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Datos principales
Desarrollo
Capítulo XIII Vaticinios de los Trece Katunes En el Trece Ahau Katún llegó por primera vez a Campeche el barco de los Dzules. Mil y quinientos cuarenta y uno es el nombre del año en que esto sucedió. Y con ellos vino el tiempo en que entraron en el cristianismo los hombres mayas. Fundaron pueblo en Tan-tun Cuzamil, y estuvieron allí un medio año. Y se fueron por la "puerta del agua" hacia el Poniente. Fue cuando les vino el tributo a los Cheles del Poniente. Cuando esto sucedió, era el año de 1542. Fundaron la comarca de Hoó, Ichcaansihó, en el Once Ahau Katún. Su Primer jefe (halach-uinic) era don Francisco de Montejo, Adelantado. Él dio sus pueblos a los Dzules, "hombres de Dios", dentro del año en que llegaron los Padres, cuatro años después de llegar los Dzules. Empezó a "entrar agua sobre la cabeza de los hombres". Se establecieron los Padres y se les repartieron pueblos. En el año de mil quinientos cuarenta y cuatro se cumplían 675 años de que había sido abandonada la ciudad de Chichén Itzá y dispersados sus moradores. Y 870 años de que había sido destruida la ciudad de Uxmal y abandonadas sus tierras. En el año de mil quinientos treinta y siete, el día llamado Nueve Cauac, sucedió que se juntaron los nobles en Consejo en la ciudad de Maní, para tomar Señor para su pueblo, porque había sido muerto su Soberano. * * * He aquí sus nombres: Ah Moó-Chan-Xiú, Nahaú-Ez, Ah Dzun-Chinab, Ná-Poot-Cupul, Ná-Pét-Choo, Ná-Batún-Itzá, Ah-Kin-Euan que vino de Caucel, Nachan-Uc que vino de Dzibilcal, Ah-Kin-Ucan que vino de Ekob, Nachí-Uc, Ah-Kul-Koh, Nachán Mutul, y Nahaú-Coyí.
Estos que eran los grandes hombres de la comarca dijeron que iba a tomarse Señor para su pueblo, porque había sido muerto su Soberano, Ah Napot Xiú, en Otzmal. El Diez Kan era el "cargador del año" en que pasaron "los buscadores de pueblos", de los cuales el nombrado Montejo era el que "escribía los pueblos". El mismo año era cuando pasaron los extranjeros, señores de las tierras, los extranjeros "comedores de anonas". Entonces fue el primer repartimiento de pueblos. Y cuando vinieron los Dzules a tomarlos, "recibidores de visita" fueron a Campeche, adonde salió su barco, y fueron los nobles a darles la bienvenida. Trece embajadores fueron a recibir a los Dzules, y con ellos vinieron a Ichcaansihó. Esto sucedió en el Nueve Ahau Katún. Los señores de los Trece Katunes La relación de la explicación de la sabiduría de los Libros Sagrados, y del orden del caminar de las épocas, aquí se sacaba, en estas tierras de Nitún-dzalá, Chactemal, Tah-Uaymil, Holtún Itzá, Chichimilá, para que se pudiera saber la "carga" del paso de los Katunes. Uno por uno, cada Katún, ya fuera bueno, ya fuera malo, así era escrito por los escritores de lo sagrado. Evangelistas. Es la palabra del Señor del cielo y de la tierra, el fuego encendido en el rostro del Sol, que vino de arriba, que les fue dado. Así ellos saben el principio de la tierra, el tronco de nuestra raza, y en el recto hablar de los escritores sagrados lo han puesto en los libros. Repuldorio. No tiene error.
Muy cuidadosamente revisado, ha sido estampado en este libro por cuatro hombres de noble linaje, venidos del cielo, jugo del cielo, rocío del cielo, Hombres Verdaderos, Reyes de esta tierra: Zacaalpuc, Hooltun-Balam, Hochchtun-Poot y Ah Mex-Cuc-Chan. He aquí que dentro de siete veces veinte años entrará el cristianismo. Será el estruendo y la confusión de los Reyes, y la guerra de conquista. Entonces se manifestarán las profecías y el vaticinio de los Katunes. ¡Desdichados de los rostros de las Grandes Figuras cuando llegue el dueño de la Casa de Adoración que está en medio de la ciudad de Hoó! Llegarán del Oriente, del Norte, del Poniente, del Sur, para dar su lengua y su cristianismo. En el decimoséptimo año, para que se pueda subir al cristianismo, llegarán sus Padres, llegarán sus Obispos y la que se llama la Santa Inquisición. La Palabra de Dios será hecha. Nadie podrá evitarlo. Amén. CAPÍTULO DEL AÑO KATÚN Primero. Once Ahau. Primera fundación de la tierra por los Dzules. El Once Ahau Katún es el principio de la cuenta de los Katunes, es el primer Katún. Ichcaansihó es el asiento de este Katún. Llegan los Dzules. Rojas son sus barbas. Son hijos del Sol. Son barbados. Del Oriente vienen; cuando llegan a esta tierra, son los señores de la tierra. Son hombres blancos... El principio del tiempo (?) de la flor. Derraman flores. ¡Ah, Itzaes! ¡Preparaos! Ya viene el blanco gemelo del cielo, ya viene el niño todo blanco; el blanco árbol santo va a bajar del cielo.
