Lancha Explosiva
Desarrollo
Algunos de los éxitos más notables del Ejército italiano durante la II Guerra Mundial se produjeron mediante el uso de lanchas explosivas. Se trataba de pequeñas embarcaciones que podían desplazarse a gran velocidad de manera tripulada, salvando obstáculos y redes. El éxito de la misión dependía muy directamente de la capacidad y valor de su tripulante, quien debía dirigir la proa hacia el objetivo fijado, abandonando la lancha en el momento preciso gracias un mecanismo de desenganche de su respaldo que le proyectaba hacia atrás sobre un bote plegable. La lancha, lanzada a toda velocidad, podía estallar al hacer contacto o mediante detonación hidrostática, esto es, como si fuera una carga de profundidad. Para ello se dividía en dos partes que se hundían de manera fulgurante bajo el agua y estallaban cerca del casco del buque enemigo. Con una lancha de este tipo, en la bahía de Suda (Creta) los italianos consiguieron hundir al crucero británico York. La decadencia del potencial del Eje a partir de comienzos de 1943 y el consiguiente dominio aliado del Mediterráneo hicieron que la eficacia de estas lanchas resultara minimizada.