Compartir
Datos principales
Rango
Periodo prerromano
Desarrollo
Se trata de una de las manifestaciones mejor conocidas y más valoradas del arte ibérico , tanto las decoraciones con figuras geométricas, más tempranas y abundantes por más sencillas de realizar, como las de figuras humanas y animales. Para Tarradell la cerámica ibérica puede agruparse en dos períodos, uno primero a partir del siglo V a. C., con una temática muy simple (bandas horizontales, círculos o medios círculos, en definitiva, decoración geométrica), que se mantiene a lo largo de todo el tiempo y en general en todo el área ibérica, y una segunda época ya en pleno dominio romano, a partir del año 200 a. C., donde aparecen el estilo narrativo y simbólico de figuras humanas y animales, aunque es muy posible que ya se hayan iniciado durante el siglo III. También aquí vemos cómo los influjos externos (greco-orientales) complementan y dinamizan elementos de la propia evolución interna, por lo que se pueden distinguir varias zonas atendiendo a la decoración y a la época en que se realiza cada uno. Dentro de la amplia área ibérica distingue Presedo varias subáreas: 1. Cerámica ibérica andaluza. Valle del Guadalquivir y afluentes, así como el sur de Portugal y la región extremeña, que emplea el torno, traído por los colonizadores orientales, desde época temprana. En esta área la cerámica protoibérica recoge las dos corrientes externas, la fenicio-chipriota y la jónica, a partir del siglo VII-VI.
No es, no obstante, una zona de desarrollo importante de la cerámica ibérica. 2. La cerámica del Sudeste, llamada también cerámica de estilo simbólico, que tiene como focos principales los de Elche y Archena, que han dado nombre a este estilo, aunque también haya habido importantes hallazgos en El Cigarralejo, El Cabecico del Tesoro y Pozo Moro. Las formas cerámicas son las mismas que en Andalucía, pero sobre ellas se pintan escenas de animales y de hombres. Se trata de figuras diversas, en general de tamaño grande, que normalmente tienen valor por sí mismas y no forman conjuntos. Junto a las figuras de animales (lobos, pájaros, etc.) encontramos representaciones de guerreros en distintas actitudes de combate. Se trata de un arte hierático con un área de difusión relativamente concentrada, la zona sur del País Valenciano y casi toda Murcia. 3. La cerámica de Oliva-Liria, denominada de esta forma por ser los yacimientos que proporcionaron los primeros lotes de este denominado estilo narrativo. Los vasos están pintados con colores oscuros y en muchos casos las figuras están rellenadas con color negro. Frente a la individualidad de las figuras del arte de Elche-Archena, en los vasos de Liria encontramos ciertos argumentos en los conjuntos de figuras, junto a letreros que hoy en día son todavía inaccesibles a nuestro conocimiento. Hay conjuntos que representan escenas de caza, de guerra, de danza, hombres a pie o a caballo persiguiendo jabalíes o lobos, etc.
, luchas de grupos enfrentados, tanto a pie, como a caballo o en barcas. Por lo general son figuras de tamaño menor que las del estilo simbólico. Su área de distribución, reducida en un principio por los primeros descubrimientos a la zona central valenciana, debe hoy día extenderse hacia el valle del Ebro en la provincia de Teruel (por ejemplo el poblado de Alloza). 4. Azaila. Dejando de lado, por no venir al caso en este momento, el intrincado problema de la iberización del valle medio del Ebro, al que se ha hecho referencia en otro lugar, y, si podemos hablar propiamente de zona ibérica , tenemos la evidencia cerámica del poblado de Azaila. En el Bajo Aragón la cerámica es más tardía porque el sustrato sobre el que aparece en el siglo IV a. C. es un horizonte hallstático. En los vasos de Azaila aparecen figuras de animales enmarcadas con figuras vegetales y geométricas, sin paralelos en otras zonas. No deja de tratarse de una zona que podríamos llamar marginal con referencia a los dos núcleos básicos de Elche-Archena y Liria-Oliva. 5. La cerámica del Nordeste. En la zona ibérica de Cataluña han aparecido cerámicas pintadas importadas algunas de ellas concretamente de Archena. Hay también producción de talleres locales en distintos lugares, pero sobre todo en Ampurias , donde la gran calidad de la escasa cerámica ibérica allí aparecida tiene la impronta de la fuerte influencia de la cerámica griega. En general en toda la cerámica que podemos considerar como ibérica se utilizan prácticamente los mismos colores, oscuros como decíamos antes. Destacan el rojizo oscuro, el que Tarradell llama vinoso, el marrón y el negro, empleado sobre todo para rellenar las figuras de los vasos de Liria. Como conclusión sobre la cerámica pintada podemos decir que las influencias externas encontraron en cada región sustratos distintos que derivaron en tendencias individualizadas en relación también con la época en que recibieron los influjos llegados de la otra parte del Mediterráneo.
