Quema del señor Cualpopoca y de otros caballeros
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Datos principales
Desarrollo
Quema del señor Cualpopoca y de otros caballeros Transcurridos veinte días desde que Moctezuma fue apresado, volvieron aquellos criados suyos que habían ido con su mandato y sello, y trajeron a Cualpopoca y a un hijo suyo, y a otras quince personas principales, que según hallaron por pesquisa, eran culpados y participantes en consejo y muerte de los españoles. Entró Cualpopoca en México acompañado como gran señor que era, y en unas ricas andas que llevaban a hombros criados y vasallos suyos; y después de hablar con Moctezuma, fue entregado a Cortés con el hijo y los quince caballeros. Él los apartó y examinó estando con prisiones, y ellos confesaron que habían matado a los españoles en batalla. Preguntado Cualpopoca si era vasallo de Moctezuma, respondió: "¿Pues hay otro señor quien poderlo ser?". Casi diciendo que no. Cortés le dijo: "Mucho mayor es el rey de los españoles que vos matasteis sobre seguro y a traición; y aquí lo pagaréis". Examináronse otra vez con más rigor, y entonces todos a una voz confesaron que ellos habían matado a dos españoles, tanto por aviso e inducción del gran señor Moctezuma, como por su causa; y a los demás en la guerra que le fueron a hacer en su casa y tierra, donde lícitamente les pudieron matar. Cortés, por la confesión que de la culpa hicieron con su propia boca, los sentenció y condenó a quemar; y así, se quemaron públicamente en la plaza mayor, delante de todo el pueblo, sin haber ningún escándalo, sino todo silencio y espanto de la nueva forma de justicia que veían ejecutar en señor tan principal y en reino de Moctezuma, a hombres extranjeros y huéspedes.
La causa de quemar a Cualpopoca Mandó Cortés a Pedro de Hircio que procurase poblar donde ahora está Almería, para que Francisco de Garay no entrase allí, pues ya lo habían echado una vez de aquella costa. Hircio requirió a los indios a su amistad, para que se diesen al Emperador. Cualpopoca, señor de Nahutlan, o cinco villas que ahora llaman Almería, envió a decir a Pedro de Hircio que él no iba a prestarle obediencia por tener enemigos en el camino; mas que iría si le enviase algún español para asegurarle el camino, pues nadie osaría enojarle. Le envió cuatro, creyendo ser verdad, y porque tenía gana de poblar allí. Al entrar los cuatro españoles en tierra de Nahutlan, les salieron muchos hombres con armas al encuentro, y mataron a dos de ellos, haciendo muestras de gran alegría; los otros dos escaparon heridos a dar la noticia en Veracruz. Pedro de Hircio, creyendo que lo había hecho Cualpopoca, fue contra él con cincuenta españoles y con diez mil de Cempoallan, y llevó dos caballos que tenía y dos tirillos. Cualpopoca, en cuanto lo supo, salió con gran ejército a echarlos de su tierra. Peleó con ellos tan bien, que mató siete españoles y muchos cempoallaneses; mas al cabo fue vencido, su tierra talada, su pueblo saqueado, y muchos de los suyos muertos y cautivos. Estos últimos dijeron, cómo por mandato del gran señor Moctezuma había hecho todo aquello Cualpopoca. Pudo ser, pues también lo confesaron al tiempo de la muerte: mas otros dijeron que por excusarse echaban la culpa a los de México. Esto escribió Pedro de Hircio a Cortés a Chololla, y por estas cartas entró Cortés para prender a Moctezuma, según ya se dijo.
La causa de quemar a Cualpopoca Mandó Cortés a Pedro de Hircio que procurase poblar donde ahora está Almería, para que Francisco de Garay no entrase allí, pues ya lo habían echado una vez de aquella costa. Hircio requirió a los indios a su amistad, para que se diesen al Emperador. Cualpopoca, señor de Nahutlan, o cinco villas que ahora llaman Almería, envió a decir a Pedro de Hircio que él no iba a prestarle obediencia por tener enemigos en el camino; mas que iría si le enviase algún español para asegurarle el camino, pues nadie osaría enojarle. Le envió cuatro, creyendo ser verdad, y porque tenía gana de poblar allí. Al entrar los cuatro españoles en tierra de Nahutlan, les salieron muchos hombres con armas al encuentro, y mataron a dos de ellos, haciendo muestras de gran alegría; los otros dos escaparon heridos a dar la noticia en Veracruz. Pedro de Hircio, creyendo que lo había hecho Cualpopoca, fue contra él con cincuenta españoles y con diez mil de Cempoallan, y llevó dos caballos que tenía y dos tirillos. Cualpopoca, en cuanto lo supo, salió con gran ejército a echarlos de su tierra. Peleó con ellos tan bien, que mató siete españoles y muchos cempoallaneses; mas al cabo fue vencido, su tierra talada, su pueblo saqueado, y muchos de los suyos muertos y cautivos. Estos últimos dijeron, cómo por mandato del gran señor Moctezuma había hecho todo aquello Cualpopoca. Pudo ser, pues también lo confesaron al tiempo de la muerte: mas otros dijeron que por excusarse echaban la culpa a los de México. Esto escribió Pedro de Hircio a Cortés a Chololla, y por estas cartas entró Cortés para prender a Moctezuma, según ya se dijo.