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Datos principales
Desarrollo
Quién fue el primer descubridor de esta provincia Después que el adelantado Pedro de Vera mi rebisabuelo, por orden de los reyes católicos D. Fernando y D?. Isabel , conquistó las islas de la gran Canaria, que antiguamente se dijeron Fortunadas, luego el Rey de Portugal mandó poblar las islas de Cabo Verde, que están de aquel cabo de la equinoccial, y cursar el comercio de la mina de Guinea; por el consiguiente el año de 1493 salió de Lisboa un capitán llamado Américo Vespucio por orden del mismo rey D. Juan a hacer navegación al occidente, al mismo tiempo que Cristóbal Colón volvía a España del descubrimiento de las Indias. Este capitán Américo Vespucio llegó a Cabo Verde, y continuando su jornada, pasó la equinoccial de este cabo del polo antártico hacia el oeste y mediodía, de manera que llegó a reconocer la tierra y costa, que hoy llaman del Brasil junto al cabo de San Agustín, que está ocho grados de esta parte de la línea, de donde corriendo aquella costa, descubrió muchos puertos y ríos caudalosos, toda muy poblada de gente caribe y carnicera, los más septentrionales se llaman Tobayaraes, y Tamoyos; los australes se dicen Tupisnambas y Tupisnacis, son muy belicosos, y hablan todos casi una lengua, aunque con alguna diferencia, andan todos desnudos, en especial los varones, así por el calor de la tierra, como por ser su antigua costumbre. Y como de este descubrimiento naciese entre los reyes de Castilla y Portugal cierta diferencia y controversia, el Papa Alejandro VI , hizo nueva división entre las dos coronas, señalando cierta línea y demarcación, para que cada uno de los reyes continuase sus navegaciones y conquista: los cuales aprobaron la dicha concesión en Tordesillas , en 7 días del mes de junio, año de 1494.
Y con esta demarcación los portugueses pusieron su padrón y término en la isla de Santa Catalina, plantando allí una columna de mármol con las quinas y armas de su rey, que está en 28 grados poco más o menos de la equinoccial, distante cien leguas del Río de la Plata para el Brasil. Y así comenzaron los portugueses a surcar esta costa, por haber en aquella tierra mucho palo del Brasil, y malagueta, y algunas esmeraldas que hallaron entre los indios, de donde llevaban para Portugal mucha plumería de diversos colores, papagayos y monos diferentes de los de África, demás de ser tierra muy fértil y saludable de buenos y seguros puertos. Quiso el rey D. Manuel dar orden que se poblase, y así el año de 1503 dio y repartió esta costa a ciertos caballeros, concediéndoles la propiedad y capitanía de ellas, como fue la que le cupo a Martín Alfonso de Sosa, que es la que hoy llaman San Vicente, la cual pobló el año 1506 y repartiéndose lo demás a otros caballeros hasta dar vuelta a la otra parte del cabo de San Agustín, se le dio, y cupo en suerte a un caballero llamado Alfonso de Albuquerque , el lugar donde pobló la villa do Olinda, que es la que hoy llaman Pernambuco por estar situada en un brazo de mar, que los naturales llaman Paranambú, de donde se le dio esta denominación. Está de la equinoccial ocho grados, es el más populoso y rico lugar de todo el Brasil por el comercio y contratación de muchos reinos y provincias, así de naturales como de extranjeros.
Después de lo cual el año de 1512, salió de Castilla Juan Díaz de Solís , vecino de la villa de Lebrija, para las Indias Occidentales: éste era piloto mayor del rey, y con su licencia, aunque a su propia costa, siguió esta navegación que entonces llamaban de los Pinzones, por dos hermanos que fueron compañeros de Cristóbal Colón en el descubrimiento de las Indias; y continuando su derrota, llegó al cabo de San Agustín, y costeando la vía meridional, vino a navegar 700 leguas hasta ponerse en 40 grados; y retrocediendo a mano derecha, descubrió la boca de este gran Río de la Plata, a quien los naturales llaman Paraná Guazú, que quiere decir río como mar, a diferencia de otro de este nombre Paraná. Así éste lo es de forma que es uno de los más caudalosos del mundo, por el cual Juan Díaz de Solís entró algunas jornadas hasta tomar puerto en su territorio, donde, pareciéndole muy bien, puso muchas cruces, como que tomaba posesión de los árboles que en aquella tierra son muy grandes, y teniendo comunicación con los naturales, le recibieron con buen acogimiento, admirándose de gente tan nueva y extraña; y al cabo de pocos días, sobreviniéndole una tormenta por no haber acertado a tomar puerto conveniente, salió derrotado al ancho mar, y se fue a España con la relación de su jornada, llevando de camino mucho brasil y otras cosas de aquella costa de que fue cargado; y el año 1519, Fernando Magallanes por orden de S.
