La capilla palatina de Aquisgrán como fascinación de una época
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Datos principales
Rango
Arte Otoniano
Desarrollo
Hemos hecho referencia antes al valor carismático que tenía la figura de Carlomagno y todo lo que se relacionaba con él. La más famosa de sus capillas palatinas, la de Aquisgrán , se había convertido en el símbolo de una época y en un ideal imperial. Ludovico Pío inició la construcción en Thionville, hacia el 830-840, de una capilla que la imitaba (capellam ad instar Aquensis inceptam). Carlos el Calvo también tuvo la necesidad de fortalecer su imagen imperial creando un palacio a imitación del que se había construido el más grande de los monarcas carolingios, el conjunto palatino de Compiegne, hoy por desgracia totalmente destruido, donde el oratorio, dedicado a la Virgen, seguía muy de cerca el modelo de Aquisgrán según consta en una carta del propio monarca (5, mayo, 887). Copias, algo más tardías, serían la capilla de Valkhof de Nimega, atribuida al rey Swentibold, y Santa Walpurgis de Groninge, destinada a capilla episcopal. Aún podemos rastrear esta tipología en San Donato de Brujas.Si los herederos inmediatos de Carlomagno tomaron su capilla como modelo de oratorio privado, Aquisgrán fue para las gentes del período otoniano un fascinante edificio, mito de una época, que no sólo debía ser imitado para una función concreta, sino que era todo un paradigma arquitectónico.La forma centralizada y su advocación a la Virgen influyeron en construcciones con un claro sentido funerario.
El mismo enterramiento de Carlomagno en su capilla no dejaría de tener su importación. Mettlach, en el Sarre, cerca de Tréveris, conserva una vieja torre de estructura octogonal con un piso de tribunas de triple arcada. Formaba parte de un monasterio benedictino fundado en el siglo VIII por Liiutwin. El abad Leofsinus construyó esta torre como conjunto funerario en honor del fundador. El obispo Notger mandó construir para su sepultura la capilla de San Juan de Lieja, de la que sólo se conserva el cuerpo occidental. Era un importante edificio con un núcleo central hexagonal y un muro envolvente de dieciséis lados. También se relaciona con el mismo Notger otro edificio de estructura centralizada como la iglesia de Muisne, cerca de Malinas.Será uno de los edificios más preciosos y mejor conservados de esta época, la Iglesia de Ottamarsheim, en Alsacia, el que permita conocer una buena imitación otoniana. Correspondía un monasterio de monjas, fundado por Rodolfo de Altenburg, hermano del obispo Werner de Estanburgo. Recibió una consagración solemne en 1049, cuando León IX emprendió su famoso viaje de consagraciones. Es una construcción compuesta por un octógono central envuelto por otro; sobre el ambulatorio, se dispone una piso de tribunas que, como en Aquisgrán, se abrían hacia el espacio central. Un ábside cuadrado y una torre-pórtico se colocaban en el eje del conjunto. Ha perdido, con respecto al modelo, la esbelta proporción, su longitud es casi igual a la altura; también su decoración monumental queda reducida a los característicos capiteles otonianos, cúbicos y lisos.
Donde mejor percibimos que se está realizando un monumental homenaje del edificio carolingio es en el cuerpo occidental que cierra la catedral de Esen (iglesia de la Santísima Trinidad). Sólo un arquitecto con sensibilidad podía pensar en combinar parte de un edificio centralizado con una planta basilical, consiguiendo una perfecta articulación de ambas partes, aunque no tengamos la suerte de conservar las naves originales del proyecto. Parece como si tres paños del octógono central de Aquisgrán hubiesen sido transplantados a la catedral otoniana para configurar su ábside occidental, destinado a albergar una tribuna señorial que, de esta manera, alcanzaba un aspecto digno de un emperador. Esta parte del templo quedaba incluida en un cuerpo torreado poligonal, cuyo volumen se aprecia nítidamente al exterior enmarcado por dos torrecillas para escaleras. Fue una fundación carolingia, reconstruida por una nieta de Otón, Matilde, antes de 1011, y por la abadesa Teófanu, antes de 1058.
El mismo enterramiento de Carlomagno en su capilla no dejaría de tener su importación. Mettlach, en el Sarre, cerca de Tréveris, conserva una vieja torre de estructura octogonal con un piso de tribunas de triple arcada. Formaba parte de un monasterio benedictino fundado en el siglo VIII por Liiutwin. El abad Leofsinus construyó esta torre como conjunto funerario en honor del fundador. El obispo Notger mandó construir para su sepultura la capilla de San Juan de Lieja, de la que sólo se conserva el cuerpo occidental. Era un importante edificio con un núcleo central hexagonal y un muro envolvente de dieciséis lados. También se relaciona con el mismo Notger otro edificio de estructura centralizada como la iglesia de Muisne, cerca de Malinas.Será uno de los edificios más preciosos y mejor conservados de esta época, la Iglesia de Ottamarsheim, en Alsacia, el que permita conocer una buena imitación otoniana. Correspondía un monasterio de monjas, fundado por Rodolfo de Altenburg, hermano del obispo Werner de Estanburgo. Recibió una consagración solemne en 1049, cuando León IX emprendió su famoso viaje de consagraciones. Es una construcción compuesta por un octógono central envuelto por otro; sobre el ambulatorio, se dispone una piso de tribunas que, como en Aquisgrán, se abrían hacia el espacio central. Un ábside cuadrado y una torre-pórtico se colocaban en el eje del conjunto. Ha perdido, con respecto al modelo, la esbelta proporción, su longitud es casi igual a la altura; también su decoración monumental queda reducida a los característicos capiteles otonianos, cúbicos y lisos.
Donde mejor percibimos que se está realizando un monumental homenaje del edificio carolingio es en el cuerpo occidental que cierra la catedral de Esen (iglesia de la Santísima Trinidad). Sólo un arquitecto con sensibilidad podía pensar en combinar parte de un edificio centralizado con una planta basilical, consiguiendo una perfecta articulación de ambas partes, aunque no tengamos la suerte de conservar las naves originales del proyecto. Parece como si tres paños del octógono central de Aquisgrán hubiesen sido transplantados a la catedral otoniana para configurar su ábside occidental, destinado a albergar una tribuna señorial que, de esta manera, alcanzaba un aspecto digno de un emperador. Esta parte del templo quedaba incluida en un cuerpo torreado poligonal, cuyo volumen se aprecia nítidamente al exterior enmarcado por dos torrecillas para escaleras. Fue una fundación carolingia, reconstruida por una nieta de Otón, Matilde, antes de 1011, y por la abadesa Teófanu, antes de 1058.