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Datos principales


Desarrollo


CAPITULO III Comprehende los nombres de los páramos y otros sitios donde estuvieron los señales que formaban los triangulos de la meridiano y los que cada compañia habitó para hacer las observaciones que le correspondian con una breve noticia del tiempo que se detuvo en ellas 561 A fin de no defraudar á la curiosidad las noticias de los páramos en que estuvo cada una de las dos compañias practicando las observaciones que le pertenecian y del tiempo que fue necessario detenerse en ellas, me ha parecido insertarla en este capitulo aunque desnudandole de aquellas prolijas circunstancias que pudieran hacerla molesta por la individual repeticion que el sufrimiento tuvo que vencer en cada una, debiendo ser bastante para su conocimiento lo que queda dicho en el capitulo antecedente. No se incluyen en este aquellas estaciones que se hicieron en el año de 1736, luego que se acabó de medir la base de Yaruquí, tanto en sus extremos como en los páramos de Pambamarca y Yllahaló, porque, con el distinto orden en que despues se dispusieron los triangulos, fue preciso volver á repetirlas; y no considerandose estas evacuadas por entonces, empezaré sus noticias por aquellas señales en quienes no concurrió la misma circunstancia, siguiendolos por su orden. 562 I. Señal ó estacion en el páramo de Pichincha. Al principio, en lo mas elevado de la cumbre, y despues en otro sitio al pie del peñon, donde se colocó el señal con el desengaño de que no convenian los lugares mas elevados para las observaciones.

En este cerro se empezaron desde el dia 14 de agosto de 1737 y no se concluyó hasta principios de diciembre del mismo año. 563 II. Señal en Oyambaro, termino austral de la base de Yaruquí. El 20 de diciembre de 1737 se passó á Oyambaro, y el 29 del mismo mes quedó concluido todo en aquel parage. 564 III. Señal en Caraburu, termino boreal de la base de Yaruquí. El 30 de diciembre passamos á Caraburu, y allí permaneció la compañia hasta el 24 de enero de 1738, en que se concluyó, cuya dilacion la causó unas veces el mal tiempo y otras la falta de señales. 565 IV. Señal en el páramo de Pambamarca. En este páramo de Pambamarca, donde haviamos estado el año de 1736 quando se acabó de medir la base de Yaruquí queda yá advertido, se hizo segunda estacion, subí con los de mi compañia el 26 de enero de 1738 permaneciendo hasta el 8 de febrero; y en otros donde estuvimos despues, los vientos eran tan fuertes que con dificultad podian mantenerse en pie las personas haciendo oposicion á su fuerza, y esta fue una gran penalidad para executar las observaciones con la delicadeza y prolixidad que era necessario porque todos los abrigos que se formaban no bastaban á tener en sossiego los quartos de circulo. 566 V. Señal en el cerro de Tanlagua. El dia 12 de febrero subimos al cerro de Tanlagua, y en el siguiente 13 se terminaron las observaciones, y descendimos de él. Este cerro, que es pequeño respeto de los otros de aquellas cordilleras y que por su elevacion no causaba tanta incomodidad como ellos, le daba en la subida y baxa lo perpendicular de su escape, el qual es de modo que solo gateando y asiendose bien con manos y pies puede vencerse, á lo qual es consiguiente la fatiga y el cansancio que causa un exercicio tan violento y largo, pues dura la subida el tiempo de quatro horas ó mas; la baxada no se encontró mas comoda y casi toda ella fue preciso hacerla sentados y dexandose resvalar poco á poco para no despeñarse.

