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Datos principales
Rango
FormaciónArteEtrusco
Desarrollo
Cuando, a partir de mediados del siglo VIII, empiezan a menudear en las playas etruscas los comerciantes griegos, procedentes de Eubea en su mayor parte, esto supone una verdadera revolución en la sociedad villanoviana . Emulos de Ulises , los recién llegados, que buscan minerales, traen productos nuevos -como el vino-, objetos maravillosos en materiales y técnicas desconocidos -oro, marfil, gemas-, y una idea distinta de la sociedad, donde la energía particular del propio comerciante -héroe homérico tan hábil en el mando y el manejo de las armas como en el uso de la palabra- sustituye el rígido y estático régimen tribal. , Las reacciones se encadenan con prontitud. El deseo de adquirir, mediante trueque o regalos mutuos, las preciadas joyas de los comerciantes, y por tanto la necesidad de organizarse para la obtención, tratamiento y almacenado de los minerales metálicos, llevan a acuerdos entre tribus, a la instalación de reyes en las principales aldeas y a una organización política y económica que socava el sistema tradicional a expensas de iniciativas individuales. Pronto será un signo de prestigio socialmente admitido portar objetos lujosos y bien trabajados, y enterrarse con ellos. Pronto, también, se instalarán en las aldeas o ciudades primitivas algunos artesanos griegos y fenicios, atraídos por el alto valor que se concede en estas tierras a los productos artísticos de sus respectivas culturas. Con ellos, inmediatamente, entrarán técnicas nuevas, como el torno de alfarero. Es por tanto a fines del siglo VIII, o alrededor del 700 a. C., cuando podemos situar propiamente el nacimiento del arte etrusco , en el sentido de que, por entonces, se empiezan a dar dos elementos necesarios para la producción artística: surge, por una parte, el artesano especialista, capaz de dedicarse durante muchas horas al estudio de su técnica y de las formas plásticas, y, por otra parte, vemos aparecer una clientela que adquiere obras no sólo por su valor utilitario, sino también por su belleza; y tomamos aquí la palabra belleza simplemente en el sentido griego primitivo, es decir, como aquello que llama la atención.