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Datos principales
Desarrollo
En que se prosigue el mismo camino que se ha tratado en el capítulo pasado, hasta llegara la ciudad de Trujillo Deste valle de Collique se camina hasta llegar a otro valle que nombran Zana, de la suerte y manera que los pasados. Más adelante se entra en el valle de Pacasmayo, que es más fértil y bien poblado de todos los que tengo escripto, y adonde los que son naturales deste valle, antes que fuesen señoreados por los ingas, eran poderosos y muy estimados de sus comarcanos, y tenían grandes templos, donde hacían sus sacrificios a sus dioses. Todo está ya derribado. Por las rocas y sierras de pedregales hay gran cantidad de guacas, que son los enterramientos destos indios. En todos los más destos valles están clérigos o frailes, que tienen cuidado de la conversión dellos y de su dotrina, no consintiendo que usen de sus religiones y costumbres antiguas. Por este valle pasa un muy hermoso río, del cual sacan muchas y grandes acequias, que bastan a regar los campos que dél quieren los indios sembrar, y tiene de las raíces y frutas ya contadas. Y el camino real de los ingas pasa por él, como hace por los demás valles, y en éste había grandes aposentos para el servicio dellos. Algunas antigüedades cuentan de sus progenitores, que por las tener por fábulas no las escribo. Los delegados de los ingas cogían los tributos en los depósitos que para guarda dellos estaban hechos, de donde eran llevados a las cabeceras de las provincias, lugar señalado para residir los capitanes generales y adonde estaban los templos del sol.
En este valle de Pacasmayo se hace gran cantidad de ropa de algodón y se crían bien las vacas, y mejor los puercos y cabras, con los demás ganados que quieren, y tienen muy buen temple. Yo pasé por él en el mes de setiembre del año de 1548, a juntarme con los demás soldados que salimos de la gobernación de Popayan con el campo de su majestad, para castigar la alteración pasada, y me pareció extremadamente bien este valle, y alababa a Dios viendo su frescura, con tantas arboledas y florestas llenas de mil géneros de pájaros. Yendo más adelante se llega al de Chacama, no menos fértil y abundoso que Pacasmayo por su grandeza y fertilidad, sin lo cual hay en él gran cantidad de cañaverales dulces, de que se hace mucho azúcar y muy bueno, y otras frutas y conservas; y hay un monasterio de Santo Domingo, que fundó el reverendo padre fray Domingo de Santo Tomás. Cuatro leguas más adelante está el valle de Chimo, ancho y muy grande, y adonde está edificada la ciudad de Trujillo. Cuentan algunos indios que antiguamente, antes que los ingas tuviesen señoríos, hubo en este valle un poderoso señor, a quien llamaban Chimo, como el valle se nombra agora, el cual hizo grandes cosas, venciendo muchas batallas, y edificó unos edificios que, aunque son tan antiguos, se parece claramente haber sido gran cosa. Como las ingas, reyes del Cuzco, se hicieron señores destos llanos, tuvieron en mucha estimación a este valle de Chimo, y mandaron hacer en él grandes aposentos y casas de placer, y el camino real pasa de largo, hecho con sus paredes. Los caciques naturales deste valle fueron siempre estimados y tenidos por ricos. Y esto se ha conocido ser verdad, pues en las sepulturas de sus mayores se ha hallado cantidad de oro y plata. En el tiempo presente hay pocos indios, y los señores no tienen tanta estimación, y lo más del valle está repartido entre los españoles pobladores de la nueva ciudad de Trujillo, para hacer sus casas y heredamientos. El puerto de la mar, que nombran el arrecife de Trujillo, no está muy lejos deste valle, y por toda la costa matan mucho pescado para proveimiento de la ciudad y de los mismos indios.
En este valle de Pacasmayo se hace gran cantidad de ropa de algodón y se crían bien las vacas, y mejor los puercos y cabras, con los demás ganados que quieren, y tienen muy buen temple. Yo pasé por él en el mes de setiembre del año de 1548, a juntarme con los demás soldados que salimos de la gobernación de Popayan con el campo de su majestad, para castigar la alteración pasada, y me pareció extremadamente bien este valle, y alababa a Dios viendo su frescura, con tantas arboledas y florestas llenas de mil géneros de pájaros. Yendo más adelante se llega al de Chacama, no menos fértil y abundoso que Pacasmayo por su grandeza y fertilidad, sin lo cual hay en él gran cantidad de cañaverales dulces, de que se hace mucho azúcar y muy bueno, y otras frutas y conservas; y hay un monasterio de Santo Domingo, que fundó el reverendo padre fray Domingo de Santo Tomás. Cuatro leguas más adelante está el valle de Chimo, ancho y muy grande, y adonde está edificada la ciudad de Trujillo. Cuentan algunos indios que antiguamente, antes que los ingas tuviesen señoríos, hubo en este valle un poderoso señor, a quien llamaban Chimo, como el valle se nombra agora, el cual hizo grandes cosas, venciendo muchas batallas, y edificó unos edificios que, aunque son tan antiguos, se parece claramente haber sido gran cosa. Como las ingas, reyes del Cuzco, se hicieron señores destos llanos, tuvieron en mucha estimación a este valle de Chimo, y mandaron hacer en él grandes aposentos y casas de placer, y el camino real pasa de largo, hecho con sus paredes. Los caciques naturales deste valle fueron siempre estimados y tenidos por ricos. Y esto se ha conocido ser verdad, pues en las sepulturas de sus mayores se ha hallado cantidad de oro y plata. En el tiempo presente hay pocos indios, y los señores no tienen tanta estimación, y lo más del valle está repartido entre los españoles pobladores de la nueva ciudad de Trujillo, para hacer sus casas y heredamientos. El puerto de la mar, que nombran el arrecife de Trujillo, no está muy lejos deste valle, y por toda la costa matan mucho pescado para proveimiento de la ciudad y de los mismos indios.