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Datos principales


Desarrollo


Cómo el Almirante salió para la Boca del Dragón y el peligro que corrió Continuando el Almirante su viaje al Oeste, cada vez se hallaba menos fondo en el mar, tanto que habiendo ido por cuatro o cinco brazas de agua, no se hallaron luego sino dos y media en baja mar, porque el crecer y menguar el agua era diferente que en la isla de la Trinidad, pues en esta isla subía el agua tres brazas, y donde estaba, cuarenta y cinco leguas más al Poniente, no crecía más que una; allá, siempre hacia abajo, o como dicen los marineros, de flujo y de reflujo, iban las corrientes al, Poniente; aquí, de menguante, iban al Oriente, y de creciente al Occidente; allá el mar era medio dulce, y aquí como agua de río. El Almirante viendo estas diferencias y el poco fondo que hallaba para los navíos, no se atrevió a ir más allá con su nave, la cual requería tres brazas de agua, pues era de cien toneles; por esto surgió en aquella costa, que era segurísima, por tener el puerto forma de una herradura, rodeado por todas partes de tierra. No obstante mandó una carabelilla que llamaban el Correo para saber si había paso detrás de aquellas islas por el Occidente, la cual, a poco de caminar, volvió al día siguiente, que era el 11 de Agosto, diciendo que al extremo occidental de aquel mar había una boca de dos leguas de Sur a Norte, y dentro un golfo redondo con otros cuatro menores, uno a cada lado; y que de cada uno de ellos salía un río, cuya agua era la causa de que todo aquel mar fuese tan dulce, y aún allá dentro era más dulce que donde se hallaba el Almirante; de donde deducía que en verdad aquellas tierras que parecían ser islas, todas eran un mismo continente; que en todo aquel mar había encontrado cuatro o cinco brazas de fondo, y tanta hierba de aquella del Océano, que con trabajo habían pasado por ella.

Por lo cual, estando el Almirante muy cierto de que no podría salir con rumbo al Occidente, el mismo día volvió hacia Levante, con ánimo de salir por el estrecho que se había visto entre la tierra de Gracia, que los indios llamaban Paria, y la Trinidad; cuyo estrecho tiene al Oriente la punta de la Trinidad, que el Almirante llamó cabo Boto, y al Poniente el cabo de la isla de Gracia, que llamó cabo de la Lapa, y en medio hay cuatro islillas. El motivo porque la llamó cabo del Dragón fue porque es en verdad peligroso con la furia del agua que va por allí a salir al mar, de la que se formaban tres olas de mar grueso y de formidable ruido que se extendían del Oriente al Poniente en toda la mencionada boca, Como al tiempo que salió por ésta le faltó el viento, y estuvo en grandísimo peligro de ser arrojado por la corriente en algún bajo o escollo donde se deshiciera, tuvo justo motivo de darle un nombre que correspondiese al de la otra boca en la que se había visto con no menos peligro, como ya hemos dicho. Pero quiso nuestro Señor que de donde habían tenido más temor, les viniese el remedio, y que la misma corriente les sacase a salvo. Luego, sin tardanza, el lunes, a 13 de agosto, comenzó a navegar hacia Occidente por la costa septentrional de Paria, para ir a la Española, dando muchas gracias a Dios que le libraba en tantos trabajos y peligros, y le mostraba siempre nuevas tierras, llenas de gente pacífica, y de gran riqueza; y especialmente aquella que tenía por muy cierto era tierra firme, por la grandeza del mar de las perlas, y los ríos que a éste salían; porque todo el mar era de agua dulce; por la autoridad de Esdras, en el capítulo VIII del libro IV, quien dice que de siete partes de la esfera, sólo una está cubierta de agua, y porque todos los indios de las islas de los Caníbales le habían dicho que a la parte del Mediodía había una grandísima tierra firme.

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