567 VI. Señal en el llano de Changallí. Al señal de Changallí passamos el dia 7 de marzo, y el 20 se finalizó lo que havia que hacer en él. Este señal estaba en un llano, donde ni el temple nos incomodaba ni faltaban aquellas conveniencias de que se carecia en los páramos porque nos alojamos en una hacienda que estaba cerca del señal y no muy distante del pueblo de Píntac; y assi no se perdia instante en que los otros cerros estuviessen libres de nubes que no aprovechasse el deseo de concluir allí las observaciones, pero se oponia á su logro haciendo mayor la demora el que, guando aparecian desembarazados de vapores los otros cerros, se echaban menos en ellos los señales que el viento havia derribado, y esto fue causa para que se determinasse desde entonces que las mismas tiendas de campaña lo fuessen, en cuya forma se practicó despues. 568 VII. Señal en Pucaguaico, sobre la falda del cerro Cotopacsi. A Pucaguaico passamos el dia 21 de marzo y el 4 de abril baxamos de él, sin haver hecho otra cosa que sufrir su intemperie, tanto de yelos y nieves como de vientos tan horribles que parecia querian desquiciar de su sitio aquel monstruoso volcán. Lo que en este tuvo que experimentar la constancia no fue menos que lo que superó en la cumbre de Pichincha; y aun los irracionales daban pruebas de los rigores de aquel clima pues, huyendo de ellos tal vez las mismas mulas que havian de servir á nuestra conducion, se alejaban del sitio en que los indios de su guarda las ponian travadas en busca de mas apacible temple, á distancias tales que en muchos dias despues no parecian.

569 Como se reconociesse en Pucaguaico ser preciso mudar el señal que se seguia por la vanda del sur ó poner otro intermedio y faltassen que resolver algunos assuntos á que se debia atender para determinarlo de una vez, se dexó suspensa allí la medida hasta que fuesse tiempo de volverla á continuar, y en este intermedio se hicieron las observaciones de la velocidad del sonido y otras, de que se trata en el tomo de ellas; y estando yá todo pronto para volver á continuar, fuimos por segunda vez á Pucaguaico, donde permanecimos desde el 16 de agosto hasta el 22 del mismo mes, en cuyo tiempo se lograron hacer todas las observaciones necessarias. 570 VIII. Señal del Corazon, páramo assi nombrado. El 12 de julio, antes de concluir la estacion de Pucaguaico, haviamos subido al páramo del Corazon y permanecido en él hasta el 9 de agosto. Este cerro, cuya altura es con corta distancia como la del de Pichincha, forma tambien á su imitacion un alto peñasco que se encumbra desde lo elevado de él, y á su pie estaba la señal, por cuya causa fue la estacion en él muy semejante á la segunda que se havia hecho en Pichincha; pero aunque no faltaban yelos, nieves y vientos que incomodaban, no fueron con tanto excesso como los que se havian sufrido en lo mas elevado de aquel. 571 IX. Señal de Papa Urco. El señal intermedio que debia situarse entre el. de Pucaguaico y el de Vengotasín, que estaba mas acia el sur, se resolvió ponerlo en Papa Urco, cerro de mediana altura; á este subimos el 11 de agosto y estuvimos en él hasta el 16 del mismo, en que passamos al de Pucaguaico, sirviendo como de descanso entre las dos estaciones del Corazon y Pucaguaico esta de Papa Urco, cuyo temperamento no era desapacible ni incomodo.

572 X. Señal en el cerro de Milín. A el cerro de Milín, que tambien es de poca altura como el de Papa Urco, passamos el 23 de agosto, y el 29 quedaron concluidas las observaciones de él. 573 XI. Señal en el cerro de Vengotasín. El cerro de Vengotasín, aunque no muy alto, prolongó nuestra demora mas de lo que se presumía, pues, haviendo passado á hacer en él las observaciones el 4 de septiembre, nos detuvimos hasta el 18, provenido de que se ofrecian algunas dificultades que vencer sobre el lugar que deberia ocupar el señal siguiente por la parte del sur, pero, como el assiento de Latacunga hace immediacion á las faldas de este cerro, y en él hay varias haciendas, se gozaba alguna mas comodidad que en los otros, donde una y otra providencia se echaba menos. 574 XII. Señal en el cerro de Chulapu. La estacion sobre el cerro de Chulapu fue la mas corta que tuvimos en todo el discurso de la meridiana porque, haviendo subido el dia 20 de septiembre, baxamos el 23. Este cerro, que es de los de mediana altura, hace vecindad al assiento de Hambato, y su falda está bien poblada de haciendas. La subida es muy áspera y peligrosa para practicarla en mula. 575 XIII .Señal de Chichi choco. El señal de Chichi-choco estaba á las faldas del cerro de este nombre, que se forma en las pendientes del nevado y célebre de Carguairaso. En Chichi choco solo nos mantuvimos desde el dia 24 hasta el 29 de septiembre; y aunque el parage en donde estaba situado el señal era de poca altura respeto a las de otros cerros, como se hallaba immediato al de Carguairaso, no dexaba de sentirse algun frio quando ventaba de aquella parte, pero no de modo que fuesse comparable con el de los páramos, en donde todo era yelo y granizo ó nieve.

