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Datos principales
Desarrollo
De los pueblos y provincias que hay desde la villa de Pasto hasta la ciudad de Quito Pues tengo escripto de la fundación de la villa viciosa de Pasto, será bien, volviendo a ella, proseguir el camino dando noticia de lo que hay hasta llegar a la ciudad del Quito. Dije que la villa de Pasto está fundada en el valle de Atris, que cae en la tierra de los quillacingas, gentes desvergonzadas, y ellos y los pastos son muy sucios y tenidos en poca estimación de sus comarcanos. Saliendo de la villa de Pasto, se va hasta llegar a un cacique o pueblo de los pastos, llamado Funes; y caminando más adelante se llega a otro que está dél poco más de tres leguas, a quien llaman Iles, y otras tres leguas más adelante se van los aposentos de Gualmatán, y prosiguiendo el camino hacia Quito se ve el pueblo de Ipiales, que está de Gualmatán tres leguas. En todos estos pueblos se da poco maíz, o casi ninguno, a causa de ser la tierra muy fría y la semilla del maíz muy delicada; más críanse abundancia de papas y quinio y otras raíces que los naturales siembran. De Ipiales se camina hasta llegar a una provincia pequeña que ha por nombre de Guaca, y antes de llegar a ella se ve el camino de los ingas, tan famoso en estas partes como el que hizo Aníbal por los Alpes cuando abajó a la Italia. Y puede ser este tenido en más estimación, así por los grandes aposentos y depósitos que había en todo él, como por ser hecho con mucha dificultad por tan ásperas y fragosas sierras, que pone admiración verlo.
También se llega a un río, cerca del cual se ve a donde antiguamente los reyes ingas tuvieron hecha una fortaleza, de donde daban guerra a los pastos y salían a la conquista dellos; y está una puente en este río, hecha natural, que paresce artificial, la cual es de una peña viva, alta y muy gruesa, y hácese en el medio della un ojo, por donde pasa la furia del río, y por encima van los caminantes que quieren, Llámase esta puente Lumichaca en lengua de los ingas, y en la nuestra querrá decir puente de piedra. Cerca desta puente está una fuente cálida; porque en ninguna manera, metiendo la mano dentro, podrán sufrir tenerla mucho tiempo, por el gran calor con que el agua sale; y hay otros manantiales, y el agua del río y la disposición de la tierra tan fría que no se puede compadescer si no es con muy gran trabajo. Cerca desta puente quisieron los reyes ingas hacer otra fortaleza, y tenían puestas guardas fieles que tenían cuidado de mirar sus propias gentes no se les volviesen al Cuzco o a Quito, porque tenían por conquista sin provecho la que hacían en la región de los pastos. Hay en todos los más de los pueblos ya dichos una fruta que llaman mortuños, que es más pequeña que endrina, y son negros; y entre ellos hay otras uvillas que se parescen mucho a ellos, y si comen alguna cantidad destas se embriagan y hacen grandes bascas y están un día natural con gran pena y poco sentido. Sé esto porque yendo a dar la batalla a Gonzalo Pizarro íbamos juntos un Rodrigo de las Peñas, amigo mío, y un Tarazona, alférez del capitán don Pedro de Cabrera, y otros; y llegados a este pueblo de Guaca, habiendo el Rodrigo de las Peñas comido destas uvillas que digo, se paró tal que creímos muriera dello.
De la pequeña provincia de Guaca se va hasta llegar a Tuza, que es el último pueblo de los pastos, el cual a la mano derecha tiene las montañas que están sobre el mar Dulce y a la izquierda las cuestas sobre la mar del Sur; más adelante se llega a un pequeño cerro, en donde se ve una fortaleza que los ingas tuvieron antiguamente, con su cava, y que para entre indios no debió ser poco fuerte. Del pueblo de Tuza y desta fuerza se va hasta llegar al río de Mira, que no es poco cálido, y que en él hay muchas frutas y melones singulares, y buenos conejos, tórtolas, perdices, y se coge gran cantidad de trigo y cebada, y lo mismo de maíz y otras cosas muchas, porque es muy fértil. Deste río de Mira se abaja hasta los grandes y suntuosos aposentos de Carangue; antes de llegar a ellos se ve la laguna que llaman Yaguarcocha, que en nuestra lengua quiere decir mar de sangre, adonde, antes que entrasen los españoles en el Perú, el rey Guaynacapa, por cierto enojo que le hicieron los naturales de Carangue y de otros pueblos a él comarcanos, cuentan los mismos indios que mandó matar más de veinte mil hombres y echarlos en esta laguna; y como los muertos fuesen tantos, parescía algún lago de sangre, por lo cual dieron la significación o nombre ya dicho. Más adelante están los aposentos de Carangue, adonde algunos quisieron decir que nasció Atabaliba, hijo de Guaynacapa, aunque su madre era natural deste pueblo. Y cierto no es así, porque yo lo procuré con gran diligencia, y nasció en el Cuzco Atabaliba, y lo demás es burla.
