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Desarrollo


CAPITULO X Viage desde isla Real á la de Terranova, noticia de esta y del modo de hacer la pesca del bacallao y navegacion desde allí hasta Inglaterra 830 Sería obra muy dilatada y molesta referir las incomodidades que nos obligó á passar con la detencion en Luis Bourg el infeliz estado á que nos dexó reducidos nuestra desgracia y la poca atencion ó demasida codicia de nuestros apresadores, pero sería faltar á la justicia si, dexando aquello en silencio y á la prudente consideracion por no manchar con su relacion é indignidad el estilo, no hiciesse apreciable memoria del comandante de la esquadra Mr. Pedro Warren, que, dando muestras de la generosa inclinacion y cortesanía de su animo, nos franqueó muchos favores y á mi, además del de su mesa, que me ofreció y disfruté en varias ocasiones, el de que se embarcassen mis papeles al cuidado del que mandasse el navio en que yo debia ser conducido á Inglaterra. 831 El dia 5 de octubre llegó á aquel puerto un paquebote que havia sido despachado para llevar á Londres la noticia de la toma de Luis Bourg y volvia con la de que, atendiendo aquel soberano á los meritos y acertada conducta de Mr. Warren y del general de tierra Mr. Piper, les tenia conferido el honor de barones y al primero el govierno de aquella plaza é isla con el caracter de contra almirante del pavellon azul y el empleo de coronel de un regimiento al segundo y, assimismo, con la de quedar pronta en Inglaterra una esquadra y comboy de urcas marchantes y, en ellas, 2 mil hombres de tropa reglada para guarnecer la nueva conquista y hasta 600 personas de ambos sexos que empezassen á poblarla, viveres, municiones de guerra y todo lo concerniente á ponerla en buen estado de defensa para en caso de que por la Francia se hiciessen esfuerzos de recuperarla.

Este aviso se esperaba en Luis Bourg para disponer de la otra esquadra que se mantenia en aquel puerto, la qual havia de comboyar la flota de Terranova, que, cargada de bacallao, se acercaba yá el tiempo de que navegasse para Europa; y con la esperanza de lo pronto de aquel socorro, se empezó á disponer la salida y la conducion en ella de los prisioneros de las tres presas, juntamente con las cortas familias francesas que havian quedado en la isla esparcidas en sus habitaciones y las de la de San Juan; repartieron unos y otros en los navios de la esquadra, y á mi me destinaron en nombrado el Sunderland, comandado por el capitan Mr. Juan le Bret, en el qual lo fueron assimismo el capitan y oficiales de la Deliberanza y otros, siendo uno de ellos y de los mas distinguidos habitantes de Luis Bourg Mr. de Baubasin, de quien adquirí muchas noticias de las circunstancias de su sitio, el qual, por ser capitan de milicias de el numero de ella, se havia hallado en todos los lances. 832 El dia 14 de octubre nos embarcaron á todos á bordo de los navios que componian la esquadra, y eran la Princesa Maria, montada por el capitan Mr. Eduard, que por ser el mas antiguo entre los capitanes llevaba el comando, el Sunderland, el Sobervio y el Cantorbery, los tres primeros de 60 cañones y este ultimo de 46 á 50, á que se agregaban las dos presas de la compañia de la India Oriental armadas en guerra, el Heron y la Charmante, quedandose en aquel puerto los dos navios, el Vigilante, ya reparado de los daños que en el combate havia recibido, y el Sixter.

833 En virtud de lo que Mr. Warren me tenia ofrecido, se pusieron todos los papeles que me pertenecian al cuidado del capitan Mr. Juan le Bret, y se le ordenó que, luego que llegasse á Inglaterra, los entregasse á la disposicion del Almirantazgo. El dia 19 del mismo mes de octubre se hizo á la vela la esquadra y empezó derrota para la isla de Terranova; el 22 en la tarde se descubrió en ella cabo Raso, el 23 se estuvo bordeando con viento por el sudoeste sobre la bahía del Toro, donde se deseaba entrar con la esquadra, pero, no siendo possible tomarla, entró el 24 esta en la de Feriland; allí fondeó y se mantuvo en interin se fueron juntando todas las embarcaciones marchantes que se hallaban en los demás puertos de la isla haciendo su cargazon de bacallao; y porque el methodo que tienen para ello juzgo no ser muy comun acá como tampoco las noticias de aquella isla, no escusaré el dar aquellas que pudieron serme assequibles en el estado de prisionero, en quien aun aquellas preguntas ó especulaciones mas sencillas y desinteressables se hacen ordinariamente sospechosas. 834 La isla de Terranova, célebre por la quantiosa pesca de bacallao que se hace en todas sus costas y en las de la tierra firme ó mares inmediatos, reconoce por capital á la ciudad y plaza de Plasencia; y aunque su primer descubrimiento y poblacion fue hecho por los españoles antes del año de 1550 y lo acredita el nombre de este capital y el de otros varios cabos y parages de ella, como son el cabo de Buena Vista, Punta Rica, &c.

