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Datos principales
Desarrollo
De lo que se tiene sobre si fueron conquistados estos indios desta comarca o no por los ingas, y la muerte que dieron a ciertos capitanes de Topainga Yupangue Muchos dicen que los señores ingas no conquistaron ni pusieron debajo de su señoría a estos indios naturales de Puerto Viejo de que voy aquí tratando, ni que enteramente los tuvieron en su servicio, aunque algunos afirman lo contrario, diciendo que sí los señorearon y tuvieron sobre ellos mando. Y cuenta el vulgo sobre esto que Guaynacapa en persona vino a los conquistar, y porque en cierto caso no quisieron cumplir su voluntad, que mandó por ley que ellos y sus descendientes y sucesores se sacasen tres dientes de la boca de los de la parte de encima y otros tres de los más bajos, ya que en la provincia de los Guancabilcas se usó mucho tiempo esta costumbre. Y a la verdad, como todas las cosas del pueblo sea una confusión de variedad, y jamás saben dar en el blanco de la verdad, no me espanto que digan esto, pues en otras cosas mayores fingen desvaríos no pensados, que después quedan en el sentido de las gentes, y no ha de servir para entre los cuerdos sino de fábulas y novelas. Y esta digresión quiero hacerla en este lugar para que sirva en lo de adelante; pues las cosas que ya están escriptas, si se reiteran muchas veces es fastidio para el lector. Servirá (como digo) para dar aviso que en las más de las cosas que el vulgo cuenta de los acaescimientos que han pasado en Perú son variaciones, como arriba digo.
Y en lo que toca a los naturales, los que fueren curiosos de saber sus secretos entenderán lo que yo digo. Y en lo tocante a la gobernación y a las guerras y debates que ha habido, no pongo por jueces sino a los varones que se hallaron en las consultas y congregaciones y en el despacho de los negocios; estos tales digan lo que pasó, y cuenten los dichos del pueblo, y verán cómo no concuerda lo uno con lo otro. Y esto baste para aquí. Volviendo, pues, al propósito, digo que (según yo tengo entendido de indios viejos capitanes que fueron de Guaynacapa) en tiempo del gran Topainga Yupangue, su padre, vinieron ciertos capitanes suyos con alguna copia de gente, sacada de las guarniciones ordinarias que estaban en muchas provincias del reino, y con mañas y maneras que tuvieron los atrajeron a la amistad y servicio de Topainga Yupangue. Y muchos de los principales fueron con presentes a la provincia de los Paltas a le hacer reverencia; y él los recibió benignamente y con mucho amor, dando a algunos de los que los vinieron a ver piezas ricas de lana hechas en el Cuzco. Y como les conviniese volver a las provincias de arriba, a donde por su gran valor era tan estimado, que le llamaban padre y le honraban con nombres preeminentes, fue tanta su benevolencia y amor para con todos, que adquirió entre ellos fama perpetua. Y por dar asiento en cosas tocantes al buen gobierno del reino, partió sin poder por su persona visitar las provincias destos indios; en las cuales dejó algunos gobernadores y naturales del Cuzco, para que les hiciesen entender la manera con que habían de vivir para no ser tan rústicos y para otros efectos provechosos.
Pero ellos, no solamente no quisieron admitir el buen deseo destos que por mandado de Topainga quedaron en estas provincias para que los encaminasen en buen uso de vivir y en la policía y costumbres suyas, y les hiciesen entender lo tocante al agricultura, y les diesen manera de vivir con más acertada orden de la que ellos usaban; más antes, en pago del beneficio que recibieran si no fueran tan mal conocidos, los mataron todos, que no quedó ninguno en los términos desta comarca, sin que les hiciesen mal ni les fuesen tiranos para que lo mereciesen. Esta grande crueldad afirman que entendió Topainga, y por otras causas muy importantes la disimuló, no pudiendo entender en castigar a los que tan malamente habían muerto a estos sus capitanes y vasallos.
Y en lo que toca a los naturales, los que fueren curiosos de saber sus secretos entenderán lo que yo digo. Y en lo tocante a la gobernación y a las guerras y debates que ha habido, no pongo por jueces sino a los varones que se hallaron en las consultas y congregaciones y en el despacho de los negocios; estos tales digan lo que pasó, y cuenten los dichos del pueblo, y verán cómo no concuerda lo uno con lo otro. Y esto baste para aquí. Volviendo, pues, al propósito, digo que (según yo tengo entendido de indios viejos capitanes que fueron de Guaynacapa) en tiempo del gran Topainga Yupangue, su padre, vinieron ciertos capitanes suyos con alguna copia de gente, sacada de las guarniciones ordinarias que estaban en muchas provincias del reino, y con mañas y maneras que tuvieron los atrajeron a la amistad y servicio de Topainga Yupangue. Y muchos de los principales fueron con presentes a la provincia de los Paltas a le hacer reverencia; y él los recibió benignamente y con mucho amor, dando a algunos de los que los vinieron a ver piezas ricas de lana hechas en el Cuzco. Y como les conviniese volver a las provincias de arriba, a donde por su gran valor era tan estimado, que le llamaban padre y le honraban con nombres preeminentes, fue tanta su benevolencia y amor para con todos, que adquirió entre ellos fama perpetua. Y por dar asiento en cosas tocantes al buen gobierno del reino, partió sin poder por su persona visitar las provincias destos indios; en las cuales dejó algunos gobernadores y naturales del Cuzco, para que les hiciesen entender la manera con que habían de vivir para no ser tan rústicos y para otros efectos provechosos.
Pero ellos, no solamente no quisieron admitir el buen deseo destos que por mandado de Topainga quedaron en estas provincias para que los encaminasen en buen uso de vivir y en la policía y costumbres suyas, y les hiciesen entender lo tocante al agricultura, y les diesen manera de vivir con más acertada orden de la que ellos usaban; más antes, en pago del beneficio que recibieran si no fueran tan mal conocidos, los mataron todos, que no quedó ninguno en los términos desta comarca, sin que les hiciesen mal ni les fuesen tiranos para que lo mereciesen. Esta grande crueldad afirman que entendió Topainga, y por otras causas muy importantes la disimuló, no pudiendo entender en castigar a los que tan malamente habían muerto a estos sus capitanes y vasallos.