Luger Parabellum P 08
Desarrollo
<>, si quieres la paz, prepara la guerra. Así decían los antiguos romanos, verdaderos expertos en guerras. De aquel "para bellum", dirección telegráfica de la fábrica alemana DWM, parece ser que ha tomado el nombre la pistola semiautomática más célebre de todos los tiempos, la Parabellum, conocida también como P 08 o bien Pistola Modelo 1908. Sin embargo, tal vez el nombre más famoso sea el de "Luger", nombre debido a la costumbre de los coleccionistas americanos de denominar las armas con el nombre de quien las inventa, en este caso, Georg Luger. Con todo, este valiosísimo técnico no hizo todo él solo: alguien antes que él ya había trazado el camino que le llevaría al nacimiento de la Parabellum. Este alguien era Hugo Borchardt, quien en 1893 había proyectado una pistola semiautomática que, aunque pesada, incómoda y poco elegante, contenía en sí misma todas las características técnicas que encontramos en la Parabellum; del obturador articulado hasta el cargador de estuche extraíble colocada dentro de la empuñadura mecanismo totalmente difundido hoy, aunque en 1893 se trataba de una idea verdaderamente innovadora. Tanto Hugo Borchardt como Georg Luger trabajaron en Ludwig Loewe, sociedad que en 1893 se fusionó con la empresa Deutsche Munitionsfabrik dando vida a la famosa DWM. La pistola Parabellum nació en 1900 del trabajo conjunto de ambos bajo la marca DWM (conocida con las siglas P 00, siendo las dos últimas cifras el año de fabricación), arma que fue adoptada por el ejército suizo mucho antes que por el alemán.
En práctica, las mejoras que aportó Georg Luger a la pistola de Borchardt se reducen a una racionalización global, sin duda muy valiosa, pero que no aporta ideas innovadoras. Sustancialmente, lo que hizo Luger fue inclinar la culata recta de Borchardt (unos 55 grados), obteniendo así la puntería instintiva del arma; eliminó el estorbo del alojamiento posterior del muelle de recuperación, introduciendo éste directamente en la culata, paralelo al cargador; finalmente, redujo la longitud del cañón de 19 a 12 centímetros añadiendo un seguro de presión en la parte posterior de la empuñadura, seguro que se bloqueaba simplemente empuñando el arma, evitando así que salieran disparadas las balas de forma accidental cuando el arma se caía al suelo. Por lo que se refiere al característico sistema de cierre geométrico, Luger ha aportado tan sólo algunos ajustes sobre el grupo por medio de un obturador articulado (denominado también "de rodillera") que Borchardt ya había aplicado en su arma corta, sistema que ya era conocido, habiendo sido utilizado en su momento en los Winchester de palanca y en las ametralladoras Maxim. Se trata de un sistema simple, basado en el principio de que un arco que posee diferentes puntos nodales se comporta como un elemento rígido si se carga de punta en la fase en la que las articulaciones se encuentran colocados en el mismo eje. Obviamente, en cuanto que una de las articulaciones se mueve lo más mínimo, la fuerza se descompone rompiendo dicho estado de equilibrio.
En la Parabellum, el sistema de cierre se basa en dos articulaciones unidas entre sí por un perno cuyo eje está ligeramente más bajo respecto al del cañón. En el momento del disparo, el grupo cañón-culata comienza a retroceder, cargando de punta por la fuerza que le imprime la explosión en el lado del obturador; éste no se puede abrir ya que el eje de empuje pasa ligeramente por encima del eje transversal de la articulación; sin embargo, en cuanto las partes cilíndricas exteriores del cierre central encuentran los planos inclinados del fuste (rampa de desbloqueo), se interrumpe el equilibrio rígido del sistema ya que el punto central de la articulación se encuentra por encima del eje de empuje. En esta fase, la presión que se realiza sobre la recámara desciende a niveles de seguridad de forma que el cañón pueda bloquearse mientras que el obturador puede seguir sin peligro (para quien dispara) su recorrido de retroceso expulsando el casquillo. A continuación se realizan todas las acciones típicas de las pistolas semiautomáticas: desde la expulsión del casquillo hasta la inserción de un nuevo cartucho en la recámara. El ciclo comienza cada vez que se acciona el gatillo. Pero volvamos a nuestra Parabellum. La habíamos dejado en 1900, cuando, después de dos años de pruebas y modificaciones, Suiza había decidido adoptarla como "Pistole Ordonnanz 1900, system Borchard-Luger". Esta meticulosa definición nos hace comprender claramente lo injusto que resulta dar toda la paternidad de este arma a Herr Luger.