, no debió de tener subsistencia, y por tanto se estableció en ella el año de 1583 Humfredo Girber, inglés de nación, quien despues de poco tiempo se vió precisado á abandonarla y volverse á Inglaterra en el siguiente año de 1584, pero no concluyó su viage porque, sobreviniendole un recio temporal, pereció en él. 835 En el año de 1622 volvió á establecer la poblacion en aquella isla con la misma nacion inglesa Jorge Calvert, el qual, con mas advertencia que su antecessor, llevó toda suerte de simientes y legumbres para sembrar en ella y, desde luego, dedicó su atencion á desmontar aquellos parages mas cómodos para el intento y á hacer sementeras, las quales, fructificando bastantemente, ayudaron á la subsistencia de los que entonces fixaron allí su assiento. 836 Los franceses havian mantenido por largo tiempo la possession de Plasencia y, con ella, eran dueños de lo mas principal de la isla, sin que esto sirviesse de embarazo para que los ingleses tuviessen sus establecimientos en todas las costas orientales de ella, y unos y otros hacian sus pescas sin embarazarse; pero los ingleses, que siempre mantuvieron la pretension de enseñorearse de la principal poblacion, unica plaza de la isla, y de toda la parte meridional que posseían los franceses, hicieron distintas tentativas para conseguirlo y siempre quedaron burladas sus disposiciones hasta que, por los tratados de paces de Wtrech que celebró aquella nacion con el rey Luis XIV para terminar la guerra en que ardian á los principios del presente siglo las principales naciones de Europa, consiguieron se les cediesse enteramente por parte de la Francia y, desde entonces, la quedaron gozando, siendo absolutos en ella, pero sin negar á los franceses ni á los españoles el derecho de la pesquería del bacallao, que les quedó reservado á los primeros por el articulo IX, X y XII de aquella cession y á los españoles por los articulos XV de la paz de Wtrech y II del año de 1721.

837 Es el país de esta isla muy desigual é interrumpido de pequeños cerros pero tan cercanos unos de otros que lo hacen sumamente fragoso; á lo lexos se descubren montañas de mayor altura que las que hacen vecindad á la marina. Todo él es montuoso, y tan espesos los pinos ó pruches, segun el nombre francés que se le dá á esta especie, que casi es impenetrable por aquellas partes donde expressamente no han abierto caminos sus habitadores; esta suerte de pinos solo crece cosa de dos á tres tuessas en aquellos parages que están desabrigados, pero se levantan mucho mas quando la disposicion del terreno, formando cañadas, puede abrigarlos contra el yelo y la intemperie de los ayres. En tiempo de ibierno es sumamente fria la qualidad de su temperamento; toda la tierra se cubre generalmente de nieve y yelo; la mar se congela en todas las bahías ó avras y puertos; y empieza esto tan temprano que, hallándonos allí el 21 de noviembre, se experimentó una helada tan fuerte, con ser la segunda ó tercera de aquel año, que fue forzoso esperar á que empezara á romperse el yelo con el calor del sol para salir los navios sin aguardar á otro dia por el peligro de que, repitiendose, quedassen impossibilitados de executarlo despues y precisados á hacer invernada allí hasta el verano siguiente; hacese esto tanto mas particular quanto la latitud de Plasencia es solo de 47 grados 10 minutos y á muy corta diferencia poco mas la de aquella bahía ó avra donde estabamos.

Las gentes que residen en la isla están retiradas en sus casas todo el tiempo que el ibierno dura, á excepcion de los dias en que se descubre el sol y hay serenidad, en los quales pueden salir á lograr el calor de sus rayos á aquellos espacios que ocupan las mismas poblaciones. 838 Toda la isla está llena de avras ó bahías que, formando puertos muy capaces, sirven para que en ellos se mantengan las embarcaciones con gran tranquilidad porque, abrigandolas los cerros que de una y otra parte los guarnecen, solo quedan expuestas á los vientos que corresponden á sus entradas y, siendo por ellas bastantemente anchas, á proporcion que entran en la tierra, se van angostando hasta que yá al fin quedan tan estrechas que apenas hay lugar para poder fondear una sola embarcacion; algunas de estas avras se dilatan en lo largo de una y media á dos leguas y en la anchura, por su medianía, como media legua, pero tambien otras de mas capacidad y algunas menores; desaguan en ellas varios rios y arroyos de aguas muy delgadas, en los quales se crian con abundancia truchas y otras varias especies de pescados de agua dulce, y, á su respeto, es pródigo aquel mar de los que le son correspondientes; estas avras son muy fondables y limpias, con buen fondo, y se puede entrar en ellas sin prácticos, bien que hay algunas que tienen arrecifes, los quales se descubren en unas por estar á flor de agua, y, aunque en otras las cubre, sucede esto cerca de las puntas que sobresalen á las costas ó de las mismas costas que forman la entrada, y, assi, tomando la medianía, se navega sin peligro.

La inmediacion que están estas avras es tanta que solo suelen distar entre sí como dos leguas y á veces menos, mediando entre unas y otras la lengua de tierra que las separa; con que, todas las costas de la isla son puertos, mas no en todas hay poblaciones; las que tienen los ingleses en aquellas mas capaces y en que la disposicion del terreno les ofrece comodidad para ello son reducidas y compuestas de un pequeña numero de habitantes, que, con el motivo de emplearse en el comercio y exercicio de la pesca del bacallao, tienen, además de las casas en que viven, los almacenes correspondientes y oficinas necessarias; allí lo benefician y guardan hasta que llega el tiempo de embiarlo á Europa por su quenta ó vendido á las embarcaciones que lo van á cargar á trueque de los generos y frutos que llevan; en todas estas pequeñas poblaciones tienen un fuerte ó batería que las defiende y pone á cubierto de qualesquier insultos de enemigos en tiempo de guerra, si bien son tan reducidos que solo pueden hacer oposicion á las fuerzas cortas de algun corsario. 839 La mayor extension de esta gran isla es de norte á sur 95 leguas desde el cabo de Santa Maria, que está en 46 grados 55 minutos, hasta el cabo del Norte, que forma el estrecho de Belle Isle ó Isla Bella, en la de 51 grados 20 minutos, y de oriente á occidente 80 leguas, desde cabo Raso hasta cabo de Raye. Pero de toda ella, no tienen poblado los ingleses mas que las avras y territorio inmediato á la marina, desde Plasencia, toda su bahía, siguiendo acia el oriente por cabo Raso y, de este, al norte, hasta el cabo de Buena vista ó poco mas; todo lo restante, assi en lo interior de las tierras como la costa que sigue al norte, hasta el estrecho, y continúa despues al occidente, está totalmente despoblado, mas porque la rigidez del clima y mala calidad del territorio no proporciona la comodidad de su cultivo que por descuido ó omission.