El mismo dia que nos partimos de aquel parage, interin estaban los indios cargando las mulas y nosotros debaxo de la tienda dando tiempo á que concluyessen para ponernos en camino, se sintió un temblor y fue general en el país que se estiende quatro leguas en contorno de allí; la tienda de campaña se bamboleaba de un lado á otro con movimiento bastantemente sensible y al mismo respecto se percibia el de la tierra ondeado, siendo de suponer que este terremoto fue de los pequeños que se sienten en aquellas partes. 576 XIV. Señal de Mulmul. En este señal y los tres siguientes fue forzoso hacer distintos viages porque, obligando la mayor exactitud de las observaciones á formar triangulos auxiliares por donde se comprobassen las distancias que se concluyessen de los principales, la dificultad de no poderse divisar reciprocamente unos señales de otros precisó á mudarlos de sitio hasta que estuvieron bien y, por consiguiente, á repetir los viages en unas mismas estaciones; y el 8 de noviembre, quedando concluidas todas las observaciones, passó la compañía á Riobamba, en donde yo me hallaba desde el 20 de octubre porque, contraida una peligrosa y critica enfermedad en Chichi choco y haviendose agravado esta en Mulmul, fue forzoso quedarme en una baquería de aquel páramo y desde ella continuar á convalecer en Riobamba, por cuyo motivo no pude assitir á las observaciones de los señales XV, XVI y XVII, que le fueron los de Guayama, Ilmal y Nabuso. 577 XVIII.

Señal de Sisa Pongo. En el señal de Sisa-Pongo estuvimos desde el 19 de noviembre hasta fin del mes, y en esta estacion se suspendieron las observaciones de la meridiana interin que Don Jorge Juan y M. Godin volvin de Quito, adonde havian passado con el fin de tomar nuevas providencias para la continuacion de la obra; y en el intermedio que estuvo suspensa, se practicaron algunas experiencias concernientes á la comprobacion del systema de las atracciones, para cuyo fin hizo M. Bouguer, que fue el promotor de esta idea, eleccion del páramo de Chimborazo, cuya estacion y la segunda, que se repitió en el lugar correspondiente sobre el arenal del mismo páramo, fueron de las mas penosas que huvo en todo lo que duró la meridiana. Estas observaciones no se incluyen en el tomo de las Astronomicas y Physicas porque yo no pude assistir mas que á las primeras que se hicieron en el páramo de Chimborazo desde el dia 29 de noviembre hasta el 17 de diciembre, á causa de que lo desapacible del clima volvió á renovar en mí el accidente anterior, de que aun no me hallaba enteramente fortalecido. 578 XIX. Señal de Lalanguso. En el páramo de Lalanguso estuvimos desde el dia 24 hasta el 31 de enero de 1739, que se terminaron allí las observaciones. 579 XX. Señal en el páramo de Chusay. El páramo de Chusay fue una de las estaciones mas largas de la meridiana porque se hizo preciso detenernos en aquel cerro desde el dia 3 de febrero hasta el 24 de marzo, y esto se originó de ser dificil hallar sitio en donde colocar los señales que seguian, de forma que descubriessen unos de otros y formassen triangulos regulares, en lo qual se encontraban muchas dificultades porque los empinados cerros de la cordillera del Azuay, donde se havian de situar, se hacian estorvo los unos á los otros.