M., salió a descubrir el estrecho, que de su nombre se dice de Magallanes, para entrar en el mar del sur en busca de las islas Malucas, ofreciéndose este eminente piloto de nación portugués, descubrir diferente camino del que los portugueses habían hallado, que fue más breve: atravesó con buen viaje el cabo de San Agustín entre el poniente y sur, donde estuvieron muchos días comiendo él y sus soldados cañas de azúcar y unos animales como vacas, aunque no tienen cuernos, que llaman antas. De aquí partió el mismo año a último de marzo para el mediodía, y llegó a una bahía que está en 40 grados, haciendo allí su invernada; y reconocido el Río de la Plata, fueron costeando lo que dista para el estrecho hasta 50 grados, donde saltando en tierra siete arcabuceros, hallaron unos gigantes de monstruosa magnitud, y trayendo consigo tres de ellos, los llevaron a las naos, de donde se les huyeron dos, y metiendo el uno en la capitana, fue bien tratado de Magallanes, aceptando algunas cosas, aunque con rostro triste; tuvo temor de verse en un espejo, y por ver las fuerzas que tenía, le hicieron que tomase a cuestas una pipa de agua, la cual se la llevó como si fuese una botija, y queriendo irse, cargaron sobre él ocho o diez soldados, y tuvieron bien que hacer para atarle, de lo cual se disgustó tanto que no quiso comer, y de puro coraje murió. Tenía de altura trece pies, otros dicen que quince. De aquí pasó adelante Magallanes a tomar el estrecho, haciendo aquella navegación tan peregrina en que perdió la vida, quedando en su lugar Juan Sebastián Cano , natural de Guetaria, el cual anduvo, según todos dicen, 14.
000 leguas en la nao Victoria, de donde se le dio por armas un globo, en que tenía puestos los pies con una letra, que decía: primus circumdedisti me; no pudiendo seguirle en esta larga jornada Álvaro de Mezquita, dio vuelta al mar del norte para España, donde llegado, dio noticia de lo que hasta allí se había descubierto y navegado; de manera que de lo dicho se infiere haber sido Américo Vespucio el primero que descubrió la costa del Brasil, de quien le quedó a esta cuarta parte del mundo su nominación: Solís el que halló la boca del Río de la Plata, y el primero que navegó y entró en él; y Magallanes el primer descubridor del estrecho, que costeó lo que hay desde el Río de la Plata hasta los 56 grados de esta tierra y sus comarcas.
Y con esta demarcación los portugueses pusieron su padrón y término en la isla de Santa Catalina, plantando allí una columna de mármol con las quinas y armas de su rey, que está en 28 grados poco más o menos de la equinoccial, distante cien leguas del Río de la Plata para el Brasil. Y así comenzaron los portugueses a surcar esta costa, por haber en aquella tierra mucho palo del Brasil, y malagueta, y algunas esmeraldas que hallaron entre los indios, de donde llevaban para Portugal mucha plumería de diversos colores, papagayos y monos diferentes de los de África, demás de ser tierra muy fértil y saludable de buenos y seguros puertos. Quiso el rey D. Manuel dar orden que se poblase, y así el año de 1503 dio y repartió esta costa a ciertos caballeros, concediéndoles la propiedad y capitanía de ellas, como fue la que le cupo a Martín Alfonso de Sosa, que es la que hoy llaman San Vicente, la cual pobló el año 1506 y repartiéndose lo demás a otros caballeros hasta dar vuelta a la otra parte del cabo de San Agustín, se le dio, y cupo en suerte a un caballero llamado Alfonso de Albuquerque , el lugar donde pobló la villa do Olinda, que es la que hoy llaman Pernambuco por estar situada en un brazo de mar, que los naturales llaman Paranambú, de donde se le dio esta denominación. Está de la equinoccial ocho grados, es el más populoso y rico lugar de todo el Brasil por el comercio y contratación de muchos reinos y provincias, así de naturales como de extranjeros.