Antiguamente, parece, segun los informes de aquellos habitantes, que la poblaban algunos indios gibaros ó salvages, pero, passsandose estos á la tierra firme, la han dexado desierta, y solo en rara ocasion se suelen ver algunos que van á ella de la tierra firme, adonde se restituyen despues, en cuya forma parece lo hacian antes que las dos naciones francesa é inglesa se estableciessen en ella porque, luego que entraba el ibierno, la dexaban, huyendo de la fuerza de los yelos; estos indios viven por la mayor parte del pescado y de la caza, que tambien hay en la isla, entre cuyas especies es muy comun, como assimismo en isla Real y las partes de Canadá, la de las abutardas, patos grandes silvestres y otras semejantes, y tambien algunos animales quadrupedos, de los que son comunes en aquellas partes, como zorros, ossos, castores y otros, aunque no deben de ser en cantidad. 840 No obstante el destemple del clima, se mantienen en él algunos ganados mayores con la misma precaucion y prolixidad que en Luis Bourg, y, assimismo, no hay pequeños sembrados de hortalizas ó legumbres de verano porque todos los viveres en granos, frutos y carnes saladas le van de las colonias de Boston, Pen Sylvania y las otras que se siguen mas meridionales, y los generos de mercaderias, de Inglaterra. 841 Como en el capitulo VIII se previno no ser la mayor parte de los navios franceses empleados en el comercio del bacallao los que hacian su cargazon en Luis Bourg, para la inteligencia mas completa de este trato será bien advertir que tanto los navios de esta nacion como los de Inglaterra tienen dos methodos de practicarlo; el uno es ir á los puertos donde hay poblaciones de pescadores á comprarlo en cambio de generos ó cargarlo por quenta de sus dueños, y el otro, el de dirigirse á los inhabitados á hacer la pesca por sí con la gente de sus mismas tripulaciones.

Para este fin, se han valido los franceses de los puertos que tiene la isla de Terranova en toda su costa occidental, que, assi por estar yermos como por ser convenio hecho en las paces, no tenian embarazo que se opusiesse á ello, siendo esto lo que debemos comprehender por la expression de dar puertos los ingleses á los franceses y españoles en la isla de Terranova, que es lo estipulado en los tratados, y no, como algunos han discurrido, el franquear los propios suyos, donde tienen establecidas sus poblaciones, pues estos son reservados á solo su uso, lo qual es muy natural respeto de que, siendo su misma casa, pareceria impropio que franqueassen á otros lo que merece la mayor estimacion por ser las unicas ventajas de aquella isla y las que el celo y solicitud de las naciones ha procurado adquirir con emulacion para señorearse de un país que no contribuye otras riquezas al que lo possea que la pesca y que, para tenerla, es preciso soportar la molestia de habitar un clima tan incomodo para la vida en la mayor parte del año por su mucha rigidez. 842 La costa que corresponde en esta isla á la parte del occidente y la que en ella se distingue con el nombre del Petit Nord, no menos abastecidas de avras y puertos que las habitadas por los ingleses, son las que ocupan las embarcaciones francesas para hacer su pesquería, practicandolo igualmente en la que corre del norte del rio de San Lorenzo, y, prolongandose acia el oriente, vá á formar el estrecho de Belle Isle; en todas estas, se observa inviolablemente que aquella embarcacion que llega primero goza el privilegio de tomar para sí el avra que mejor le parece y, en ella, es dueño del mejor parage para hacer su pesca y goza el titulo de su almirante, por el qual le pertenece no solo el maredage que se encuentra allí sino tambien la autoridad de repartir los demás parages á las embarcaciones que llegan despues, segun la antelacion con que entran en el avra, y, todo el tiempo que dura la pesca, arbola vandera en el palo mayor; por esta preeminencia y la comodidad de elegir el sitio mas á proposito para la pesca, procuran todos ir con tiempo y se estimulan tanto que, aun estando todavia heladas las avras, como sucede por los meses de marzo y abril, yá hay navios que tienen tomados puestos y fabricadas las cabañas ó habitaciones con gente, que para este efecto desembarcan desde 50 ó mas leguas distante de las costas, manteniéndose ellos en la mar hasta que se acaban los yelos y haciendola ir en las lanchas, de cuyo arrojo no pocos exemplares lastimosos se han experimentado, assi porque las lanchas se estrellan contra los yelos flotantes en la obscuridad de las noches como porque la furia de algun recio temporal los haga sumergir; todo esto atropella el estímulo y la aplicacion de la propia utilidad porque de coger buen ó mal puerto resulta para todos el principal interés, que consiste en tener todas aquellas comodidades necessarias á el beneficio que se ha de dar al pescado y en ser abundante de él ó no estar lexos los comederos de la pesca, pues, siendo los salarios que los dueños de navio dan á el capitan, oficiales y tripulacion el tercio del pescado con que vuelven á Europa, tanto quanto mas abrevian la cargazon es mayor la ganancia de cada uno.