De cualquier forma, el hecho es que el alba del nuevo siglo, los suizos tenían ya en sus arsenales las primeras 2.000 Luger P 00 de calibre, 7,65 Parabellum, el arma más futurista de la época, mientras que los alemanes todavía estaban intentando decidir cómo sustituir a los decrépitos Reichs-Revolver M79 y M83. La verdad es que las pistolas que adquirió el ministerio de la guerra del Reich no habían convencido a los militares debido al pequeño calibre de la Luger (7,65 mm), la cual disparaba además balines de plomo revestidos con una camisa de níquel (para sostener la fuerte velocidad que se generaba dentro del cañón), por tanto poco deformables en relación con la bala de plomo sin más de 10,6 mm de los revólveres de ordenanza, bala lenta pero dotada de un gran poder de contención, mientras que el pequeño, veloz y "duro" balín del cartucho inventado por Luger (también en este caso modificado el de la pistola de Borchardt) tendía a traspasar el cuerpo causando pequeñas heridas fácilmente cicatrizables siempre que no afectara a órganos vitales, como demostraron las pruebas que se realizaron en su momento, en las que se disparaba sobre cadáveres humanos o sobre animales vivos para poder evaluar los efectos. Entendiendo que el verdadero problema era que no podía ser "profeta en su tierra", Georg Luger puso a punto en 1901 el que todavía hoy es el cartucho más usado universalmente en las pistolas militares: el 9 mm Parabellum (llamado con frecuencia "9 Para").
Con este nuevo cartucho nacieron algunas versiones intermedias que dieron lugar al modelo 1904, es decir, a la primera Luger que adoptó Alemania, para ser más exactos, la Marina Imperial Alemana: calibre 9 mm, cañón de 152 mm de longitud, alza regulable de 100 a 200 metros colocado en la parte final del enganche colocado en el dorso de la empuñadura para poder colocarle una culata de madera, solución que ya se encontraba presente en la Borchardt. En este momento se había roto el hielo, y a Georg Luger no le quedaba más que perfeccionar aún más su criatura que conquistar incluso a los más recalcitrantes generales del ejército. En este momento vemos desaparecer el muelle de recuperación con lámina de acero, siendo sustituido por uno más robusto y fiable de espiral, el cual, a la vista de la estructura de la pistola, al encontrarse en la empuñadura tenía que cargarse no por comprensión, sino por tracción, aprovechando un tirante que atravesaba y que se unía al obturador a través de un brazo articulado. Hay que resaltar también la modificación que realizó en las dos orejas de armamento, eliminando los salientes y alargándolo totalmente para mejorar su sujeción entre el dedo pulgar e índice. Incluso el seguro de la empuñadura fue eliminado, llegando así a la pistola Parabellum Model 08, conocida como P 08 (aunque conocida por todos simplemente como "Luger"), arma que en 1908 fue adoptada por el ejército alemán como "ordenanza" y que sirvió a los soldados de la República de Weimar y a los del Tercer Reich hasta el final de la Segunda Guerra Mundial, aunque en 1940 fue sustituida oficialmente por la menos romántica, aunque más eficiente, y sobre todo menos costosa P38 .
Hablar de las infinitas variantes de la Parbellum sobrepasa los límites de estas breves notas y el apasionado no encontrará dificultad para ampliar sus conocimientos con la literatura específica existente sobre el tema. Es más importante citar otro modelo fundamental de la P 08, es decir, el modelo de artillería (denominado LP 08 y adoptado en 1913), que se distingue por su largo cañón (de 20 centímetros) y por el alza de cursor regulado para el tiro hasta 450 metros, colocado prácticamente sobre la recámara. Obviamente, incluso este modelo posee el enganche para la culata que transforma este arma de cañón largo en una propia y verdadera carabina, precisa y fiable en un radio de tiro de casi 200 metros. A la Luger se le han hecho demasiados elogios; cada año que pasa se refuerza el mito haciendo olvidar que, como arma de guerra, incluso la P 08 tenía sus "defectillos", empezando por el elevado coste y por las difíciles, largas y numerosas operaciones mecánicas necesarias para producirla. En efecto, una P 08 funciona perfectamente si todas sus piezas se realizan con materiales de primera calidad, adecuados tratamientos térmicos y mínima tolerancias de elaboración, lo que ciertamente no asustaba a los neutrales suizos, pero sí hizo reflexionar a los alemanes, siempre en pie de guerra y, por tanto, con problemas de tiempos y de costes. Sin embargo, en el fondo, a parte de la Colt-Browning 1900, no había mucha elección en aquella época. Y además, digámoslo claramente, ¿habrían podido adoptar los alemanes un arma que no fuera alemana? En definitiva, se trata de una pistola semiautomática equipada con un cargador de ocho disparos. Producida por DWM, arsenal de Erfurt, Mauser, Simson y Krieghoff, cuenta con un pequeño retroceso y un sistema de cierre geométrico con obturador articulado. El cañón está diseñado con seis estrías de destrogiro. El paso es de una vuelta y 250 milímetros. Entre 1908 y 1942 se fabricaron un total de 2,5 millones de unidades.
