una túnica azulada, con los ojos llorosos y uniendo sus manos en actitud penitente, arrepentido por haber negado en tres ocasiones a Jesús. La roca que observamos junto a él y tras el Mesías simboliza la promesa hecha por Cristo a su discípulo: "Tú eres Pedro y sobre esta piedra construirás mi Iglesia".

El rey David se reconoce por su corona y está presente por ser un adúltero arrepentido. En el extremo izquierdo hallamos al Buen Ladrón, a quien Cristo prometió un lugar en el Paraíso tras su arrepentimiento, recordando la figura del Cristo resucitado de la iglesia de Santa Maria Sopra Minerva de Roma realizado por Miguel Angel.Rubens sigue estrictamente en esta escena las recomendaciones del Concilio de Trento al suscitar el vivo sentimiento de la fe en los fieles gracias a sus imágenes. Un esquema similar encontramos en la tabla central del Tríptico Rockox dedicado a la Incredulidad de Santo Tomás. Esta vinculación hace pensar a los expertos que el Cristo y los penitentes tendría también un uso funerario, instalado sobre una tumba.

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