843 Aunque generalmente abunda el bacallao en todas aquellas costas de Terranova, no obstante hay parages donde se encuentra con mucho mas excesso y, algunos, en que ó no lo hay ó es raro, y esto proviene de la calidad del fondo; en aquellas que son areniscos se encuentra mas que en los de peña, y en estos mas que en los de lama, que son los que por lo regular vienen á ser del todo escasos; del mismo modo, si el fondo es mucho, no acude á él tanto como quando no excede de 30 á 40 brazas de agua, pues, aunque lo hay en mas y en menos, no es yá tan propio para la abundancia. Estos son los motivos con que los que se ocupan en su tráfico procuran ser de los primeros y lograr la oportunidad de escoger parage, en cuya mejora consiguen concluir con mas brevedad la pesca, hacer su cargazon y, restituyendose á Europa con anticipacion, ser dueños del mas ventajoso precio. 844 Luego que la gente de un navio tiene tomada possession de el sitio, es desaparejarlo y, al mismo tiempo, disponer un lugar acomodado, en donde han de ir apilando el pescado yá beneficiado y forman barracas ó chozas en que alojarse todos, de suerte que vienen á componer una especie de poblacion, y á la orilla del mar construyen assimismo un tablado ó andamio bien largo y capaz, casi todo él sobre el agua, aprontan el numero de lanchas que han de hacer la pesca, las quales, una vez fabricadas, las dexan allí baradas hasta el siguiente año, y el que toma el avra primero es dueño de ellas, como yá se dixo, á costa de carenarlas y recorrerlas; estando todo pronto, se comparte la gente del navio, incluso oficiales y sin excepcion de alguno, en tantas clases como ocupaciones hay, unos para hacer la pesca, otros para descabezar el pescado, otros para abrirlo, á lo qual llaman los franceses habiller, y otros para salarlo y apilar.

Los que se destinan á la pescada salen en sus lanchas muy de madrugada para estar al amanecer en el sitio de ella, allí permanecen todo el dia hasta que, al caer la tarde ó quando tienen cargada la lancha, se retiran con lo que han cogido; hacese esta pesquería con anzuelo, y, assi, lleva cada uno los aparejos ó cordeles necesarios para, en caso de que se le rompa uno, tener otro de que valerse. Llegados á su real, se encargan de él los que están para abrirlo y, estos para hacerlo con mayor brevedad, tienen un muchacho á su lado que se los dé á la mano y los aparte en estando preparados; en esto observan alguna prolixidad porque el que les quita la cabeza no hace otra cosa, y, para abrirlos, no se les ha de dar mas que una cuchillada á lo largo á fin de que no se muelan; quitanles también el huesso de la espina, precisamente en aquello que coge el vientre del pescado, tripas y demás que contiene, y, sin cessar, lo apartan á un lado y toman otro; y como el tablado que sirve para esto se halla situado sobre el agua, van desde él cayendo al mar los destrozos. A proporcion que estos abren, van los otros salandolo y, con gran orden y cuidado, formando pilas pequeñas de él; al siguiente dia ó quando conocen que la sal lo ha penetrado suficientemente, lo lavan y, para ello, lo cogen de dos en dos por las colas y, metiendolos en el agua, le dan una ó dos sacudidas para que largue aquella babaza que ha formado con la sal; despues lo ponen unos pequeños tablados apilado, donde escurre el agua, y de allí lo van tendiendo en tendederos que fabrican al proposito, cuidando de que el pellejo quede acia arriba y que estén uno á uno para que el ayre los seque; quando lo están, despues de haverlos bolteado tres ó quatro veces, los apilan en pequeñas porciones para que no pierdan enteramente el calor que han contraido con la primera sal y, al fin, vuelven á darles la segunda y á formar pilas grandes con él sobre el mismo tablado ó andamio, donde lo dexan hasta que, concluida toda la pesca, es tiempo de irlo embarcando.

Como las lanchas no dexan de salir dia ninguno para pescar, el trabajo de todos es bastantemente recio porque, luego que estas vuelven, es preciso empezar á abrirlo y salarlo por evitar el peligro de que se pierda, en cuya faena se llevan la mayor parte de la noche y, como á ella se siguen las demás yá expressadas, tienen ocupacion para todo el siguiente dia; y siendo muy cortas las horas que pueden dedicar al sueño y al descanso, viene á ser la fatiga continua y pesada. 845 El bacallao tiene dos especies en qualidad, y cada unas de estas, tres en tamaño; tienen ambas una raya ó linea que lo corta desde las agallas hasta la cola por la medianía de su ancho, y, siguiendo la figura que hace el vientre del pescado ó su obliquidad, se dobla alguna cosa acia abaxo desde el extremo posterior de este hasta la cola, pero se distinguen en ser esta mas perceptible en la una especie que en la otra, y tira en ella algo á pardo y obscuro todo lo que está desde esta raya hacia el lomo, aunque la parte inferior es blanquizca con algunas pintas salpicadas; esta dicen los prácticos de pesca que es mejor, siendo en la otra todo el color del pescado blanquizco, ceniciento y salpicado de pintas que tiran algo á coloradas, pero siempre mas blanca la barriga y toda su parte posterior. No me detendré en describir la des proporcion de su cabeza respecto de los demás pescados y la abundancia del aceyte que se hace de ella y de los higados, que son también muy grandes, porque, siendo cosas tan comunes, las supongo assuntos bien sabidos; las calidades que se distinguen por el tamaño son bacallao de marca, que es el que llega á tener de dos pies de largo para arriba, esto es, de tres quartas partes en adelante quitada la cabeza, el de la segunda, menor, que llaman mediano, y el de la tercera, menudo, que es el mas endeble; esto no obstante, los que comercian en este genero la subdividen hasta 6 ó 8 especies, siendo una de estas el pescado que tiene algun efecto en el corte á el tiempo de abrirlo ó quitarles la cabeza.

