Cueva de piedra

Tras las acuarelas italianas que Durero pintó en su viaje a Venecia, el tema del paisaje continuó interesando al artista. De este modo, se dedicó a pintar detalles pintorescos de los alrededores de Nüremberg, entre los años 1496 y 1497. El resultado de ellos es por ejemplo, esta cueva de piedra, realizada con rápidas pinceladas de colores disueltos. Durero nos muestra la entrada de una cueva, con unas raíces muertas, negras y retorcidas encima de la misma. Estos estudios servían al artista y a sus aprendices para luego rellenar fondos y añadir elementos paisajísticos a los grandes encargos que realizaban en el taller.