A un grito, a una legua de su camino, veréis su anuncio. ¡Ay, será el anochecer para nosotros cuando vengan! ¡Grandes recogedores de maderos, grandes recogedores de piedras, los "gavilanes blancos de la tierra"! ¡Encienden fuego en las puntas de sus manos, y al mismo tiempo esconden su ponzoña y sus cuerdas para ahorcar a sus padres! ¡Ah, Itzaes! ¡Aquí está vuestro dios! No hay necesidad ninguna de ese verdadero dios que ha bajado. Un pecado es su hablar, un pecado es su enseñanza. Sordos serán sus guerreros, mezquinos serán sus capitanes. ¿Quién será el Profeta que lo entienda, ahora que viene a Tancah de Mayapán y a Chichén Itzá? ¡Ay, hermanitos niños, dentro del Once Ahau Katún viene el peso del dolor, el rigor de la miseria, y el tributo! Apenas nacéis y ya estáis corcoveando bajo el tributo, ¡ramas de los árboles de mañana! Ahora que ha venido, hijos, preparaos a pasar la carga de la amargura que llega en este Katún, que es el tiempo de la tristeza, el tiempo del pleito del diablo, que llega dentro del Once Ahau Katún. ¡Recibid, recibid a vuestros huéspedes barbados que conducen la señal de Dios! ¡Vienen vuestros hermanos, ah tantunes! Vienen a pedir su ofrenda. ¡Confundíos con ellos! He aquí el nombre de sus sacerdotes: Ah Misnilac-pet (los que tienen un círculo en la cabeza y barren el plato con las narices). De leoncillo, de Anticristo será su semblante en el tiempo en que vengan, en el día que ya está delante de vosotros.
¡Ay, se aumentará la miseria, hijos míos! Ésta es la palabra de Nuestro Padre: Arderá la tierra. Aparecerán círculos blancos en el cielo, en el día que ha de llegar. Viene de la boca de Dios, no es palabra mentirosa. ¡Ay, pesada es la servidumbre que llega dentro del cristianismo! ¡Ya está viniendo! ¡Serán esclavas las palabras, esclavos los árboles, esclavas las piedras, esclavos los hombres, cuando venga! Llegará... y lo veréis. Sus Halach uiniques son los del trono del segundo tiempo, los de la estera del segundo tiempo, dentro de los días del uayeyab, los días maléficos. Con esto acaba la palabra de Dios. Once justas son sus jícaras. Ceñudo es el aspecto de la cara de su dios. Todo lo que enseña, todo lo que habla es: "¡Vais a morir!" ¡Vais a vivir, vosotros, los que entendáis las palabras de estas escrituras de vida, hijos de Mayapán! "Se engendró a sí mismo. Su justicia lo puso en la prisión. Ella lo sacó para que fuera atado y azotado. Y entonces vino a sentarse en el pliegue del manto de su Hijo. Su sombrero está en su cabeza, y sus zapatos en sus pies. Atado está su cíngulo a su cintura. Ya está viniendo."
Estos que eran los grandes hombres de la comarca dijeron que iba a tomarse Señor para su pueblo, porque había sido muerto su Soberano, Ah Napot Xiú, en Otzmal. El Diez Kan era el "cargador del año" en que pasaron "los buscadores de pueblos", de los cuales el nombrado Montejo era el que "escribía los pueblos". El mismo año era cuando pasaron los extranjeros, señores de las tierras, los extranjeros "comedores de anonas". Entonces fue el primer repartimiento de pueblos. Y cuando vinieron los Dzules a tomarlos, "recibidores de visita" fueron a Campeche, adonde salió su barco, y fueron los nobles a darles la bienvenida. Trece embajadores fueron a recibir a los Dzules, y con ellos vinieron a Ichcaansihó. Esto sucedió en el Nueve Ahau Katún. Los señores de los Trece Katunes La relación de la explicación de la sabiduría de los Libros Sagrados, y del orden del caminar de las épocas, aquí se sacaba, en estas tierras de Nitún-dzalá, Chactemal, Tah-Uaymil, Holtún Itzá, Chichimilá, para que se pudiera saber la "carga" del paso de los Katunes. Uno por uno, cada Katún, ya fuera bueno, ya fuera malo, así era escrito por los escritores de lo sagrado. Evangelistas. Es la palabra del Señor del cielo y de la tierra, el fuego encendido en el rostro del Sol, que vino de arriba, que les fue dado. Así ellos saben el principio de la tierra, el tronco de nuestra raza, y en el recto hablar de los escritores sagrados lo han puesto en los libros. Repuldorio. No tiene error.