846 Otra especie de pesquería hacen los franceses mas que otra nacion, y es la que llaman de morue verte ó bacallao salpresso digo los franceses mas que otros por ser estos los que la acostumbran y casi los unicos que la consumen y que gustan de él en esta forma. Esta pesca la hacen sobre el gran banco de Terranova y sobre los otros que se siguen hasta la isla de Arena al sur de isla Real, á los quales van los navios y, puestos á la capa, pescan desde sus bordos y, al passo que le cogen, lo van abriendo y, salandolo en pilas pequeñas dentro de la bodega, lo dexan allí hasta que se ha desflamado lo bastante, despues lo van cambiando á otro lugar, y, salandolo una segunda vez, queda apilado á buen viage; para hacer esta pesca, están los navios sobre el banco desde principios de febrero porque, además de no ser el que se coge en verano, esto es, desde junio ó julio en adelante, tanto sobre el gran banco como en los otros, de tan buena calidad como el de la salida de ibierno, no puede aguantar en este modo de beneficio ni es possible darle allí otro por no haver ensanche para ello; assi que los navios tienen concluida la pesca, se restituyen á Europa y, á veces, suelen tener tiempo para hacer dos viages en un año, segun la abundancia de pescado que encuentran, siendo lo regular de esta en la parte del sur del banco, que también excede en calidad á el de la del norte. 847 Parece, y no sin fundamento, que el bacallao es uno de los pescados que mas procrean, y lo verifican las flotas que annualmente cargan de él en solo aquel parage, que es el unico de su cria conocido en estos mares, pues, aunque lo hay en el canal de Inglaterra y al norte de Douvres, es poco en comparacion de el de Terranova y se puede congeturar extraviado de su original suelo; segun la experiencia de algunos prácticos, hace este pescado dos ovadas al año, y, fuera de ser muy quantiosas, es raro el que se le pierdan algunos huevecillos porque, poniendolos entre la arena, por cuyo fin busca estos bancos con natural instinto, se pegan todos contra ella y, sin el peligro de extraviarse entre las ondas, se fomentan allí hasta que se vivifican y adquieren agilidad ó movimiento, á lo que contribuye la passion de este pescado á andar siempre cerca del fondo y á no sobreaguar nunca.

No obstante su grande abundancia, ha descaecido yá sensiblemente respeto á la que havia ahora 25 ó 30 años, prueba de que con la mucha pesca se vá disminuyendo poco á poco. 848 La costa del continente opuesta á Terranova está habitada de indios barbaros. Y aunque la Corona de Francia tiene la possession de ella para la pesca, no mantiene allí poblacion alguna; solo huvo un sugeto que solicitó y obtuvo en Francia el titulo de governador de aquellas tierras; este mantenia buena correspondencia con los indios y tenia allí su casa, donde vivía con su muger y familia solitariamente todo el ibierno y en el verano gozaba de la compañia que le hacian los que iban á la pesca; muchos años permaneció en esta forma y, segun comprehendí, en el mismo de 1745 ó poco antes se havia retirado á Canadá, mas por instancias de su muger, temerosa de padecer algun insulto con el motivo de la guerra, que por voluntad propia. Estos indios están muy familiares con los franceses, van á sus rancherías, les llevan caza y, en cambio, toman aguardiente, vino y algunas bujerias, pero, como son muy inclinados al latrocinio y suelen, para robar las velas de los navios y otras cosas, valerse del arbitrio de executarlo quando los consideran descuidados ó entregados al descanso, es forzoso tener á todas horas centinelas y vivir con cautela para tomar las armas al mas pequeño ruido; y, assi, para tener mas seguridad, disponen las rancherías de manera que cierran el lugar que ocupan por la parte de tierra y quedan como en una fortaleza, con cuya prevencion y la de saber que están alerta, basta para contenerlos y que no se atrevan á semejantes insultos.

849 Del mismo modo que los franceses practican su pesca, hacen la suya los ingleses en las avras de la costa oriental de Terranova, donde yá sea por la mayor inmediacion al gran banco ó ya por ser el fondo más adequado para la cria y comedero del pescado, abunda mas que en la occidental, lo que parece dió motivo á esta nacion para establecerse allí con preferencia á otro parage y á los franceses para no frequentar la occidental tanto como la del Petit Nord. 850 Poco tiempo pudo estar nuestra esquadra fondeada en aquel puerto porque el haverse empezado á experimentar los yelos hizo aligerar la salida el dia 21 de noviembre, en el qual, saliendo del avra con la vaciante, se hizo á la vela con todas las embarcaciones que se havian juntado allí; y estando yá fuera del puerto, se le unieron otras muchas de las que estaban en las demás avras, siendo en todas de 60 á 65, de todos tamaños y hechuras; entre ellas, se hallaban dos fragatas de á 40 cañones, las quales havian permanecido haciendo el corso para que no peligrassen en los puertos los que estaban en pesca con algun corsario francés que intentasse sorprenderlos. Assi, se continuó el viage con los regulares accidentes de una navegacion hasta que entró la esquadra en el puerto de Plimouth el 22 de diciembre de mañana, á excepcion del Sunderland, que continuó y dió fondo á las 3 de la tarde en la rada de Dalmouth. 851 En el tiempo que permaneció la esquadra en Terranova y en el de la travesía hasta llegar á Inglaterra, se experimentaron varios temporales que, por dar idea de los que suelen correr en estos mares á proporcion de las estaciones, no será mal oida su relacion.

