Nacimiento de los murabitun
Compartir
Datos principales
Rango
Almorávides
Desarrollo
Hay que resaltar que la forma de profesar el Islam las poblaciones del Magreb al-Aqsa fue, en los primeros siglos bastante superficial, que se limitaba al mero conocimiento de las fórmulas rituales, mezclada, en muchos casos, con creencias paganas y herejías. Este estado de precariedad llevó al jefe de la tribu Yudala, Yahya ibn Ibrahim, que había peregrinado a La Meca hacia el año 1035, a detenerse en Qairuán (Túnez) y pedir a su Imam, Abu Imran al-Fasi, que designara a un alfaquí para educar a sus gentes en la verdadera fe y obras islámicas. Tras varias deliberaciones se eligió a Abdallah ibn Yasin, un joven alfaquí sanhaya, a quien las fuentes antiguas no reconocen gran sabiduría de las leyes y preceptos coránicos, pero todas le atribuyen personalidad, astucia y ambiciones políticas que le permitieron formar, hacia el año 1048, un movimiento religioso y una poderosa confederación entre los malikíes de etnia sinhaya de las tribus Banu Warit, Yudala y Lamtuna. Los objetivos del movimiento de Ibn Yasin eran: propagar la verdad, reprimir la injusticia y abolir los impuestos ilegales. Para cumplirlos, Abdallah ibn Yasin actuó como Imam y alfaquí muy severo y rígido, impulsor de un espíritu de reforma social muy estricto: ordenaba la guerra contra los heterodoxos, imponía sus opiniones legales, prohibía las bebidas alcohólicas y tener más de cuatro mujeres, castigaba con gran severidad al fornicador, al ladrón y al que descuidaba la oración; además recaudaba los impuestos legales y repartía el botín.
En el 1054, al cabo de tres días de dura batalla contra una tribu no islámica, Abdallah ilm Yasin bautizó a sus fuerzas con el nombre de los murabitun o almorávides: "por su gran resistencia y su hermoso valor", como escribió el historiador musulmán Ibn-Idari en su gran obra historiográfica al-Bayan al-Mugrib fi Ajbar al-Magreb, al referirse al origen del movimiento bereber; Abdallah ibn Yasin les había dado este nombre por su resistencia en las penalidades de la guerra y no por haberse instruido en un ribat, como se viene tradicionalmente repitiendo. Fue más tarde, tras el contacto con los cristianos, cuando se desarrolló al-ribat con su carácter monástico y militar.Pese a excederse en sus atribuciones y a que su vida privada se alejaba de los preceptos que imponía -se conocían su inmoderada afición a las mujeres y su codicia-, lo que le supuso el rechazo de algunos alfaquíes, Ibn Yasin (m. 1059) logró dar a su movimiento un fuerte impulso reformador. Eliminó la tibieza religiosa y la heterodoxia y logró unificar el Magreb al-Aqsa con la ayuda de dos jefes de la tribu Lamtuna: Abu Bakr b. Umar y su primo Abu Ya'kub Yusuf ibn Tasufin .Estos dos hombres consolidaron el movimiento almorávide. El primero, tras conquistar Siyilmasa, el valle del Sus, la ciudad de Agmat y poner la primera piedra de la ciudad de Marrakech, en el 1068-69, volvió su atención hacia el Sudán y el África Negra, introduciendo el Islam en aquellas regiones. También aseguró los logros económicos conseguidos por su confederación: el control de las rutas caravaneras de la sal de Aulil y del oro de Gana.El segundo, Yusuf ibn Tasufín, a instancias de Abu Bakr, se ocupó principalmente del avance hacia el Noroeste de Marruecos, conquistando Fez, Tremecén, Orán, Argel, Ceuta y, sobre todo, la Península Ibérica . Él fundó la primera dinastía bereber, nombrando a su hijo Alí heredero del trono en al-Magrib al-Aqsa y al-Andalus, designando Marrakech como capital y Córdoba como centro principal en la provincia.
En el 1054, al cabo de tres días de dura batalla contra una tribu no islámica, Abdallah ilm Yasin bautizó a sus fuerzas con el nombre de los murabitun o almorávides: "por su gran resistencia y su hermoso valor", como escribió el historiador musulmán Ibn-Idari en su gran obra historiográfica al-Bayan al-Mugrib fi Ajbar al-Magreb, al referirse al origen del movimiento bereber; Abdallah ibn Yasin les había dado este nombre por su resistencia en las penalidades de la guerra y no por haberse instruido en un ribat, como se viene tradicionalmente repitiendo. Fue más tarde, tras el contacto con los cristianos, cuando se desarrolló al-ribat con su carácter monástico y militar.Pese a excederse en sus atribuciones y a que su vida privada se alejaba de los preceptos que imponía -se conocían su inmoderada afición a las mujeres y su codicia-, lo que le supuso el rechazo de algunos alfaquíes, Ibn Yasin (m. 1059) logró dar a su movimiento un fuerte impulso reformador. Eliminó la tibieza religiosa y la heterodoxia y logró unificar el Magreb al-Aqsa con la ayuda de dos jefes de la tribu Lamtuna: Abu Bakr b. Umar y su primo Abu Ya'kub Yusuf ibn Tasufin .Estos dos hombres consolidaron el movimiento almorávide. El primero, tras conquistar Siyilmasa, el valle del Sus, la ciudad de Agmat y poner la primera piedra de la ciudad de Marrakech, en el 1068-69, volvió su atención hacia el Sudán y el África Negra, introduciendo el Islam en aquellas regiones. También aseguró los logros económicos conseguidos por su confederación: el control de las rutas caravaneras de la sal de Aulil y del oro de Gana.El segundo, Yusuf ibn Tasufín, a instancias de Abu Bakr, se ocupó principalmente del avance hacia el Noroeste de Marruecos, conquistando Fez, Tremecén, Orán, Argel, Ceuta y, sobre todo, la Península Ibérica . Él fundó la primera dinastía bereber, nombrando a su hijo Alí heredero del trono en al-Magrib al-Aqsa y al-Andalus, designando Marrakech como capital y Córdoba como centro principal en la provincia.