Además del largo tiempo de la estacion, fue tambien penosa por el temple, por los vientos y por lo que en tanta soledad y falta de toda suerte de comodidades es regular que se padezca. 580 XXI. Señal en el páramo de Tioloma. En el páramo de Tioloma fue la demora que se hizo desde el dia 26 de marzo hasta el 25 de abril, y en este salimos de él. 581 XXII. Señal en el páramo de Sinasaguán. En el páramo de Sinasaguán, de quien yá se hizo mencion, estuvimos desde el 27 de abril, que llegamos, hasta el 9 de mayo, que partimos de él, provenido de haver sido el tiempo malo á excepcion del ultimo dia en que finalizamos; lo que allí se padeció queda yá dicho, y assi no es necessario volverlo á repetir. 582 XXIII. Señal en el páramo de Buerán. La estacion de Buerán duró desde el 10 de mayo hasta el 1 de junio. Este cerro era yá baxo respeto de los que havian precedido, con la immediacion que tiene al pueblo de Cañar, de donde solo dista cosa de dos leguas, se hacía llevadera la pension de habitarle porque se gozaba la comodidad de estar bien assistidos; era mucho mas benigno que el de los otros páramos, y los dias de domingo ú otros de precepto ibamos al pueblo con el fin de oir missa, desechando en parte la molestia de la continua soledad en que viviamos. Interin que estuvimos en este páramo, de varios rayos que cayeron en las llanuras de su immediacion, se experimentaron estragos bien lastimosos por tres veces en los indios, en los animales y en las casas de campo porque son aquellos sitios muy propensos á tempestades fuertes, y con especialidad al páramo de Burgay, que está immediato á Buerán.

583 XXIV. Señal en el páramo de Yasuay. La estacion de Yasuay no se concluyó hasta el 16 de julio porque, antes de terminarla, era necessario reconocer el parage mas comodo, en donde se pudiesse medir una segunda base que sirviesse de comprobacion á la exactitud de las operaciones geometricas practicadas hasta entonces y, despues de elegido el lugar, ver la mejor forma en que se havian de situar los señales que mediassen entre el de Yasuay y la base. A este fin, passamos á Cuenca y de allí á reconocer los llanos de Talqui y de los Baños; luego que lo estuvieron, y determinado que en el primero se midiesse la base con quien se havia de comprobar por mi compañia la media de los triangulos y en el segundo la que havia de servir á la otra compañia y situados los señales que faltaban, se volvió á continuar, manteniendonos en el páramo de Yasuay desde el 7 hasta el 16 de julio. Este páramo es el mas alto de los que hay en aquel territorio de Cuenca y tan escarpado que parte de él es preciso subirlo á pie y con mucho trabajo, pero con toda su altura no es su temperamento tan penoso como el de Sinasaguán ó el de los páramos que están acia el norte de aquella cordillera; assi, no fue estacion para nosotros de las mas incomodas. 584 XXV. Señal en el cerro de Borma. El cerro de Borma es baxo y á su respeto todos lo demás de acia Cuenca; con que, no padeciendo el embarazo de cubrirse sus copetes con las nubes y haviendo logrado que el de Yasuay, que era el que peligraba en esto, permaneciesse descubierto el 19 de julio, en el corto termino de dos dias se concluyeron allí todas las observaciones, y la apacibilidad del temple nos fue muy propicia porque no huvo cosa que incomodara en él.

585 XXVI, XXVII, XXVIII y XXIX en los señales de Pugín, Pillichíquir, Alparupasca y Chinán, estos dos ultimos terminos norte y sur de la base de Talqui. Las estaciones que se hicieron en los quatro puntos, Pugín, Pillichíquir, Alparupasca y Chinán, no necessitaron de que fuessemos á hacer demora en ellos porque, hallandose immediatos á la base de Talqui, passabamos á observar los angulos diariamente desde las haciendas en donde nos hallabamos alojados, á excepcion de Pillichíquir, que, por estar mas distante que los otros dos señales, fue preciso passar de proposito á vivir en él y, logrando concluir las observaciones el mismo dia en que llegamos, no huvo necessidad de mayor demora. 586 XXX y XXXI. Guanacauri y en la torre de la iglesia mayor de Cuenca. Concluida la serie de los triangulos hasta los dos ultimos de los extremos de la segunda base, fue necessario formar otros para ligar el observatorio donde, despues de concluida la medida geometrica, se empezaba la astronomica. Los que me sirvieron á mi fueron un señal en el cerro de Guanacauri y la torre de la iglesia mayor de Cuenca, en los quales se evaquaron las observaciones que les correspondian al mismo tiempo que se hacian las astronomicas. 587 Por la parte del norte de la meridiana, se formaron despues nuevos triangulos, como queda dicho en el capitulo anterior, y con este motivo fue preciso hacer otras estaciones en los cerros donde se situaron los señales que los componían. Los que me correspondieron á mi, siguiendo el mismo orden que se havia tenido en toda la meridiana de observar cada sugeto dos angulos en todos los triangulos, fueron los que se siguen.