El dia 3 de noviembre, aunque ventó recio por el oeste y amenazaba algun fuerte temporal, se abonanzó despues sin haver sobrevenido, pero el 10 del mismo mes, empezando á ventar por el noroeste, se declaró temporal y duró desde las 2 de la tarde hasta las 2 de la mañana siguiente y, passada su mayor fuerza, se convirtió en nieve y aguaceros; el dia 14 empezó á ventar recio desde por la mañana y, al medio dia, era yá un fuerte temporal por el nordeste y es-nordeste, mantuvose por esta parte hasta el 15, que, llamandose por la mañana al norte, continuó con la misma fuerza, pero á las 4 de la tarde empezó á calmar, y á esto sobrevino nieve, y despues, el dia 17 y siguientes, las heladas que obligaron á la salida de aquella isla. 852 Estando yá en el viage, se observó el 22 del mismo noviembre que empezó á ventar fuerte por el este, y, al siguiente 23, yá era temporal declarado, que duró hasta el 26, en que, mitigandose la violencia del viento, se llamó al sudoeste, y empezó á abonanzar el mar, y serenarse el tiempo, aclarandose la athmosphera, que havia estado cubierta de neblina espesa. El 27 del mismo empezó á ventar recio por el sudoeste y assi permaneció por esta parte y por la del sur y oeste sin descaecer hasta el 4 de diciembre, que, llamandose al noroeste, se moderó su fuerza y aclaró; despues estuvieron por el noroeste y norte y, de aqui, á el nordeste y este, permaneciendo hasta que el 21 de diciembre calmaron; y llamandose en la tarde al sur y sur-sudoeste, fue forzoso bordear á la entrada de la canal, y, estando en 48 grados 45 minutos de latitud, se sondó, y hallaron 78 brazas de agua en fondo de arena menuda blanca, que es la señal distintiva de su principio.

853 El puerto de Dalmouth es una rada ó bahía abierta donde tiene su assiento la pequeña poblacion del mismo nombre; las campañas todas llenas de caserías, cuya vista y la perspectiva de las pequeñas eminencias ó cerros que interrumpen las llanuras del país, el verdor de los prados, las labores de la tierra, porque todas lo están sin desperdicio de alguna, y la harmonía de los arboles en las divisiones ó linderos de las que pertenecen á distintos dueños hacen un apacible recreo. Aqui solo nos detuvimos lo preciso que tardó en haver viento seguro para llegar á Portsmouth, que era el puerto destinado para toda la esquadra, y, haviendo saltado el dia 28 á el sudoeste y oeste, nos hicimos á la vela; y entrando el 29 por el canal occidental que forma la isla de Wight y la tierra firme, fondeó el navio como á las 10 del dia en la bahía de Spiteal, en la qual se hallaban tambien al ancla siete navios de tres puentes, que montaban desde 90 á 100 cañones; de allí fuy yo conducido al pueblo de Fareham, distante 3 leguas de Portsmouth, donde se me havia destinado la residencia de prisionero como la de su habitacion á los demás de la capitulacion de Luis Bourg, quedando los demás por entonces en la penalidad de una prision porque no permitia mas desahogo en el arbitrio de los comisarios lo estrecho de las ordenes con que se hallaban. El capitan del Sunderland supo de suerte en esta ocasion manifestar con todos su generosidad y cortejo en el trato y distincion de los prisioneros á proporcion de su caracter, que, no contento con franquear su mesa, y á su imitacion los demás oficiales, en la duracion del viage, se constituyó en las primeras solicitudes de nuestro alivio casi general abogado para conseguirnoslo; con lo que, se hizo digno acreedor á nuestras gratitudes y memoria.

854 Nuestra llegada á Inglaterra fue á tiempo que aún duraba la revolucion suscitada en ella con el motivo del principe Carlos Eduardo que hacia sus nuevos esfuerzos, aunque con el poco fruto que es notorio, para recuperar el trono de sus mayores, cuyo accidente daba poca esperanza de un buen recibimiento á los prisioneros que, despues de tanto trabajo, nada deseaban como el descanso en el logro de la libertad; pero como los recelos que en tales casos hacen concebir una prudente politica y, tal vez, vuelve precisos la iregular conducta de algunos que, no teniendo el debido concepto del honor, no encuentran embarazo en faltar á la confianza y á la fé pública, huviessen sido causa para que se tuviesse mayor cuidado con los prisioneros de guerra, resultó de ello á todos proporcionalmente mayor estrechez y no tanta libertad como antes de aquel sucesso se les havia podido dispensar. No obstante los favores con que se esmeraron en distinguirme, llevados de su hidalgo proceder, los cavalleros comissarios de prisioneros Mr. Pusey Brook, que lo era de los franceses al mismo tiempo que intendente de Portsmouth, y Mr. William Rickman, de los españoles, fueron tales que pudieron muy bien desvanecer en el animo las pensiones de mi constitucion y casi hacerme olvidar de los antecedentes infortunios con las ventajas y apacibilidad del trato que á competencia reconocia en los dos el primero, á quien no debiera yo passar sin hacer un grande elogio si no temiesse que mi agradecimiento ni tendria bastantes expressiones con que hacerlo correspondiente á su merito ni caudal para dibujar las altas calidades y prendas de prudencia, capacidad, política y manejo de negocios que adornan su persona, se portaba de tal suerte en el de comissario de prisioneros franceses que, constituyendose protector general de ellos, procuraba dar frequentes pruebas de su general inclinacion á hacer bien y no le faltaban motivos de darse á conocer por los efectos favorables que cada uno en sí experimentaba.

