Malhumorados

Datos principales


Autor

Edgar Hilaire,Edgar Hilaire Germai Degas

Fecha

1869-71

Estilo

Impresionismo

Material

Oleo sobre lienzo

Dimensiones

32´4 x 46´4 cm.

Museo

Metropolitan Museum of Art

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Desconocemos cuál es exactamente el tema que recoge Degas en este lienzo. Se ha sugerido otro título, El banquero, para considerar que estaríamos ante la petición de un préstamo. Al aparecer en la parte de atrás de las figuras un grabado inglés a color sobre las carreras de caballos se piensa en una historia de apuestas, legalizadas oficialmente en Francia en 1867. Quizá los dos protagonistas han perdido todo su dinero en una apuesta arriesgada y por eso están malhumorados. Quizá se trate de un desengaño amoroso entre una esposa joven y bella y su marido mucho más mayor, criticando este tipo de matrimonios de interés, como ya había insinuado con la Familia Bellelli. Las hipótesis son numerosas ya que no existen claves fidedignas para descifrar la temática del asunto. La dama que protagoniza la escena es Emma Dobigny, mientras que para el hombre se baraja el nombre de Edmond Duranty, uno de los integrantes del círculo del Café Guerbois, adonde acudía Degas para relacionarse con Manet. Las dos figuras se recortan sobre una pared forrada de madera, en la que destaca el grabado, varias estanterías, un espejo y una especie de diploma. La mujer se apoya en el respaldo de una silla, mira al espectador, mientras el hombre dirige la mirada hacia la derecha y se acoda sobre la mesa repleta de papeles. Los dos rostros son espectaculares, transmiten perfectamente su estado de ánimo, siendo el retrato una faceta en la que Degas cosechará buenos éxitos. La luz procedente de la izquierda ilumina a la mujer, quien proyecta su sombra sobre el cuadro; el supuesto marido queda en semipenumbra, lo que destaca la angustia que se respira en la escena. En cuanto al color, emplea una variada gama de tonalidades, desde el negro hasta el morado, pasando por el siena o el blanco, acentuando los contrastes entre esos tonos. Las buenas dosis de dibujo que exhibe el pintor se ven difuminadas por el efecto espacial que tanto interesaba a los artistas de esta generación, inspirándose buena parte de ellos en las obras de Velázquez que guardaba el Louvre.

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