588 XXXII, XXXIII, XXXIV y XXXV. Los señales de Guápulo, cerro de Campanario, el de Cosín y en Mira. Las observaciones correspondientes á estos quatro señales de Guápulo, Campanario, Cosín y Mira no se terminaron hasta que, haviendo concluido en Lima y Chile los demas assuntos que nos llamaron allá, pudimos restituirnos á Quito. En el primero y ultimo no fue necessario alojar porque, estando cercanas á Quito y al pueblo de Mira, se passaba á ellas quando el tiempo prometia oportunidad de conseguir el fin, pero en Campanario y Cosín sí, y todas quatro quedaron evaquadas en el mismo tiempo en que estuve haciendo la segunda observacion astronomica, desde 14 de febrero hasta 23 de mayo de 1744, que dexamos terminado lo que pertenecía á la meridiana. 589 Las estaciones que se hicieron, luego que se acabó de medir la base de Yaruquí en el año de 1736 y que despues no sirvieron, como quede prevenido, fueron comunes á ambas compañias porque todavia no se havia puesto en planta el methodo que se siguió despues, de observar cada una en todos los triangulos dos de sus angulos para aligerar el trabajo y abrevir la obra; con que, Don Jorge Juan y M. Godin estuvieron, quando M. M. Bouguer, de la Condamine y yo, en los páramos de Illahaló y de Pambamarca. 590 I y II. Señal en los terminos de la base de Yaruquí. A fin de evacuar las observaciones correspondientes á estos dos señales, salieron de Quito el 20 de agosto de 1737 y el 27 las dexaron concluidas todas.

591 III. Señal en el páramo de Pambamarca. Despues que tuvieron hechas en los extremos de la base las observaciones necessarias, passaron al páramo de Pambarmarca y terminaron el 1.° de septiembre. 592 IV. Señal en el cerro de Tanlagua. Haviendo concluido en el páramo de Pambamarca, baxaron al pueblo de Quinche, que era el mas cercano, para proseguir despues á Tanlagua; pero, escarmentados los indios de la rigurosa intemperie de aquel páramo, se les huyeron todos los que debian acompañarlos, temerosos de ir a padecer en Tanlangua lo que acababan de experimentar en Pambamarca. Los del pueblo, recelosos de que la fuga de los otros hiciesse caer la suerte sobre ellos, se ausentaron y escondieron todos á su imitacion, y, no bastando las diligencias que los alcaldes practicaron para encontrarlos ni las providencias que el cura daba para descubrirlos, fue preciso, despues de haverse detenido dos dias, que el mismo cura dispusiesse los acompañassen el sacristán y otros indios del servicio de la iglesia, llevando el cuidado de las mulas de carga hasta Tanlagua, á cuya hacienda llegaron el 5 de septiembre, y, en el siguiente 6, emprehendieron la subida del cerro, en el qual encontraron tanta dificultad que huvieron menester todo el dia para vencer su aspereza. Los indios, que subian á hombros la tienda de campaña, instrumentos y equipages, no pudiendo concluirlo, quedaron en medio de la cuesta; y precisados los que yá estaban arriba á passar la noche sin cubierto ni abrigo, les faltó poco para parecer con el frio porque una fuerte helada que hizo los maltrató hasta ponerlos en extremo de amortecerselas los cuerpos y faltar el movimiento en los miembros de él.

