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Datos principales
Desarrollo
La enseñanza universitaria constituye el final del ciclo educativo. En las dos primeras décadas franquistas, si ya era difícil que todo el mundo terminara la enseñanza secundaria, lógicamente, lo era más aún que accediera a la universidad. Las mujeres constituyeron tan sólo un 18,3 % de las matrículas. A los problemas económicos de la época, que como hemos visto dificultaban la continuidad en los estudios, se sumaron otros aspectos, sobre todo la falta de relación entre cursar estudios universitarios y tener facilidad para integrarse después en el mundo laboral, y por supuesto, la estima de la mujer por la constitución de una familia, que la llevaba no siempre por presión externa a prescindir de ambiciones laborales. A partir de los años cincuenta se incrementa notable y crecientemente la presencia de la mujer en las aulas universitarias, al tiempo que aumenta el número de varones. Favorece esta situación el aumento demográfico y la mejoría económica del país. Digamos pues, con rigor, que la escasa presencia de la mujer en la universidad durante el primer Franquismo, no se debe tanto al sistema político como a la conjunción de una natalidad baja, de una población pobre que necesitaba trabajar de manera inmediata antes que hacer estudios y de una reestructuración social compleja en la que las mujeres tuvieron que ayudar o suplir a los hombres que habían terminado una guerra. El acceso de las mujeres a la universidad se polarizó en determinadas carreras con las que se identificaban mejor y con las que creían hacer más compatible su deseo de formar una familia.
Se matricularon sobre todo en las Facultades de Farmacia, Filosofía y Letras, Ciencias y Derecho, frente a otros estudios que, bien les parecieron masculinos, bien no atrajeron su interés, como Ciencias Políticas y Económicas, Medicina y Veterinaria. Gráfico No obstante algunas de las mujeres que optaron por estudiar Derecho y ejercer la abogacía, se convertirían en el motor del cambio de la legislación a favor de la igualdad de la mujer, como hablaremos más delante de Mercedes Formica, cuya campaña empezó en 1953, tras la publicación en ABC de un famoso artículo que daría a pie a toda una progresiva reforma de la situación jurídica de las mujeres. Abordaremos más adelante las grandes reformas legales cuyo motor fueron conocidas mujeres abogados, algunas de ellas mandos de la Sección Femenina.
Se matricularon sobre todo en las Facultades de Farmacia, Filosofía y Letras, Ciencias y Derecho, frente a otros estudios que, bien les parecieron masculinos, bien no atrajeron su interés, como Ciencias Políticas y Económicas, Medicina y Veterinaria. Gráfico No obstante algunas de las mujeres que optaron por estudiar Derecho y ejercer la abogacía, se convertirían en el motor del cambio de la legislación a favor de la igualdad de la mujer, como hablaremos más delante de Mercedes Formica, cuya campaña empezó en 1953, tras la publicación en ABC de un famoso artículo que daría a pie a toda una progresiva reforma de la situación jurídica de las mujeres. Abordaremos más adelante las grandes reformas legales cuyo motor fueron conocidas mujeres abogados, algunas de ellas mandos de la Sección Femenina.