CONQUISTA Y DESCUBRIMIENTO DEL NUEVO REINO DE GRANADA
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EL CARNERO CONQUISTA Y DESCUBRIMIENTO DEL NUEVO REINO DE GRANADA DE LAS INDIAS OCCIDENTALES DEL MAR OCÉANO Y FUNDACIÓN DE LA CIUDAD DE SANTA FE DE BOGOTÁ PRIMERA DE ESTE REINO DONDE SE FUNDÓ LA REAL AUDIENCIA Y CANCILLERÍA, SIENDO LA CABEZA SE HIZO ARZOBISPADO Cuéntase en ella su descubrimiento, algunas guerras civiles que había entre sus naturales, sus costumbres y gentes, y de qué procedió este nombre tan celebrado DEL DORADO Los generales, capitanes y soldados que vinieron a su conquista, con todos los presidentes, oidores y visitadores que han sido de la Real Audiencia. Los Arzobispos, prebendados y dignidades que han sido de esta santa iglesia catedral, desde el año de 1539, que se fundó, hasta el de 1636, que esto se escribe; con algunos casos sucedidos en este Reino, que van en la historia para ejemplo, y no para imitarlos por el daño de conciencia COMPUESTO Por JUAN RODRíGUEZ FREYLE Natural de esta ciudad, y de los Freyles de Alcalá de Henares en los reinos de España, cuyo padre fue de los primeros pobladores y conquistadores de este Nuevo Reino. DIRIGIDO A LA S.R.M. DE FELIPE IV, REY DE ESPAÑA Nuestro Rey y Señor natural. AL REY DON FELIPE IV, NUESTRO SEÑOR S.S.R.M. Estilo es, Señor, de los escritores dirigir sus escritos a las personas de su devoción; unos por el conocimiento que de ellas tienen, otros por los beneficios recibidos; y si esto es así, ¿quién más merecedor que V.M., de quien tanto recibimos, manteniéndonos en paz y justicia, y a quien del cielo abajo se le debe todo? Dirijo esta obra a V.
M. por dos cosas: la una, por darle noticia de este su Reino Nuevo de Granada, porque nadie lo ha hecho; la otra, por librarla de algún áspid venenoso, que no la muerda viendo a quién va dirigida, cuya real persona N.S. guarde con aumento de mayores reinos y estados, para bien de la Cristiandad. PRÓLOGO AL LECTOR Todas las criaturas del mundo están obligadas a dar infinitas gracias a Dios Nuestro Señor, que con infinita misericordia las sustenta con su providencia divina sin merecerlo, lo cual hace Dios por su sola bondad, y con ella proveyó a la naturaleza humana remedio para conservar la memoria de los beneficios recibidos de su mano, porque Cristo Nuestro Señor puso a los ojos ab eterno en su esposa la Iglesia, desde luego le puso escritores y cronistas, y los hombres, aprovechándose de esta doctrina, fueron siempre dando al mundo noticia de lo acontecido en sus tiempos, con lo cual los presentes tenemos noticia de lo pasado. He querido hacer este breve discurso por no ser desagradecido a mi patria, y dar noticia de este Nuevo Reino de Granada, de donde soy natural; que ya que lo que en él ha acontecido no sean las conquistas del Magno Alejandro , ni los hechos de Hércules el hispano, ni tampoco valerosas hazañas de Julio César y Pompeyo , ni de otros capitanes que celebra la fama, por lo menos no quede sepultado en las tinieblas del olvido lo que en este Nuevo Reino aconteció, así en su conquista como antes de ella; que aunque para ella no fue menester muchas armas ni fuerzas, es mucha la que él tiene en sus venas y ricos minerales, que de ellos se han llevado y llevan a nuestra España grandes tesoros, y se llevarían muchos más y mayores si fuera ayudado como convenía, y más el día de hoy, por haberle faltado los más de sus naturales.
Y aunque es verdad que los capitanes que conquistaron Perú y las gobernaciones de Popayán y Venezuela y este Nuevo Reino, siempre aspiraron a la conquista del Dorado, que sólo su nombre levantó los ánimos para su conquista a los españoles, nunca le han podido hallar, aunque les ha costado muchas vidas y grandes costos, ni han hallado punto fijo en que lo haya, con haber corrido llanos, navegando el Oronico, el Darién, el río Orellana o Marañón, y otros caudalosos ríos, que aunque en sus márgenes se han hallado grandes poblaciones, no se han hallado las riquezas que hay en este Nuevo Reino en sus ricos veneros. Legítima razón para darle el nombre del Dorado. Y confesar que sea éste, no lo afirmo, aunque adelante diré en qué lo fundo; y también digo que de los ríos que he nombrado no tenemos noticia que se haya llegado al nacimiento de ellos, como se llegó a los del Río Grande de la Magdalena y al de Cauca, que entrambos nacen de una cordillera donde cae este Reino y Gobernación de Popayán; remito esto a la verdad y al tiempo que lo descrubrirá. Y volviendo a mi porpósito, digo que aunque el reverendo fray Pedro Simón , en sus escritos y noticias, y el padre Juan de Castellanos en los suyos trataron de las conquistas de estas partes, nunca trataron de lo acontecido en este Nuevo Reino, por lo cual me animé yo a decirlo; aunque en tosco estilo, será la relación sucinta y verdadera, sin el ornato retórico que piden las historias, ni tampoco lleva raciocinaciones poéticas, porque sólo se hallará en ella desnuda la verdad, así en los que le conquistaron como en casos en él sucedidos, para cuya declaración y ser mejor entendido, tomaré de un poco atrás la corrida, por cuanto antiguamente fue todo una Gobernación, siendo la cabeza la ciudad de Santa Marta, en que se incluían Cartagena, el Río de la Hacha y este Nuevo Reino; y con esto vengamos a la historia, la cual pasó como se sigue al frente de esta hoja.