En práctica, las mejoras que aportó Georg Luger a la pistola de Borchardt se reducen a una racionalización global, sin duda muy valiosa, pero que no aporta ideas innovadoras. Sustancialmente, lo que hizo Luger fue inclinar la culata recta de Borchardt (unos 55 grados), obteniendo así la puntería instintiva del arma; eliminó el estorbo del alojamiento posterior del muelle de recuperación, introduciendo éste directamente en la culata, paralelo al cargador; finalmente, redujo la longitud del cañón de 19 a 12 centímetros añadiendo un seguro de presión en la parte posterior de la empuñadura, seguro que se bloqueaba simplemente empuñando el arma, evitando así que salieran disparadas las balas de forma accidental cuando el arma se caía al suelo. Por lo que se refiere al característico sistema de cierre geométrico, Luger ha aportado tan sólo algunos ajustes sobre el grupo por medio de un obturador articulado (denominado también "de rodillera") que Borchardt ya había aplicado en su arma corta, sistema que ya era conocido, habiendo sido utilizado en su momento en los Winchester de palanca y en las ametralladoras Maxim. Se trata de un sistema simple, basado en el principio de que un arco que posee diferentes puntos nodales se comporta como un elemento rígido si se carga de punta en la fase en la que las articulaciones se encuentran colocados en el mismo eje. Obviamente, en cuanto que una de las articulaciones se mueve lo más mínimo, la fuerza se descompone rompiendo dicho estado de equilibrio.
En la Parabellum, el sistema de cierre se basa en dos articulaciones unidas entre sí por un perno cuyo eje está ligeramente más bajo respecto al del cañón. En el momento del disparo, el grupo cañón-culata comienza a retroceder, cargando de punta por la fuerza que le imprime la explosión en el lado del obturador; éste no se puede abrir ya que el eje de empuje pasa ligeramente por encima del eje transversal de la articulación; sin embargo, en cuanto las partes cilíndricas exteriores del cierre central encuentran los planos inclinados del fuste (rampa de desbloqueo), se interrumpe el equilibrio rígido del sistema ya que el punto central de la articulación se encuentra por encima del eje de empuje. En esta fase, la presión que se realiza sobre la recámara desciende a niveles de seguridad de forma que el cañón pueda bloquearse mientras que el obturador puede seguir sin peligro (para quien dispara) su recorrido de retroceso expulsando el casquillo. A continuación se realizan todas las acciones típicas de las pistolas semiautomáticas: desde la expulsión del casquillo hasta la inserción de un nuevo cartucho en la recámara. El ciclo comienza cada vez que se acciona el gatillo. Pero volvamos a nuestra Parabellum. La habíamos dejado en 1900, cuando, después de dos años de pruebas y modificaciones, Suiza había decidido adoptarla como "Pistole Ordonnanz 1900, system Borchard-Luger". Esta meticulosa definición nos hace comprender claramente lo injusto que resulta dar toda la paternidad de este arma a Herr Luger.