855 El otro comissario de los prisioneros españoles, Mr. William Rickman, á cuyo cargo deberia yo haver estado si la circunstancia de haver sido prisionero en navio francés no huviesse intervenido, no necessitó esta particularidad para que, obrando en él para conmigo la recomendacion de español, dexasse de hacerme participante en los beneficios y atenciones con que se ha hecho digno acreedor á la general gratitud y á el reconocimiento de toda la nacion española, pues su afecto é inclinacion á nuestros oficiales, desde que al principio de la guerra y toma del navio la Princesa empezaron á ser destinados en aquellas inmediaciones, fue tal que, brindándose á su assistencia y cuidado no solo con su persona sí tambien con su casa y una quinta distante como medio quarto de legua del lugar de Titchfield nombrada Posbrooke y de Fareham en el camino de Londres cosa de tres millas, obtuvo del Almirantazgo el logro de su solicitud, desempeñando tan á beneficio de los mismos prisioneros este ministerio que no solo experimentaban en él afabilidad, buen trato y proteccion para la negociacion de su despacho sino tambien el alivio de sus estrecheces, unos con las limosnas de ropa con que los socorria para su abrigo y otros con las cantidades de dinero que de su caudal les subministraba con franqueza para que no careciessen de lo que necessitaban en su decencia y manutencion por no bastar la racion que diariamente les estaba assignada. 856 Uno y otro, pues, se ofrecieron á interessarse en la principal solicitud de mi despacho para con el Almirantazgo; pero pareciendome que debia, por la circunstancia de ser Mr.

Brook el comissario á quien yo pertenecía, dirigir por él mi súplica, huve de escrivir cartas al duque de Besford y Almirantazgo instando sobre que se mandassen reconocer y entregar los papeles de mi comission; y puestas á el cuidado de Mr. Brook, acompañadas de su recomendacion, se facilitó la respuesta tan favorable como yo la podia desear; esta fue que el duque de Besford, como gefe del Almirantazgo, me concederia con gran gusto lo que pedia en mi memorial, ofreciendose á lo mismo todos los demás señores de él con la viva expression de que la guerra no tenia que hacer ni procuraba ofender á las ciencias ó artes ni á sus profesores y que antes bien, la nacion inglesa se gloriaba de protexerlas y sus ministros de contribuir á su fomento; en iguales terminos fueron todas las respuestas con que despues me honró directamente el Almirantazgo por su secretario, Mr. Thomas Corbet, obteniendo varias mercedes y gracias para mí y para los prisioneros españoles que estaban en el hospital de Fareham y en la prision general en las cosas que ocurrieron; y aunque el mismo Mr. Brook propuso inmediatamente á mi llegada conseguirme el passaporte para passar á Francia en compañia de los que en un paquebote debian ser conducidos á San Maló de la capitulacion de Luis Bourg, no me fue possible admitir este partido no haviendo aún recuperado los papeles. 857 La guerra de Escocia havia dado ocasion al Almirantazgo para disponer que todos los prisioneros que se hallassen en Londres con licencia saliessen fuera y se repartiessen en los lugares algo distantes, atendiendo principalmente á la seguridad de sus personas porque, hallandose inquieto aquel pueblo, era de temer alguna revolucion contra ellos como catholicos romanos y coligados sus naciones en el fomento de aquella dissension; á vista de este exemplar, no me determinaba á solicitar el ir á Londres+aunque no se me ocultaba requerir mis pretensiones la activa solicitud de mi personal diligencia, pero era forzoso esperar á que se serenassen los desassossiegos que agitaban aquella Corte, pues, pidiendo entonces estos toda la atencion de los que manejaban el govierno, no era mucho que el tiempo se fuesse passando sin verse los efectos de las promessas que el Almirantazgo me tenia hechas tocante á los papeles.

858 Varióse la constitucion con la abundancia de tropas que se levantaron en Inglaterra y passaron de Flandes para hacer oposicion á las del pretendiente, y á este le fue forzoso retirarse y, faltandole los refuerzos y medios para la subsistencia y para hacer contrarresto al poder de aquella Corona, ceder al principio y, por fin, abandonar sus empressas; con estos sucessos, se empezó á restablecer el reposo de los animos y á reconocer algun mas descanso y desahogo en los que tenian á su cargo el ministerio; con cuya proporcion, pensé mas eficazmente en facilitar mi despacho por medio de mi ida á Londres, que con efecto executé, obtenida la regular licencia en la compañia del mismo Mr. Brook, que por casualidad se le ofreció hacer viage á aquella ciudad, á donde llegamos el dia 12 de abril. 859 Luego que me presenté al oficio ó comissaría de los prisioneros de guerra, hallé la orden del conde Harrington, ministro y secretario de Estado, para que passasse á verlo; este señor, que havia estado en España con el caracter de embaxador algunos años, se señalaba entre otros en el grande afecto á los españoles y en la misma conformidad quiso practicarlo conmigo, ofreciendose verbalmente á contribuir en lo que se necessitasse para concluir mi instancia. 860 Presidia la Sociedad Real de Londres Mr. Martin Folkes, sugeto en quien las ciencias no tienen menos apoyo que acogida la urbanidad y la cortesanía; y hallandose instruido de que yo estaba en Fareham prisionero y mis papeles á la disposicion del Almirantazgo, previniendo el riesgo de que pudiessen caer en manos de algunas personas poco inteligentes y padecer algun extravio y pérdida irreparable, tenia hecha por sí la solicitud de que se pusiessen todos en su poder mediante que, siendo de assuntos pertenecientes á ciencias, á ninguno mas bien que á los individuos de la Sociedad correspondia su examen; pero como estaban confundidos entre los muchos de otras especies igualmente apressados, era dificil separarlos á menos que por la letra ú otras señas los pudiesse distinguir; con su apoyo, pues, y los oficios de Mr.