En esta ocasion no pudieron concluir la observacion á causa de echarse menos algunos señales, que ó los fuertes temporales havian derribado ó los indios ganaderos llevadose, y, en el interin que passaban otras personas á situarlas, se restituyeron á Quito para emplear el tiempo que se gastasse en aquella diligencia en el examen de las divisiones de los quartos de circulo, cuyas operaciones sumamente prolixas los detuvieron hasta el mes de diciembre; y estando situados para entonces los señales que faltaban antes, passaron de nuevo á Tanlagua el 20 de diciembre, y el 27 quedaron terminadas enteramente las observaciones pertenecientes á él. 593 V. Señal en el cerro de Guápulo. Como el señal de Guápulo estaba en cerro de poca altura y no lexos de Quito, no fue necessario el ir á vivir á él, y, assi, tomando la madrugada, salian de la ciudad y llegaban al amanecer á la tienda de campaña, donde quedaban todos los instrumentos que servian para las observaciones, y, aunque fueron repetidos los viages que hicieron diariamente, no pudieron finalizar las observaciones hasta el 24 de enero de 1738. 594 VI. Señal en la cordillera y páramo de Guamaní. A el cerro de Guamaní fue preciso hacer dos viages, dando á ello motivo el que la primer situacion de esta señal no estaba en parage de donde se descubriese el del Corazon; y para lograrlo, se mejoró de sitio. Por esto, aunque la subida á aquel cerro fue el 28 de enero, no se escusó el repetirle el 7 de febrero, con la felicidad de que en el siguiente 8 quedó evacuado lo que havia que hacer en él.

595 VII. Señal en el páramo del Corazon. En este cerro tambien huvo igual repeticion de viages; el primero fue el dia 11 de febrero y el segundo el 12 de marzo. 596 VIII. Señal de Limpia Pongo en el páramo de Cotopacsi. A1 páramo de Cotopacsi subieron el 16 de marzo; y haviendose mantenido hasta el 31 y reconocido no descubrirse de allí el señal de Guamaní, fue preciso hacer poner uno intermedio y, estandolo yá el 9 de agosto, volver al señal de Limpia Pongo, en Cotopacsi, y permanecer en él hasta el 13 del mismo mes, que concluyeron. En esta segunda jornada le sucedió á Don Jorge Juan, á la subida del cerro, el accidente de caer con la mula en que iba en lo mas hondo de una pequeña quebrada, cuya profundidad era de 4 á 5 tuessas, que hacen de 10 á 11 varas, pero tuvo la felicidad de no recibir daño alguno. 597 Como fue preciso situar otro señal entre el de Guamaní y Limpia Pongo por no verse reciprocamente estos dos, fue tambien indispensable volver á observar los angulos de algunas estaciones que quedaban evaquadas antes; y assi en esto como en hacer las experiencias de la velocidad del sonido y en evaquar el nuevo que se añadía entre los dos, estuvieron empleados el tiempo que medió desde que suspendieron las observaciones en Limpia Pongo hasta que volvieron á terminarlas. 598 IX. Señal en el páramo de Chinchulagua. El señal de Chinchulagua, puesto en el páramo del mismo nombre, quedó evaquado el 8 de agosto pero, ofreciendose alguna duda sobre uno de los angulos que se observaron, fue preciso repetir esta estacion despues que se concluyó en Limpia Pongo para asegurarse de ella.