Después de lo cual el año de 1512, salió de Castilla Juan Díaz de Solís , vecino de la villa de Lebrija, para las Indias Occidentales: éste era piloto mayor del rey, y con su licencia, aunque a su propia costa, siguió esta navegación que entonces llamaban de los Pinzones, por dos hermanos que fueron compañeros de Cristóbal Colón en el descubrimiento de las Indias; y continuando su derrota, llegó al cabo de San Agustín, y costeando la vía meridional, vino a navegar 700 leguas hasta ponerse en 40 grados; y retrocediendo a mano derecha, descubrió la boca de este gran Río de la Plata, a quien los naturales llaman Paraná Guazú, que quiere decir río como mar, a diferencia de otro de este nombre Paraná. Así éste lo es de forma que es uno de los más caudalosos del mundo, por el cual Juan Díaz de Solís entró algunas jornadas hasta tomar puerto en su territorio, donde, pareciéndole muy bien, puso muchas cruces, como que tomaba posesión de los árboles que en aquella tierra son muy grandes, y teniendo comunicación con los naturales, le recibieron con buen acogimiento, admirándose de gente tan nueva y extraña; y al cabo de pocos días, sobreviniéndole una tormenta por no haber acertado a tomar puerto conveniente, salió derrotado al ancho mar, y se fue a España con la relación de su jornada, llevando de camino mucho brasil y otras cosas de aquella costa de que fue cargado; y el año 1519, Fernando Magallanes por orden de S.
M., salió a descubrir el estrecho, que de su nombre se dice de Magallanes, para entrar en el mar del sur en busca de las islas Malucas, ofreciéndose este eminente piloto de nación portugués, descubrir diferente camino del que los portugueses habían hallado, que fue más breve: atravesó con buen viaje el cabo de San Agustín entre el poniente y sur, donde estuvieron muchos días comiendo él y sus soldados cañas de azúcar y unos animales como vacas, aunque no tienen cuernos, que llaman antas. De aquí partió el mismo año a último de marzo para el mediodía, y llegó a una bahía que está en 40 grados, haciendo allí su invernada; y reconocido el Río de la Plata, fueron costeando lo que dista para el estrecho hasta 50 grados, donde saltando en tierra siete arcabuceros, hallaron unos gigantes de monstruosa magnitud, y trayendo consigo tres de ellos, los llevaron a las naos, de donde se les huyeron dos, y metiendo el uno en la capitana, fue bien tratado de Magallanes, aceptando algunas cosas, aunque con rostro triste; tuvo temor de verse en un espejo, y por ver las fuerzas que tenía, le hicieron que tomase a cuestas una pipa de agua, la cual se la llevó como si fuese una botija, y queriendo irse, cargaron sobre él ocho o diez soldados, y tuvieron bien que hacer para atarle, de lo cual se disgustó tanto que no quiso comer, y de puro coraje murió. Tenía de altura trece pies, otros dicen que quince. De aquí pasó adelante Magallanes a tomar el estrecho, haciendo aquella navegación tan peregrina en que perdió la vida, quedando en su lugar Juan Sebastián Cano , natural de Guetaria, el cual anduvo, según todos dicen, 14.
000 leguas en la nao Victoria, de donde se le dio por armas un globo, en que tenía puestos los pies con una letra, que decía: primus circumdedisti me; no pudiendo seguirle en esta larga jornada Álvaro de Mezquita, dio vuelta al mar del norte para España, donde llegado, dio noticia de lo que hasta allí se había descubierto y navegado; de manera que de lo dicho se infiere haber sido Américo Vespucio el primero que descubrió la costa del Brasil, de quien le quedó a esta cuarta parte del mundo su nominación: Solís el que halló la boca del Río de la Plata, y el primero que navegó y entró en él; y Magallanes el primer descubridor del estrecho, que costeó lo que hay desde el Río de la Plata hasta los 56 grados de esta tierra y sus comarcas.