No es, no obstante, una zona de desarrollo importante de la cerámica ibérica. 2. La cerámica del Sudeste, llamada también cerámica de estilo simbólico, que tiene como focos principales los de Elche y Archena, que han dado nombre a este estilo, aunque también haya habido importantes hallazgos en El Cigarralejo, El Cabecico del Tesoro y Pozo Moro. Las formas cerámicas son las mismas que en Andalucía, pero sobre ellas se pintan escenas de animales y de hombres. Se trata de figuras diversas, en general de tamaño grande, que normalmente tienen valor por sí mismas y no forman conjuntos. Junto a las figuras de animales (lobos, pájaros, etc.) encontramos representaciones de guerreros en distintas actitudes de combate. Se trata de un arte hierático con un área de difusión relativamente concentrada, la zona sur del País Valenciano y casi toda Murcia. 3. La cerámica de Oliva-Liria, denominada de esta forma por ser los yacimientos que proporcionaron los primeros lotes de este denominado estilo narrativo. Los vasos están pintados con colores oscuros y en muchos casos las figuras están rellenadas con color negro. Frente a la individualidad de las figuras del arte de Elche-Archena, en los vasos de Liria encontramos ciertos argumentos en los conjuntos de figuras, junto a letreros que hoy en día son todavía inaccesibles a nuestro conocimiento. Hay conjuntos que representan escenas de caza, de guerra, de danza, hombres a pie o a caballo persiguiendo jabalíes o lobos, etc.
, luchas de grupos enfrentados, tanto a pie, como a caballo o en barcas. Por lo general son figuras de tamaño menor que las del estilo simbólico. Su área de distribución, reducida en un principio por los primeros descubrimientos a la zona central valenciana, debe hoy día extenderse hacia el valle del Ebro en la provincia de Teruel (por ejemplo el poblado de Alloza). 4. Azaila. Dejando de lado, por no venir al caso en este momento, el intrincado problema de la iberización del valle medio del Ebro, al que se ha hecho referencia en otro lugar, y, si podemos hablar propiamente de zona ibérica , tenemos la evidencia cerámica del poblado de Azaila. En el Bajo Aragón la cerámica es más tardía porque el sustrato sobre el que aparece en el siglo IV a. C. es un horizonte hallstático. En los vasos de Azaila aparecen figuras de animales enmarcadas con figuras vegetales y geométricas, sin paralelos en otras zonas. No deja de tratarse de una zona que podríamos llamar marginal con referencia a los dos núcleos básicos de Elche-Archena y Liria-Oliva. 5. La cerámica del Nordeste. En la zona ibérica de Cataluña han aparecido cerámicas pintadas importadas algunas de ellas concretamente de Archena. Hay también producción de talleres locales en distintos lugares, pero sobre todo en Ampurias , donde la gran calidad de la escasa cerámica ibérica allí aparecida tiene la impronta de la fuerte influencia de la cerámica griega. En general en toda la cerámica que podemos considerar como ibérica se utilizan prácticamente los mismos colores, oscuros como decíamos antes. Destacan el rojizo oscuro, el que Tarradell llama vinoso, el marrón y el negro, empleado sobre todo para rellenar las figuras de los vasos de Liria. Como conclusión sobre la cerámica pintada podemos decir que las influencias externas encontraron en cada región sustratos distintos que derivaron en tendencias individualizadas en relación también con la época en que recibieron los influjos llegados de la otra parte del Mediterráneo.