599 X. Señal en el cerro de Papa Urco. Concluida la verificacion de la observacion en Chinchulagua, passaron al señal de Papa-Urco, adonde el 16 del mismo mes de agosto evaquaron la que havia que observar y de allí fueron á Quito porque assi lo pedian algunos negocios correspondientes á la compañía francesa. 600 XI. Señal en el cerro de Milín. Los assuntos que havian llamado á Quito la presencia de Mr. Godin quedaron evaquados en lo que restaba de aquel mes, y el 1.° de septiembre se volvieron á hallar en el señal de Milín, permaneciendo en él hasta el 7 del mismo. 601 XII. Señal en el páramo de Chulapu. De Milín passaron al páramo de Chulapu y estuvieron en él hasta el 18 de aquel mes de septiembre, que dexaron evaquadas las observaciones. Hasta este señal exclusiva, observó cada una de las compañias los tres angulos de todos sus triangulos, tanto porque estos eran distintos entre sí quanto porque con semejante diligencia se comprobaban los yerros de las divisiones de los quartos de circulo hallados por los otros methodos que se havian usado para conocerlos. Pero desde este señal inclusive en adelante, cada compañia solo observó dos angulos en los demas triangulos, y estos fueron comunes segun se tenia dispuesto. 602 XIII. Señal en Javicatsu. En Javicatsu se mantuvieron desde el 18 hasta el 26 de septiembre. Esta estacion fue de las menos incomodas que huvo porque el cerro donde estaba el señal era baxo; su temperamento, no muy frio, y alegre el país, á que se agregaba que, con la immediacion en que estaba el pueblo de Píllaro, no carecian de ninguna providencia que se necessitasse.

603 XIV y XV. Señales en los páramos de Mulmul y Guayama. Estos dos páramos se colocan unidos porque, estando immediatos, forman las faldas de ellos con el encuentro reciproco de sus lomas una ensillada, en cuya medianía havia una baquería, la qual sirve unicamente de albergue á los indios quando van á hacer rodeo de los ganados bacunos que pastean en sus pendientes. En esta baquería se alojaron Don Jorge Juan, Mr. Godin y los que les seguian el 30 de septiembre; y tomando diariamente la madrugada, iban á uno y otro cerro quando la bonanza del tiempo ofrecia oportunidad para hacer las observaciones. Pero como aquella distancia que se estendía entre ambos era tan corta y preciso comprobar las siguientes que fuessen concluidas por ella con la de otros triangulos auxiliares, se hizo indispensable determinar los sitios en donde havian de estar y detenerse allí hasta que, quedando establecidas, se finalizaron todas las observaciones que correspondian, lo qual se consiguió el 20 de octubre. 604 Concluidas las dos estaciones antecedentes, passaron á la villa de Riobamba con animo de continuar la obra sin detencion; pero, viendo que se ofrecían algunas dificultades sobre la mejor disposicion que debia darse á los triangulos subsequentes y que tanto la compañia francesa como nosotros empezabamos á padecer escasez de dinero, pareció conveniente aprovechar en su solicitud el tiempo que se havia de tardar en determinar los parages donde debian ponerse los señales.

Y, á este fin, salieron los mismos Mr. Godin y Don Jorge Juan de Riobamba para Quito el 7 de noviembre y no pudieron estar de retorno hasta el 2 de febrero de 1739 porque el primero se halló falto de salud con unas fiebres que le sobrevinieron, y no le permitieron que se pusiese antes en camino. 605 XVI y XVII. Señales en los páramos de Amula y Sisa Pongo. Las observaciones que se debian hacer en el señal de Amula las dexaron evaquadas antes de passar á Quito y desde el 2 de febrero, que se restituyeron á Riobamba, hasta el 19 estuvieron empleados en terminar las que correspondian al páramo de Sisa Pongo. 606 XVIII. Señal en el cerro de Sesgum. En el cerro de Sesgum solo fue la demora desde el 20 hasta el 23 de febrero porque el señal estaba en la falda de un cerro, de donde se aprovechaban los momentos en que los demás páramos se hallaban sin el embarazo de las nubes que regularmente los rodean. 607 XIX. Señal en el páramo de Senegualap. El señal de Senegualap los detuvo en su estacion desde el 23 de febrero hasta el 13 de marzo; no obstante, este páramo no fue de los mas penosos que huvo en la meridiana. 608 XX. Señal en el páramo de Chusay. De Senegualap passaron al páramo de Chusay, cuyo señal no fue menos molesto para aquella compañia que para la nuestra, pues se detuvieron en él desde el 14 de marzo hasta el 23 de abril. 609 La estacion de este páramo no le correspondia á mi compañia porque, siguiendo el orden alternativo que debian guardar las dos, era el de Senegualap adonde nos tocaba ir nosotros; pero, viendo despues de haver concluido las observaciones en Lalanguso que se detenían en Quito, Mr.

