Pánfilo de Narváez
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Datos principales
Desarrollo
Pánfilo de Narváez La figura de Pánfilo de Narváez va íntimamente unida a la del Conquistador y Gobernador de Cuba, Diego de Velázquez. Ambos son oriundos, paisanos de la misma tierra --Cuéllar-- y posiblemente pasan juntos a las Indias. En 1509 ambos se encuentran en la Española, y Diego Colón, nuevo gobernador y capitán general en las Indias, encarga a Diego Velázquez la ocupación y colonización de Cuba. A la empresa del segoviano le acompañará su inseparable Pánfilo de Narváez2, Hernán Cortés, el futuro conquistador de México, y fray Bartolomé de las Casas que, en su famosísima Destrucción de las Indias, narrará apocalípticamente la conquista cubana, tratando a Velázquez y a Narváez despiadadamente, y acusándoles directamente de las matanzas. En 1511 desembarcan los expedicionarios en el fondeadero que se llamó Las Palmas, y se establecen en la isla sin encontrar resistencia en los indígenas. Tanto es así que Velázquez parte de Cuba para contraer matrimonio, dejando el mando a Pánfilo de Narváez. Entonces los indígenas siboneyes, movidos y alertados por un cacique haitiano, se disponen a hacer frente a los españoles. Pánfilo de Narváez los desbarató fácilmente, penetrando y ocupando el Camagüey, haciendo efectiva la dominación de toda la isla. Velázquez, a su vuelta, fundó en 1512 la ciudad de Baracoa; en 1513, la de Bayano, y en 1514, las de Trinidad, Sancti Espiritu, Santa María de Puerto Príncipe, Santiago y La Habana, donde establece los correspondientes ayuntamientos.
--El Rey Católico le confirma en el gobierno y le premia con el título de Adelantado. Gracias a dicho título, Velázquez podrá planear el descubrimiento y conquista de México, la primera de las grandes frustraciones de Pánfilo de Narváez. Porque Velázquez le envía a España y lo encontramos en la Corte, apoyando las pretensiones de su amigo, no otras que realizar la conquista del Imperio Azteca bajo su jurisdicción y control, saltándose los derechos de Diego Colón. Mientras Pánfilo se mueve por la Corte, defendiendo los pretendidos derechos del Adelantado, éste está sugestionado por las cualidades de Hernán Cortés, que mostró su gran talento militar en la conquista de Cuba; y comenzó a exponer sus aptitudes colonizadoras y administrativas, hasta el punto que Velázquez le nombró secretario suyo y tesorero del Rey en la isla. La ausencia de Pánfilo en España, indudablemente favoreció el ascenso fulgurante de Cortés, que logrará tras muchas peripecias ser nombrado jefe de la expedición que terminará por conquistar el fabuloso Imperio de Tenochtitlán. Cuando Pánfilo regresa a Cuba, Cortés ha hundido sus barcos y roto las amarras que le unían al gobernador Velázquez. El de Cuéllar no es hombre con el que se juegue impunemente, y con rapidez organiza la réplica a Cortés. Como ya no se fía de nadie y ha llegado su fiel Pánfilo, a éste lo hace jefe de la expedición que irá a México a apresar a Cortés, y si es posible, continuar las increíbles conquistas.
Pánfilo, al frente de 18 navíos, que llevan 1.500 hombres, se presenta en Veracruz. Es una gran ocasión; es el momento de pasar a la historia, pero lo desaprovechará lastimosamente: a pesar de su superioridad, en una noche lluviosa y desapacible, Cortés, con escasas fuerzas, le atacará en Cempoala. Sus soldados le abandonarán en la refriega, donde perderá un ojo, y quedará preso. En 1522 regresará a España con el encargo de Velázquez de pleitear contra la usurpación de Cortés. Al mismo tiempo que litigia contra el hidalgo de Medellín, Pánfilo obtiene para sí el título de Adelantado, para la conquista de Florida. Pero una vez más se revelará como jefe incapaz, y gran parte del fracaso de la expedición se deberá a su carácter irresoluto para las grandes decisiones, unido a su mezquindad. Para concluir, recogemos el comentario del padre fray Bartolomé de las Casas, que al dar noticia de cómo Narváez fue absorbido por las turbulentas aguas del golfo mexicano, tan sólo añade: el diablo llevóle el alma.
--El Rey Católico le confirma en el gobierno y le premia con el título de Adelantado. Gracias a dicho título, Velázquez podrá planear el descubrimiento y conquista de México, la primera de las grandes frustraciones de Pánfilo de Narváez. Porque Velázquez le envía a España y lo encontramos en la Corte, apoyando las pretensiones de su amigo, no otras que realizar la conquista del Imperio Azteca bajo su jurisdicción y control, saltándose los derechos de Diego Colón. Mientras Pánfilo se mueve por la Corte, defendiendo los pretendidos derechos del Adelantado, éste está sugestionado por las cualidades de Hernán Cortés, que mostró su gran talento militar en la conquista de Cuba; y comenzó a exponer sus aptitudes colonizadoras y administrativas, hasta el punto que Velázquez le nombró secretario suyo y tesorero del Rey en la isla. La ausencia de Pánfilo en España, indudablemente favoreció el ascenso fulgurante de Cortés, que logrará tras muchas peripecias ser nombrado jefe de la expedición que terminará por conquistar el fabuloso Imperio de Tenochtitlán. Cuando Pánfilo regresa a Cuba, Cortés ha hundido sus barcos y roto las amarras que le unían al gobernador Velázquez. El de Cuéllar no es hombre con el que se juegue impunemente, y con rapidez organiza la réplica a Cortés. Como ya no se fía de nadie y ha llegado su fiel Pánfilo, a éste lo hace jefe de la expedición que irá a México a apresar a Cortés, y si es posible, continuar las increíbles conquistas.
Pánfilo, al frente de 18 navíos, que llevan 1.500 hombres, se presenta en Veracruz. Es una gran ocasión; es el momento de pasar a la historia, pero lo desaprovechará lastimosamente: a pesar de su superioridad, en una noche lluviosa y desapacible, Cortés, con escasas fuerzas, le atacará en Cempoala. Sus soldados le abandonarán en la refriega, donde perderá un ojo, y quedará preso. En 1522 regresará a España con el encargo de Velázquez de pleitear contra la usurpación de Cortés. Al mismo tiempo que litigia contra el hidalgo de Medellín, Pánfilo obtiene para sí el título de Adelantado, para la conquista de Florida. Pero una vez más se revelará como jefe incapaz, y gran parte del fracaso de la expedición se deberá a su carácter irresoluto para las grandes decisiones, unido a su mezquindad. Para concluir, recogemos el comentario del padre fray Bartolomé de las Casas, que al dar noticia de cómo Narváez fue absorbido por las turbulentas aguas del golfo mexicano, tan sólo añade: el diablo llevóle el alma.