Producción minera aragonesa
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Datos principales
Rango
Aragón Baja Edad Media
Desarrollo
Las diferencias estructurales observadas entre los sectores agropecuarios de Aragón, Cataluña, Mallorca y Valencia también estaban presentes en la producción de minerales y materias primas: en este campo Cataluña era más importadora, mientras que Valencia y Aragón eran más exportadores. Todos importaban estaño (de Inglaterra), cobre (de Castilla, Oriente Medio y Alemania) y oro (del norte de Africa). Cataluña poseía mineral de hierro suficiente para alimentar su industria metalúrgica (la fragua), que producía objetos de uso corriente y calidad media, y exportaba mercurio, antimonio y plata. Aragón, en cambio, aprovisionaba sus ferrerías con mineral de hierro del Cantábrico. Valencia exportaba cera y sebo, materias con las que los menestrales barceloneses fabricaban velas. La artesanía del cuero, que era una manufactura importante en Aragón, Cataluña y Valencia, trabajaba con pieles de la ganadería castellana, navarra, aragonesa y valenciana. La particular industria barcelonesa del coral trabajaba con el coral recogido en aguas de Cataluña, Berbería, Sicilia y Cerdeña. Mención aparte merecen las fibras vegetales y animales, que constituían la materia primera de la industria más importante de las ciudades medievales: la textil. De las tierras de Alicante procedían generalmente el esparto, los juncos y las palmas con las que en muchas ciudades de la Corona trabajaban los menestrales especializados en la fabricación de cuerdas, cestos, esteras, etc.
La producción catalana de lino y cáñamo era insuficiente para las necesidades de su manufactura de cordajes, velas de navío y tejidos gruesos, mientras que la valenciana era excedentaria y abastecía parcialmente al Principado. Cataluña no cultivaba algodón pero lo trabajaba activamente; sus proveedores eran Sicilia, Malta y los países del Mediterráneo oriental. Los fabricantes de tejidos de seda de la Corona trabajaban con seda bruta valenciana, aunque los catalanes, que no la producían, también tenían que comprarla en otros países. Entre las industrias medievales, la más importante y especializada era la pañería, cuyos artesanos trabajaban la lana. En todas las ciudades y villas importantes de la Corona había gente dedicada a la producción de paños, lo que suponía una demanda de lana en bruto muy elevada. En este terreno, Aragón y Valencia cubrían las necesidades de su industria y exportaban, mientras que Cataluña, deficitaria, compraba lana aragonesa y valenciana. La aragonesa, con una salida superior a los dos millones y medio de kilogramos, era el artículo más importante del comercio aragonés en los siglos XIV y XV (J. A. Sesma). Se exportaba a Cataluña, Francia e Italia. Los datos reunidos llevan a una serie de conclusiones: 1) la producción de minerales y materias primas de Cataluña fue insuficiente para alimentar una fuerte exportación de estos productos y cubrir las necesidades de la manufactura propia; 2) el sector primario catalán no resiste la comparación con el valenciano y el aragonés; 3) la industria catalana fue, por tanto, tributaria de las materias primas que le proporcionaban Aragón y Valencia, además de otros países; y 4) la manufactura valenciana, menos dependiente del exterior, podía llegar a ser un serio competidor de la catalana. Entre tanto (antes de la crisis), la fortuna de Cataluña reposaba en la exportación de productos manufacturados de mediana calidad y de algún producto agrícola concreto (azafrán), además del papel de intermediario que ejercía en el gran comercio internacional.
La producción catalana de lino y cáñamo era insuficiente para las necesidades de su manufactura de cordajes, velas de navío y tejidos gruesos, mientras que la valenciana era excedentaria y abastecía parcialmente al Principado. Cataluña no cultivaba algodón pero lo trabajaba activamente; sus proveedores eran Sicilia, Malta y los países del Mediterráneo oriental. Los fabricantes de tejidos de seda de la Corona trabajaban con seda bruta valenciana, aunque los catalanes, que no la producían, también tenían que comprarla en otros países. Entre las industrias medievales, la más importante y especializada era la pañería, cuyos artesanos trabajaban la lana. En todas las ciudades y villas importantes de la Corona había gente dedicada a la producción de paños, lo que suponía una demanda de lana en bruto muy elevada. En este terreno, Aragón y Valencia cubrían las necesidades de su industria y exportaban, mientras que Cataluña, deficitaria, compraba lana aragonesa y valenciana. La aragonesa, con una salida superior a los dos millones y medio de kilogramos, era el artículo más importante del comercio aragonés en los siglos XIV y XV (J. A. Sesma). Se exportaba a Cataluña, Francia e Italia. Los datos reunidos llevan a una serie de conclusiones: 1) la producción de minerales y materias primas de Cataluña fue insuficiente para alimentar una fuerte exportación de estos productos y cubrir las necesidades de la manufactura propia; 2) el sector primario catalán no resiste la comparación con el valenciano y el aragonés; 3) la industria catalana fue, por tanto, tributaria de las materias primas que le proporcionaban Aragón y Valencia, además de otros países; y 4) la manufactura valenciana, menos dependiente del exterior, podía llegar a ser un serio competidor de la catalana. Entre tanto (antes de la crisis), la fortuna de Cataluña reposaba en la exportación de productos manufacturados de mediana calidad y de algún producto agrícola concreto (azafrán), además del papel de intermediario que ejercía en el gran comercio internacional.