Ciudad y puerto
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Datos principales
Rango
Barroco17
Desarrollo
Se había recomendado en las "Ordenanzas" de 1573 no elegir lugares marítimos para las nuevas ciudades , salvo que hubiera buenos puertos, y de estos "solamente se pueblen los que fueren necesarios para la entrada de comerçio y defensa de la tierra". Así se había hecho y así se iba a seguir haciendo: Cartagena de Indias, La Habana, Portobelo, Veracruz, Callao, Santo Domingo, San Juan de Puerto Rico...Lo que diferenció siempre a estas ciudades fue que estuvieron fortificadas debido a que eran los lugares de llegada y partida de las flotas y por tanto los más expuestos a ataques. Como además esos ataques no iban a ser de indios, sino de barcos europeos con piezas de artillería, las fortificaciones tuvieron que ser pronto semejantes en cuanto a su envergadura a las que se construyeron en Europa a lo largo de la época moderna. En un puerto como fue San Juan de Puerto Rico a fines del siglo XVI se reseñaba la existencia de hospitales, conventos, iglesia... pero también de las fortalezas que desde el comienzo fueron necesarias para guardar la ciudad, a pesar de que su crecimiento se paralizara pronto al ser la población atraída hacia el continente por las mayores posibilidades que ofrecían Nueva España y Perú para obtener riquezas.En estas ciudades hubo frecuentemente dos plazas, una en el centro de la ciudad y otra al borde del mar. Dos plazas tuvo Cartagena de Indias y también se señalan dos plazas en un plano de Panamá de 1673. Lo más importante fue no obstante la defensa y, así, el plano que acabamos de citar fue hecho para mostrar cómo se iba a cerrar la ciudad por la parte de tierra.
Esta nueva ciudad de Panamá fue el resultado de la decisión de trasladarla de lugar después del ataque de Morgan de 1671 y se fue construyendo a lo largo del siglo XVIII en una península que fue fortificada con proyectos debidos sucesivamente a los ingenieros Ceballos y Arce, Herrera y Sotomayor, Lazaga, etc.La Habana estuvo tan excelentemente situada que con una cadena se podía cerrar la entrada de su puerto, guardado ya en el XVI por el castillo de La Fuerza. El ser un puerto fundamental para el comercio, "llave de toda la contratación de las Indias", la convirtió en una ciudad extraordinariamente fortificada: La Fuerza, El Morro, La Punta, La Cabaña, El Príncipe, Atarés... son los nombres de algunos de los fuertes que la guardaron a lo largo del tiempo, si bien la ciudad no se amuralló por completo hasta fines del siglo XVII y comienzos del XVIII.Otro de los grandes puertos fue Veracruz, ciudad que siempre estuvo ligada al castillo de San Juan de Ulúa, frente a ella, que protegía la llegada y partida de las naves. Portobelo fue proyectada a finales del siglo XVI por el ingeniero Bautista Antonelli que, cuando se comprometió a hacerlo, escribió: "tiraré las cuerdas y pondré las estacas de la nueva ciudad", palabras que sintetizan el sencillo acto de dibujar sobre el terreno que marcaba el nacimiento de una nueva ciudad. No se llegó a hacer, pero en su proyecto estaba amurallada, con torres defensivas en los ángulos, con plaza mayor con soportales para el cabildo, cárcel e iglesia y otra plaza en la que se ubicarían la Contratación y Casas Reales, cercana a la Puerta del Mar. Su carácter comercial -de ahí partían y a ella llegaban las flotas del Perú- y de plaza fuerte condicionó su imagen urbana.Dos fuertes guardaban la entrada a la bahía de Guanabara donde estaba Río de Janeiro y en muchos de los puertos hispanoamericanos ese había sido también en un principio su sistema de defensa, aunque con el tiempo a los dos fuertes enfrentados para guardar la entrada de un puerto se fueran añadiendo otras fortificaciones.
Esta nueva ciudad de Panamá fue el resultado de la decisión de trasladarla de lugar después del ataque de Morgan de 1671 y se fue construyendo a lo largo del siglo XVIII en una península que fue fortificada con proyectos debidos sucesivamente a los ingenieros Ceballos y Arce, Herrera y Sotomayor, Lazaga, etc.La Habana estuvo tan excelentemente situada que con una cadena se podía cerrar la entrada de su puerto, guardado ya en el XVI por el castillo de La Fuerza. El ser un puerto fundamental para el comercio, "llave de toda la contratación de las Indias", la convirtió en una ciudad extraordinariamente fortificada: La Fuerza, El Morro, La Punta, La Cabaña, El Príncipe, Atarés... son los nombres de algunos de los fuertes que la guardaron a lo largo del tiempo, si bien la ciudad no se amuralló por completo hasta fines del siglo XVII y comienzos del XVIII.Otro de los grandes puertos fue Veracruz, ciudad que siempre estuvo ligada al castillo de San Juan de Ulúa, frente a ella, que protegía la llegada y partida de las naves. Portobelo fue proyectada a finales del siglo XVI por el ingeniero Bautista Antonelli que, cuando se comprometió a hacerlo, escribió: "tiraré las cuerdas y pondré las estacas de la nueva ciudad", palabras que sintetizan el sencillo acto de dibujar sobre el terreno que marcaba el nacimiento de una nueva ciudad. No se llegó a hacer, pero en su proyecto estaba amurallada, con torres defensivas en los ángulos, con plaza mayor con soportales para el cabildo, cárcel e iglesia y otra plaza en la que se ubicarían la Contratación y Casas Reales, cercana a la Puerta del Mar. Su carácter comercial -de ahí partían y a ella llegaban las flotas del Perú- y de plaza fuerte condicionó su imagen urbana.Dos fuertes guardaban la entrada a la bahía de Guanabara donde estaba Río de Janeiro y en muchos de los puertos hispanoamericanos ese había sido también en un principio su sistema de defensa, aunque con el tiempo a los dos fuertes enfrentados para guardar la entrada de un puerto se fueran añadiendo otras fortificaciones.