Están estos aposentos de Carangue en una plaza pequeña; dentro dellos hay un estanque hecho de piedra muy prima, y los palacios y morada de los ingas están asimismo hechos de grandes piedras galanas y muy sutilmente asentadas, sin mezcla, que es no poco de ver. Había antiguamente templo del sol, y estaban en él dedicadas y ofrecidas para el servicio dél más de doscientas doncellas muy hermosas, las cuales eran obligadas a guardar castidad, y si corrompían sus cuerpos eran castigadas muy cruelmente. Y a los que cometían el adulterio (que ellos tenían por gran sacrilegio) los ahorcaban o enterraban vivos. Eran miradas estas doncellas con gran cuidado, y había algunos sacerdotes para hacer sacrificios conforme a su religión. Esta casa del sol era en tiempo de los señores ingas tenida en mucha estimación, y teníanla muy guardada y reverenciada, llena de grandes vasijas de oro y plata y otras riquezas, que no así ligeramente se podrían decir; tanto, que las paredes tenían chapadas de planchas de oro y plata; y aunque está todo esto muy arruinado, se ve que fue grande cosa antiguamente; y los ingas tenían en estos aposentos de Carangue sus guarniciones ordinarias con sus capitanes, las cuales en tiempo de paz y de guerra estaban allí para resistir a los que se levantasen. Y pues se habla destos señores ingas, para que se entienda la calidad grande que tuvieron y lo que mandaron en este reino, trataré algo dellos antes que pase adelante.
También se llega a un río, cerca del cual se ve a donde antiguamente los reyes ingas tuvieron hecha una fortaleza, de donde daban guerra a los pastos y salían a la conquista dellos; y está una puente en este río, hecha natural, que paresce artificial, la cual es de una peña viva, alta y muy gruesa, y hácese en el medio della un ojo, por donde pasa la furia del río, y por encima van los caminantes que quieren, Llámase esta puente Lumichaca en lengua de los ingas, y en la nuestra querrá decir puente de piedra. Cerca desta puente está una fuente cálida; porque en ninguna manera, metiendo la mano dentro, podrán sufrir tenerla mucho tiempo, por el gran calor con que el agua sale; y hay otros manantiales, y el agua del río y la disposición de la tierra tan fría que no se puede compadescer si no es con muy gran trabajo. Cerca desta puente quisieron los reyes ingas hacer otra fortaleza, y tenían puestas guardas fieles que tenían cuidado de mirar sus propias gentes no se les volviesen al Cuzco o a Quito, porque tenían por conquista sin provecho la que hacían en la región de los pastos. Hay en todos los más de los pueblos ya dichos una fruta que llaman mortuños, que es más pequeña que endrina, y son negros; y entre ellos hay otras uvillas que se parescen mucho a ellos, y si comen alguna cantidad destas se embriagan y hacen grandes bascas y están un día natural con gran pena y poco sentido. Sé esto porque yendo a dar la batalla a Gonzalo Pizarro íbamos juntos un Rodrigo de las Peñas, amigo mío, y un Tarazona, alférez del capitán don Pedro de Cabrera, y otros; y llegados a este pueblo de Guaca, habiendo el Rodrigo de las Peñas comido destas uvillas que digo, se paró tal que creímos muriera dello.
De la pequeña provincia de Guaca se va hasta llegar a Tuza, que es el último pueblo de los pastos, el cual a la mano derecha tiene las montañas que están sobre el mar Dulce y a la izquierda las cuestas sobre la mar del Sur; más adelante se llega a un pequeño cerro, en donde se ve una fortaleza que los ingas tuvieron antiguamente, con su cava, y que para entre indios no debió ser poco fuerte. Del pueblo de Tuza y desta fuerza se va hasta llegar al río de Mira, que no es poco cálido, y que en él hay muchas frutas y melones singulares, y buenos conejos, tórtolas, perdices, y se coge gran cantidad de trigo y cebada, y lo mismo de maíz y otras cosas muchas, porque es muy fértil. Deste río de Mira se abaja hasta los grandes y suntuosos aposentos de Carangue; antes de llegar a ellos se ve la laguna que llaman Yaguarcocha, que en nuestra lengua quiere decir mar de sangre, adonde, antes que entrasen los españoles en el Perú, el rey Guaynacapa, por cierto enojo que le hicieron los naturales de Carangue y de otros pueblos a él comarcanos, cuentan los mismos indios que mandó matar más de veinte mil hombres y echarlos en esta laguna; y como los muertos fuesen tantos, parescía algún lago de sangre, por lo cual dieron la significación o nombre ya dicho. Más adelante están los aposentos de Carangue, adonde algunos quisieron decir que nasció Atabaliba, hijo de Guaynacapa, aunque su madre era natural deste pueblo. Y cierto no es así, porque yo lo procuré con gran diligencia, y nasció en el Cuzco Atabaliba, y lo demás es burla.
Están estos aposentos de Carangue en una plaza pequeña; dentro dellos hay un estanque hecho de piedra muy prima, y los palacios y morada de los ingas están asimismo hechos de grandes piedras galanas y muy sutilmente asentadas, sin mezcla, que es no poco de ver. Había antiguamente templo del sol, y estaban en él dedicadas y ofrecidas para el servicio dél más de doscientas doncellas muy hermosas, las cuales eran obligadas a guardar castidad, y si corrompían sus cuerpos eran castigadas muy cruelmente. Y a los que cometían el adulterio (que ellos tenían por gran sacrilegio) los ahorcaban o enterraban vivos. Eran miradas estas doncellas con gran cuidado, y había algunos sacerdotes para hacer sacrificios conforme a su religión. Esta casa del sol era en tiempo de los señores ingas tenida en mucha estimación, y teníanla muy guardada y reverenciada, llena de grandes vasijas de oro y plata y otras riquezas, que no así ligeramente se podrían decir; tanto, que las paredes tenían chapadas de planchas de oro y plata; y aunque está todo esto muy arruinado, se ve que fue grande cosa antiguamente; y los ingas tenían en estos aposentos de Carangue sus guarniciones ordinarias con sus capitanes, las cuales en tiempo de paz y de guerra estaban allí para resistir a los que se levantasen. Y pues se habla destos señores ingas, para que se entienda la calidad grande que tuvieron y lo que mandaron en este reino, trataré algo dellos antes que pase adelante.