Godin y Don Jorge Juan, determinamos formar dos compañias de la nuestra para ir adelantando la medida interin que la otra se restituía, y á este fin Mr. Bouguer, que componia la una, passó al señal de Senegualap, y Mr. de la Condamine y yo fuymos al de Chusay pero, haviendonos alcanzado en él Mr.Godin y Don Jorge Juan, volvimos á reunirnos en la nuestra y a continuar siguiendo el orden que debia guardarse reciprocamente. 610 XIX. Señal en el páramo de Sinasaguán. Este páramo, que fue de los comunes á ambas compañias, las recibió á un mismo tiempo, y la de Don Jorge Juan estuvo en él desde el 28 de abril hasta el 9 de mayo, que, concluyendo igualmente entrambas las observaciones, fueron compañeras, como en esto, en el sufrimiento de los trabajos que el riguroso clima de aquel parage ofreció. 611 XXII. Señal en el páramo de Quinoá Loma. El páramo de Quimoá Loma fue tambien del numero de los penosos que huvo entre los de la meridiana; y passando á él desde Sinasaguán, fue preciso mantenerse hasta el 31 de mismo mes, que se dió fin á la medida de los angulos correspondientes á este señal. 612 De Quinoá Loma passaron por el pueblo de los Azogues y, dexando en él instrumentos y equipages, fueron á Cuenca á reconocer los llanos de Talqui y Baños para hacer eleccion de el que huviesse de servir de base y, haviendo recaido en este ultimo y convenido con nosotros en la disposicion que se havia de dar á los señales, se restituyeron á los Azogues.

613 XXIII. Señal en el páramo de Yasuay. El 15 de junio passaron al páramo de Yasuay y permanecieron en él hasta el 11 de julio, que, haviendo terminado, volvieron á Cuenca, donde se emplearon en medir la base de los Baños y empezar la observacion astronomica, en lo qual se estuvieron hasta el 10 de diciembre del mismo año, que, siendo preciso fabricar de nuevo otro instrumento para hacerlas con mas seguridad y satisfaccion, se restituyeron á Quito con este fin. 614 XXIV, XXV, XXVI y XXVII. Señales en Ñamurelte, Guanacauri, los Baños y la torre de la iglesia mayor de Cuenca. Mientras que estuvieron haciendo en Cuenca la observacion astronomica, evaquaron las que correspondian á la medida geometrica en los quatro señales de Ñamurelte, Guanacauri, los Baños y la torre de la iglesia mayor de Cuenca. Las primeras tres estaciones sirvieron para ligar la base, que se estendia desde Guanacauri hasta los Baños, con la serie de los triangulos, y la ultima para que lo quedase el observatorio con ella, y las dexaron concluidas en esta ocasion pues, aunque fue necessario volver á Cuenca en el año siguiente para repetir la observacion astronomica, yá entonces estaban terminadas por aquella parte todas las operaciones tocantes á la medida geometrica. 615 XXVIII, XXIX, XXX, XXXI y XXXII. Señales en los cerros de Guápulo, Pambamarca, Campanario, Cuicocha y en Mira. El año de 1744, quando, con el fin de concluir toda la obra, volvimos á la provincia de Quito, dexando evaquados los assuntos que havian sido causa para que, terminadda la observacion astronomica en Cuenca, quedasse suspensa, como yá se advirtió, hizo Don Jorge Juan cinco estaciones mas porque fue preciso que repitiesse las de Guápulo y de Pambamarca, á fin de prolongar los triangulos por la parte del norte y que fuesse de nuevo á los cerros del Campanario y Cuicocha. En estos dos y en Pambamarca huvo de alojarse en ellos y detenerse, como antes havia practicado, expuesto á los rigores de su intemperie y incomodidades hasta que finalizó las observaciones que las correspondian; no assi en el de Guápulo y en el de Mira, que sirvió para ligar aquel observatorio; y como esta estacion y observacion ultima la executamos unidos, no es necessario repetir el tiempo en que se concluyó porque queda ya advertido.

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