De cualquier forma, el hecho es que el alba del nuevo siglo, los suizos tenían ya en sus arsenales las primeras 2.000 Luger P 00 de calibre, 7,65 Parabellum, el arma más futurista de la época, mientras que los alemanes todavía estaban intentando decidir cómo sustituir a los decrépitos Reichs-Revolver M79 y M83. La verdad es que las pistolas que adquirió el ministerio de la guerra del Reich no habían convencido a los militares debido al pequeño calibre de la Luger (7,65 mm), la cual disparaba además balines de plomo revestidos con una camisa de níquel (para sostener la fuerte velocidad que se generaba dentro del cañón), por tanto poco deformables en relación con la bala de plomo sin más de 10,6 mm de los revólveres de ordenanza, bala lenta pero dotada de un gran poder de contención, mientras que el pequeño, veloz y "duro" balín del cartucho inventado por Luger (también en este caso modificado el de la pistola de Borchardt) tendía a traspasar el cuerpo causando pequeñas heridas fácilmente cicatrizables siempre que no afectara a órganos vitales, como demostraron las pruebas que se realizaron en su momento, en las que se disparaba sobre cadáveres humanos o sobre animales vivos para poder evaluar los efectos. Entendiendo que el verdadero problema era que no podía ser "profeta en su tierra", Georg Luger puso a punto en 1901 el que todavía hoy es el cartucho más usado universalmente en las pistolas militares: el 9 mm Parabellum (llamado con frecuencia "9 Para").
Con este nuevo cartucho nacieron algunas versiones intermedias que dieron lugar al modelo 1904, es decir, a la primera Luger que adoptó Alemania, para ser más exactos, la Marina Imperial Alemana: calibre 9 mm, cañón de 152 mm de longitud, alza regulable de 100 a 200 metros colocado en la parte final del enganche colocado en el dorso de la empuñadura para poder colocarle una culata de madera, solución que ya se encontraba presente en la Borchardt. En este momento se había roto el hielo, y a Georg Luger no le quedaba más que perfeccionar aún más su criatura que conquistar incluso a los más recalcitrantes generales del ejército. En este momento vemos desaparecer el muelle de recuperación con lámina de acero, siendo sustituido por uno más robusto y fiable de espiral, el cual, a la vista de la estructura de la pistola, al encontrarse en la empuñadura tenía que cargarse no por comprensión, sino por tracción, aprovechando un tirante que atravesaba y que se unía al obturador a través de un brazo articulado. Hay que resaltar también la modificación que realizó en las dos orejas de armamento, eliminando los salientes y alargándolo totalmente para mejorar su sujeción entre el dedo pulgar e índice. Incluso el seguro de la empuñadura fue eliminado, llegando así a la pistola Parabellum Model 08, conocida como P 08 (aunque conocida por todos simplemente como "Luger"), arma que en 1908 fue adoptada por el ejército alemán como "ordenanza" y que sirvió a los soldados de la República de Weimar y a los del Tercer Reich hasta el final de la Segunda Guerra Mundial, aunque en 1940 fue sustituida oficialmente por la menos romántica, aunque más eficiente, y sobre todo menos costosa P38 .
Hablar de las infinitas variantes de la Parbellum sobrepasa los límites de estas breves notas y el apasionado no encontrará dificultad para ampliar sus conocimientos con la literatura específica existente sobre el tema. Es más importante citar otro modelo fundamental de la P 08, es decir, el modelo de artillería (denominado LP 08 y adoptado en 1913), que se distingue por su largo cañón (de 20 centímetros) y por el alza de cursor regulado para el tiro hasta 450 metros, colocado prácticamente sobre la recámara. Obviamente, incluso este modelo posee el enganche para la culata que transforma este arma de cañón largo en una propia y verdadera carabina, precisa y fiable en un radio de tiro de casi 200 metros. A la Luger se le han hecho demasiados elogios; cada año que pasa se refuerza el mito haciendo olvidar que, como arma de guerra, incluso la P 08 tenía sus "defectillos", empezando por el elevado coste y por las difíciles, largas y numerosas operaciones mecánicas necesarias para producirla. En efecto, una P 08 funciona perfectamente si todas sus piezas se realizan con materiales de primera calidad, adecuados tratamientos térmicos y mínima tolerancias de elaboración, lo que ciertamente no asustaba a los neutrales suizos, pero sí hizo reflexionar a los alemanes, siempre en pie de guerra y, por tanto, con problemas de tiempos y de costes. Sin embargo, en el fondo, a parte de la Colt-Browning 1900, no había mucha elección en aquella época. Y además, digámoslo claramente, ¿habrían podido adoptar los alemanes un arma que no fuera alemana? En definitiva, se trata de una pistola semiautomática equipada con un cargador de ocho disparos. Producida por DWM, arsenal de Erfurt, Mauser, Simson y Krieghoff, cuenta con un pequeño retroceso y un sistema de cierre geométrico con obturador articulado. El cañón está diseñado con seis estrías de destrogiro. El paso es de una vuelta y 250 milímetros. Entre 1908 y 1942 se fabricaron un total de 2,5 millones de unidades.