XOCHICUÍCATL: CANTOS FLORIDOS Y DE AMISTAD

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XOCHICUÍCATL: CANTOS FLORIDOS Y DE AMISTAD Comienza, cantor. Tañe tu tambor florido. Con él deleita a los príncipes, los águilas y los ocelotes. Sólo por un breve tiempo estamos prestados unos a otros. Ya el corazón del Dador de la vida quiere quebrar allí collares y plumajes de quetzal... Los ha de terminar, ha de avasallar a los águilas y los ocelotes. Sólo por un breve tiempo estamos prestados unos a otros. Cuanto collar hay, cuanto plumaje de quetzal es destruido; aun cuando fuera esmeralda, aun cuando fuera oro... Por eso, gozad ahora: que se amortigüe con ello nuestra tristeza, oh príncipes. Y esos nuestros cantos y esas nuestras flores, ya son nuestra mortaja... Gozad, con ellos se teje el gremio de águilas y ocelotes, con ellos nos iremos hacia allá igualmente. Solamente aquí en la tierra nos hacemos amigos; sólo por breve tiempo nos conocemos mutuamente; solamente estamos aquí como prestados unos a otros. Que ahora se alegren nuestros corazones en la tierra... sólo por breve tiempo nos conocemos mutuamente; solamente estamos aquí como prestados unos a otros. No os entristezcáis, príncipes... ¡Nadie, nadie ha de ir quedando en la tierra! ¡Ay, sólo por breve tiempo estamos al lado del que hace vivir a todo: sólo prestados tenemos sus flores de escudo los que vivimos en la llanura...3 DOLOR Y AMISTAD No hago más que buscar, no hago más que recordar a nuestros amigos. ¿Vendrán otra vez aquí?, ¿han de volver a vivir? ¡Una sola vez nos perdemos, una sola vez estamos en la tierra! No por eso se entristezca el corazón de alguno: al lado del que está dando la vida.

Pero yo con esto lloro, me pongo triste; he quedado huérfano en la tierra. ¿Qué dispone tu corazón, autor de la vida? ¡Que se vaya la amargura de tu pecho, que se vaya el hastío del desamparo! ¡Que se puede alcanzar gloria a tu lado, oh dios... pero tú quieres darme muerte! Puede ser que no vivamos alegres en la tierra, pero tus amigos con eso tenemos gozo en la tierra. Y todos de igual modo padecemos y todos andamos con angustia unidos aquí. Dentro del cielo tú forjas tu designio. Lo decretarás: ¿acaso te hastíes y aquí nos escondas tu fama y tu gloria en la tierra? ¿Qué es lo que decretas? ¡Nadie es amigo del que da la vida, oh amigos míos, Águilas y Tigres! ¿A dónde iremos por fin los que aquí estamos sufriendo, oh príncipes? Que no haya infortunio: Él nos atormenta, él es quien nos mata: Sed esforzados: todos nos iremos al Lugar del Misterio. Que no te desdeñe aunque ande doliente ante el Dador de la vida: él nos va quitando, él nos va arrebatando su fama y su gloria en la tierra. Tenedlo entendido: tendré que dejaros, oh amigos, oh príncipes. Nadie vale nada ante el Dador de la vida, él nos va quitando, etcétera (como arriba). Lo has oído, corazón mío, tú que estás sufriendo: atiende a nosotros, míranos bien: Así vivimos aquí ante el Dador de vida. No por eso mueras, antes vive siempre en la tierra.4 EL ÁRBOL FLORIDO DE LA AMISTAD Ya abre sus corolas el Árbol Florido de la amistad.

Su raíz está formada por la nobleza que aquí dura. Veo Águilas y Tigres, veo la gloria: pero me pongo triste: tengo que dejar la amistad que persevera aquí. --Eres ave con espada, eres ave con dardos, tú, que volando vienes, oh Dador de la vida. Te vienes a parar en tu adoratorio, en donde está tu templo. Te limpias, te remeces entre los atabales. Cae en lluvia la tiza, cae en lluvia la pluma: tú, cual preciosa garza, te limpias, te remeces entre los atabales. Con esto queda pintado al fuego el solio de los Águilas, el trono de los Tigres: y vosotros estáis en primaveral casa, tú, Motecuzomatzin, y tú, Toquiquihuatzin. ¿Cómo el dios lo dispone? ¡Ya no por largo tiempo en el solio. Allí os deja solos el rey Nezahualpilli! --Flores de guerra se matizan: unas abren corolas, otras se secan. ¡Son Águilas, son Tigres! ¡Cuántas se han ido, cuántas volverán a la vida, a tu lado, oh tú, que eres dueño del ámbito! --Hubo marcha general a la región del misterio. Se fue el príncipe Tlacahuepantzin, se fue el señor Ixtlicuechahuac. ¡En breve brevísimo tiempo vinieron a vivir ante el rostro del dios! Y ahora, sin embargo, están en la inmensa llanura... (de los muertos).5 PONTE EN PIE Ponte en pie, percute tu atabal: dese a conocer la amistad. Tomados sean sus corazones: solamente aquí tal vez tenemos prestados nuestros cañutos de tabaco, nuestras flores. Ponte en pie, amigo mío, toma tus flores junto al atabal. Huya tu amargura: órnate con ellas: han venido a ser enhiestas las flores, se están repartiendo las flores de oro preciosas. Bellamente canta aquí el ave azul, el quetzal, el zorzal: preside el canto el quechol (guacamaya): le responden todos, sonajas y tambores Bebo cacao: con ello me alegro: mi corazón goza, mi corazón es feliz. ¡Llore yo o cante, en el rincón del interior de su casa pase yo mi vida! ¡Oh, ya bebí florido cacao con maíz: mi corazón llora, está doliente sólo sufro en la tierra! ¡Todo lo recuerdo: no tengo placer, no tengo dicha: sólo sufro en la tierra!6

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