Muy cuidadosamente revisado, ha sido estampado en este libro por cuatro hombres de noble linaje, venidos del cielo, jugo del cielo, rocío del cielo, Hombres Verdaderos, Reyes de esta tierra: Zacaalpuc, Hooltun-Balam, Hochchtun-Poot y Ah Mex-Cuc-Chan. He aquí que dentro de siete veces veinte años entrará el cristianismo. Será el estruendo y la confusión de los Reyes, y la guerra de conquista. Entonces se manifestarán las profecías y el vaticinio de los Katunes. ¡Desdichados de los rostros de las Grandes Figuras cuando llegue el dueño de la Casa de Adoración que está en medio de la ciudad de Hoó! Llegarán del Oriente, del Norte, del Poniente, del Sur, para dar su lengua y su cristianismo. En el decimoséptimo año, para que se pueda subir al cristianismo, llegarán sus Padres, llegarán sus Obispos y la que se llama la Santa Inquisición. La Palabra de Dios será hecha. Nadie podrá evitarlo. Amén. CAPÍTULO DEL AÑO KATÚN Primero. Once Ahau. Primera fundación de la tierra por los Dzules. El Once Ahau Katún es el principio de la cuenta de los Katunes, es el primer Katún. Ichcaansihó es el asiento de este Katún. Llegan los Dzules. Rojas son sus barbas. Son hijos del Sol. Son barbados. Del Oriente vienen; cuando llegan a esta tierra, son los señores de la tierra. Son hombres blancos... El principio del tiempo (?) de la flor. Derraman flores. ¡Ah, Itzaes! ¡Preparaos! Ya viene el blanco gemelo del cielo, ya viene el niño todo blanco; el blanco árbol santo va a bajar del cielo.
A un grito, a una legua de su camino, veréis su anuncio. ¡Ay, será el anochecer para nosotros cuando vengan! ¡Grandes recogedores de maderos, grandes recogedores de piedras, los "gavilanes blancos de la tierra"! ¡Encienden fuego en las puntas de sus manos, y al mismo tiempo esconden su ponzoña y sus cuerdas para ahorcar a sus padres! ¡Ah, Itzaes! ¡Aquí está vuestro dios! No hay necesidad ninguna de ese verdadero dios que ha bajado. Un pecado es su hablar, un pecado es su enseñanza. Sordos serán sus guerreros, mezquinos serán sus capitanes. ¿Quién será el Profeta que lo entienda, ahora que viene a Tancah de Mayapán y a Chichén Itzá? ¡Ay, hermanitos niños, dentro del Once Ahau Katún viene el peso del dolor, el rigor de la miseria, y el tributo! Apenas nacéis y ya estáis corcoveando bajo el tributo, ¡ramas de los árboles de mañana! Ahora que ha venido, hijos, preparaos a pasar la carga de la amargura que llega en este Katún, que es el tiempo de la tristeza, el tiempo del pleito del diablo, que llega dentro del Once Ahau Katún. ¡Recibid, recibid a vuestros huéspedes barbados que conducen la señal de Dios! ¡Vienen vuestros hermanos, ah tantunes! Vienen a pedir su ofrenda. ¡Confundíos con ellos! He aquí el nombre de sus sacerdotes: Ah Misnilac-pet (los que tienen un círculo en la cabeza y barren el plato con las narices). De leoncillo, de Anticristo será su semblante en el tiempo en que vengan, en el día que ya está delante de vosotros.
¡Ay, se aumentará la miseria, hijos míos! Ésta es la palabra de Nuestro Padre: Arderá la tierra. Aparecerán círculos blancos en el cielo, en el día que ha de llegar. Viene de la boca de Dios, no es palabra mentirosa. ¡Ay, pesada es la servidumbre que llega dentro del cristianismo! ¡Ya está viniendo! ¡Serán esclavas las palabras, esclavos los árboles, esclavas las piedras, esclavos los hombres, cuando venga! Llegará... y lo veréis. Sus Halach uiniques son los del trono del segundo tiempo, los de la estera del segundo tiempo, dentro de los días del uayeyab, los días maléficos. Con esto acaba la palabra de Dios. Once justas son sus jícaras. Ceñudo es el aspecto de la cara de su dios. Todo lo que enseña, todo lo que habla es: "¡Vais a morir!" ¡Vais a vivir, vosotros, los que entendáis las palabras de estas escrituras de vida, hijos de Mayapán! "Se engendró a sí mismo. Su justicia lo puso en la prisión. Ella lo sacó para que fuera atado y azotado. Y entonces vino a sentarse en el pliegue del manto de su Hijo. Su sombrero está en su cabeza, y sus zapatos en sus pies. Atado está su cíngulo a su cintura. Ya está viniendo."