Brook, que no cessaron en este negocio hasta que quedó terminado, obtuve inmediatamente un orden del Almirantazgo para el secretario de la Compañia de la India Oriental, en quien estaban depositados todos, á fin de que me los franqueasse y que los que yo separasse se llevassen al Almirantazgo, orden observada con tanta puntualidad que tuvo su cumplimiento en aquel mismo dia que se expidió. 861 El presidente de la Real Sociedad, de quien hacian la estimacion correspondiente á su gran mérito todos los señores del Almirantazgo, se interessó tanto en el despacho de estos papeles que, abreviandose por el fervor de sus solicitudes las demás previas diligencias hasta salir de aquel tribunal, consiguió se le remitiessen para el examen y que, al mismo tiempo, depositara en él su confianza aquel ministerio, assegurandola en su informe; este caballero, en cuyo caracter se notan relucir en sumo grado todas las prendas naturales que hacen recomendables en el trato las personas, de una condicion generosa y amable, de una afabilidad y franqueza nada artificiosa y de un genio obsequioso y penetrante capacidad, me havia cortejado en quanto podia desde que llegué á Londres, y fue lo que menos experimenté de su agrado y político proceder los ofrecimientos, pues, adelantandose á ellos las obras, ni aun daba lugar á que mediasse tiempo de unos favores á otros. Introduxome primero en las assambleas de la Sociedad, me facilitó la comunicacion y el obsequio de muchos señores que se señalaron en protexerme y honrarme, me acompañó á ver los célebres gavinetes, donde pueden competirse la curiosidad de aquellos sabios que con tanta solicitud y cuidado los forman y la admiracion de los que con alguna atencion y conocimiento los registran y donde, transplantada toda la naturaleza, se vé una historia viva, general y completa de quanto encubren las ondas, produce la tierra y se cria viviente, vegetable y particular en todas las regiones y elementos; allí no se echan menos aquellas cosas que por raras parecen impossibles de adquirirse, se notan en sí propios los racionales monstruosos que en varias ocasiones suele producir el extravío ó fecundidad de la naturaleza y quanto puede apetecer en ella y sus efectos el humano juicio; él mismo me dió á conocer entre los sabios de aquel reyno y dió motivo á que yo los tratasse y, finalmente, fue mi guia y fue mas de lo que yo podia apetecer ó esperar, pues, hecho cargo de mis negocios y de mi deseo á la ilustracion, no descuidaba en aquellos al passo que tanto me complacia en esta.

862 La recomendacion que me causaba el distinguido favor de este personage, en que para con los demás iba embebido el de su juicio y concepto, junta con la que me resultaba de haver sido uno de los destinados á la medida de los grados de la tierra en el Perú, pudo tanto en los animos de aquellos hombres sabios ó amantes de las letras que haría yo injusticia si no confessasse ser efecto principalmente de aquella circunstancia la felicidad de mi despacho y las estimaciones con que allí fuí atendido. 863 Aqui fue donde pude conocer hasta donde llegaba la urbanidad de los ingleses desnuda de ficciones, su cortesanía apartada de lisonja, su agrado y su obsequio ageno de todo particular interés; aqui notar las inclinaciones y especiales costumbres, govierno, politica y economicas providencias de esta culta nacion; y aqui el modo de su trato, capaz de servir de escuela á los mas advertidos y sagaces de las otras. 864 Luego que Mr. Folkes tuvo reconocidos mis papeles, hizo su informe á el Almirantazgo tan lleno de expressiones á mi favor que, si no se estendiera en los aplausos, lo insertaría aqui como la mas acertada aprobacion á nuestra obra, y satisfecho con él aquel ministerio, vino en concederle, segun lo deseaba, que directamente passassen de su mano á mi poder, como lo practicó el 25 de mayo; pero para que quedasse mas vivo en mí el reconocimiento, quiso completar la mucha estimacion que siempre se manifestó, proponiéndome entre él, el conde de Stanop y otros cavalleros de la Sociedad Real por miembro de aquel cientifico cuerpo, queriendo alentar con este honor mi buen deseo de contribuir á la perfeccion de las ciencias y calificar con un tan excesivo premio mas el poder y benevolencia del que lo daba que la proporcion en el que lo recibia; y concluidos con tan buen sucesso los assuntos de mi demora, me restituí áEspaña, passando á embarcarme á Falmouth en el paquebote que de allí suele navegar á Lisboa para, desde aquella ciudad, restituirme á Madrid, como lo executé, llegando á la Corte el 25 de julio de 1746, despues de 11 años y dos meses que me embarqué en Cadiz y salí á esta comisssion.

865 Fue mi llegada á la Corte en tal ocasion que aun no se miraban enjutas las lagrimas de los fieles españoles por la pérdida de su gran rey, Don Phelipe V, passado á mejor esphera en 9 del mismo mes y año; y practicada sin dilacion por mí la diligencia de que subiesse á noticia del rey nuestro señor Don Fernando VI, que Dios prospere, el éxito de mi comission por mano del Excelentissimo señor marqués de la Ensenada, Su Magestad se dignó dispensarle el cumplido favor de mandar se le pusiesse el deseado fin, dandole á el publico y colmandola de honor al mismo tiempo con el de declararse su protector en un todo, demonstracion á la verdad hija de un principe en quien tanto resplandecen entre los demás adornos de su real persona el amor é inclinacion á las letras. De este modo, pudo tener feliz conclusion una obra que por sus circunstancias se hizo digno objeto de la expectacion de todas las naciones, por su importancia mereció el fomento y la proteccion á los mayores monarcas de la Europa y, finalmente, por su duracion havia por tanto tiempo tenido impacientes los deseos de los sabios.

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