M. por dos cosas: la una, por darle noticia de este su Reino Nuevo de Granada, porque nadie lo ha hecho; la otra, por librarla de algún áspid venenoso, que no la muerda viendo a quién va dirigida, cuya real persona N.S. guarde con aumento de mayores reinos y estados, para bien de la Cristiandad. PRÓLOGO AL LECTOR Todas las criaturas del mundo están obligadas a dar infinitas gracias a Dios Nuestro Señor, que con infinita misericordia las sustenta con su providencia divina sin merecerlo, lo cual hace Dios por su sola bondad, y con ella proveyó a la naturaleza humana remedio para conservar la memoria de los beneficios recibidos de su mano, porque Cristo Nuestro Señor puso a los ojos ab eterno en su esposa la Iglesia, desde luego le puso escritores y cronistas, y los hombres, aprovechándose de esta doctrina, fueron siempre dando al mundo noticia de lo acontecido en sus tiempos, con lo cual los presentes tenemos noticia de lo pasado. He querido hacer este breve discurso por no ser desagradecido a mi patria, y dar noticia de este Nuevo Reino de Granada, de donde soy natural; que ya que lo que en él ha acontecido no sean las conquistas del Magno Alejandro , ni los hechos de Hércules el hispano, ni tampoco valerosas hazañas de Julio César y Pompeyo , ni de otros capitanes que celebra la fama, por lo menos no quede sepultado en las tinieblas del olvido lo que en este Nuevo Reino aconteció, así en su conquista como antes de ella; que aunque para ella no fue menester muchas armas ni fuerzas, es mucha la que él tiene en sus venas y ricos minerales, que de ellos se han llevado y llevan a nuestra España grandes tesoros, y se llevarían muchos más y mayores si fuera ayudado como convenía, y más el día de hoy, por haberle faltado los más de sus naturales.
Y aunque es verdad que los capitanes que conquistaron Perú y las gobernaciones de Popayán y Venezuela y este Nuevo Reino, siempre aspiraron a la conquista del Dorado, que sólo su nombre levantó los ánimos para su conquista a los españoles, nunca le han podido hallar, aunque les ha costado muchas vidas y grandes costos, ni han hallado punto fijo en que lo haya, con haber corrido llanos, navegando el Oronico, el Darién, el río Orellana o Marañón, y otros caudalosos ríos, que aunque en sus márgenes se han hallado grandes poblaciones, no se han hallado las riquezas que hay en este Nuevo Reino en sus ricos veneros. Legítima razón para darle el nombre del Dorado. Y confesar que sea éste, no lo afirmo, aunque adelante diré en qué lo fundo; y también digo que de los ríos que he nombrado no tenemos noticia que se haya llegado al nacimiento de ellos, como se llegó a los del Río Grande de la Magdalena y al de Cauca, que entrambos nacen de una cordillera donde cae este Reino y Gobernación de Popayán; remito esto a la verdad y al tiempo que lo descrubrirá. Y volviendo a mi porpósito, digo que aunque el reverendo fray Pedro Simón , en sus escritos y noticias, y el padre Juan de Castellanos en los suyos trataron de las conquistas de estas partes, nunca trataron de lo acontecido en este Nuevo Reino, por lo cual me animé yo a decirlo; aunque en tosco estilo, será la relación sucinta y verdadera, sin el ornato retórico que piden las historias, ni tampoco lleva raciocinaciones poéticas, porque sólo se hallará en ella desnuda la verdad, así en los que le conquistaron como en casos en él sucedidos, para cuya declaración y ser mejor entendido, tomaré de un poco atrás la corrida, por cuanto antiguamente fue todo una Gobernación, siendo la cabeza la ciudad de Santa Marta, en que se incluían Cartagena, el Río de la Hacha y este Nuevo Reino; y con esto vengamos a la historia, la cual pasó como se sigue al frente de esta hoja.