Focke-Wulf Fw. TA-154
Desarrollo
La aparición de la "maravilla de madera", el De Havilland Mosquito, en los cielos del frente occidental, produjo en el general Milch una profunda admiración que condujo a solicitar de las empresas alemanas un aparato de similares características para encuadrarlo en la Luftwaffe. Básicamente el avión debía estar construido con materiales no estratégicos, ser capaz de desarrollar variantes de caza nocturna y ataque y emplear los motores Junkers Jumo 211. La utilización de la madera como material primordial generó desde el principio la mayor parte de los problemas que acompañarían al proyecto en sí, sobre todo porque la industria alemana que fabricaba aparatos de altas prestaciones lo hacía a partir del empleo de metal como materia prima, pese a que la madera venía siendo explotada desde los orígenes de la aviación como material básico. Al concepto novedoso se añadieron inéditas soluciones que sumaron los problemas: para unir las piezas de madera se empleó un pegamento de características similares a los epoxy. Este material, producido por la Tego-Film, era de excelentes cualidades, como se demostró en los prototipos, pero hubo de ser sustituido por un sucedáneo al ser bombardeada por la RAF la fabrica en cuestión. Dicho sucedáneo de inferiores propiedades fue la causa de varios accidentes por los que se llegó a acusar a Kurt Tank de saboteador. Pese a que la documentación básica relativa a este aparato se destruyó, parece estar claro que fue encuadrado en unidades operacionales y que la producción rondó los 50, entre A1 y A4.
Por lo poco que se sabe con respecto a su empleo en condiciones operacionales, las expectativas que sobre él se tenían se vieron truncadas porque, al parecer, era incapaz de interceptar a su homónimo británico. En cualquier caso, llegado el momento se dio orden de paralizar la producción e intentar que el peso de la misma se centrase en la nueva generación de reactores (Me 262 y Ar 234), de los que se esperaba obtener derivados para la caza nocturna de mejores prestaciones. El fin de la guerra daría al traste también con estos proyectos, pues apenas se notó la participación de los pocos aparatos que vieron la luz en los últimos combates que se dieron sobre el Reich.
Por lo poco que se sabe con respecto a su empleo en condiciones operacionales, las expectativas que sobre él se tenían se vieron truncadas porque, al parecer, era incapaz de interceptar a su homónimo británico. En cualquier caso, llegado el momento se dio orden de paralizar la producción e intentar que el peso de la misma se centrase en la nueva generación de reactores (Me 262 y Ar 234), de los que se esperaba obtener derivados para la caza nocturna de mejores prestaciones. El fin de la guerra daría al traste también con estos proyectos, pues apenas se notó la participación de los pocos aparatos que vieron la luz en los últimos combates que se dieron sobre el Reich.