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Datos principales
Desarrollo
Capítulo deziocho De los que venden cacao y maíz y frixoles El que trata en cacao suele tener gran copia de ello y tener heredades de cacao, y lo lleva fuera a vender, o lo compra junto para vender por menudo. El que es buen tratante en está mercaduría, las almendras que vende todas son gordas, maciças y escogidas. Cada cosa por sí vende: aparte las que son gordas y maciças, y aparte las que son menudas y como huesos o quebradas, y aparte el ripio de ellas, y cada género por sí las de Tochtépec, las de Anáoac, las de Cuatimala, las de Coatulco, las de Xoloteco, ora sean blanquiscas o cenizientas, ora coloradas. El mal tratante véndelas falsas, porque las cueze y aun las tosta para que parezcan buenas. Y a las vezes échalas en el agua para que se paren gordas, e házelas como cenizientas o pardas, que son las mejores almendras, para engañar. Tiene también este modo para adovallas, que las que son nuevas, para que parezcan gordas, suélelas tostar en la ceniza caliente, y después las embuelve con greda o con tierra húmeda, para que las que parecían menudas parezcan gordas y nuevas. Otro modo tiene para engañar, que en las cáscaras de las almendras mete una masa negra o cera negra que parece ser semejante al meollo de ellas, y algunas vezes los cuescos de aguacates los hazen pedaços y redondeados, y ansí redondeados, los meten en las cáscaras vazías de las almendras, y las que son menuditas o pequeñitas todas las mezcla o las embuelven con las otras almendras que son cenizientas o frescas, y ansí con las otras bastardas.
que parecen ser también cacaos que tienen por nombre cuauhpatiachtli, lo cual haze para engañar a los que compran. El que vende maíz suele ser labrador o lo compra de los labradores para tornallo a vender. El que es buen tratante en este oficio, el maíz que vende es limpio, gordo, sin alguna falla, recio y maciço y duro. Y cada género de maíz véndelo por sí el blanco, el prieto, o el embuelto uno con otro, el blando, el amarillo; y por sí el maíz del valle de Tulucan, y el maíz de otros pueblo, ora sea en grano que sea blando, que sea maciço, cada cosa por sí vende. El mal tratante engaña vendiendo su maíz, y el maíz que es bueno embuélvelo con el maíz comido de corgojo, o con el maíz menudo, o con el maíz pudrido o dañado; y el maíz que es nuevo mézclalo con el maíz de dos o de tres años y aun con el de diez años o con el que está ya dañado o pudrido, o con el que todavía tiene gusano o corgojos, o con el maíz comido de ratones, o con el que se desgrana en la troxe, o con el que está ya muy dañado, que huele mal; al fin, con el que es bien ruin y vellaco. En vendiéndolo, alábalo mucho y tiénelo en gran estima, poniendo encima el mejor maíz y encubriendo el ruin o el dañado o el que está gordo por haver estado en agua y lleno de granças. El que vende frixoles, si es buen tratante de ellos, vende cada género de ellos por sí y los aprecia según su valor sin engaño. Y los frixoles que vende son los que son nuevos, limpios, gordos, que no están dañados, sino tales que como cosa preciosa se pueden guardar o en el arca o en la troxe, como son los frixoles amarillos, colorados, blancos, y los menuditos, y los que están como jaspeados y de otras diversas colores, y los que son muy gordos, que son como havas, que se dizen en la lengua ayecotli.
El que es mal tratante de ellos engaña a los comprantes en vendérselos, porque siempre miente; y más, los que son buenos embuffivelos con los que están daftados o pudridos y cornidos de corgojos. El que vende las semillas de ceniços vende las que son nuevas o las que son de dos o tres años, y las que vende son de muchos y de diversos géneros, como las que van aquí nombradas. El que es mal tratante en esto, las que son buenas mézclalas con las que están dañadas, pudridas y con las que amargan, y con otros que aparentes y no verdaderas. El que vende las semillas que parecen linaça, que se dize chían, vende las que son blancas, o las que están pintaditas como jaspeadas, o las que no estuvieron bien sazonadas por causa del hielo, cada una por sí. El que es mal tratante de éstas, las que son buenas embuélvelas con las que son aparentes y dañadas, que se dizen polócatl y coçolli, que son unas semillas de que no se puede sacar óleo. El que vende o es tratante en axí, que es la pimienta de está tierra, vende el axí de todos géneros que van aquí nombrados, como son los que son largos o anchos, y los que no son tales, grandes y menuditos, verdes y secos, y los que son del verano, y los del estío, y todos los que se hazen en diversos pies; y los venden cada un género por sí, y los que se cogen después de tocados del hielo. El que es mal tratante en está mercaduría, los que venden son los que están dañados y hediondos, y los redruejos, y los que no están aún bien sazonados, sino muy verdes y chiquitos, y tales que aún no están acabados de hazer.
El que trata en tomates suele vender los que son gruesos y también los menudillos, y todos los que son de muchos y diversos géneros, según se trata en el texto, como son los tomates amarillos, colorados y los que están bien maduros. El que es mal tratante en esto vende los que están pudridos y machucados, y los que están aún azedos. Vende también los que aún no están bien maduros sino muy verdes, y cuando se comen rebuelven el estómago, ni dan sabor alguno, sino que provocan las reumas. El que vende pepitas de calabaças tiene de oficio vender todas las que son de diversas especies, y las que se tuestan y se embuelven con alguna masa mezclada con sal, por lo cual son apetitosas de comer. El mal tratante en esto vende las que están pudridas y dañadas, y las que amargan, y las que están tostadas y demasiado saladas.
que parecen ser también cacaos que tienen por nombre cuauhpatiachtli, lo cual haze para engañar a los que compran. El que vende maíz suele ser labrador o lo compra de los labradores para tornallo a vender. El que es buen tratante en este oficio, el maíz que vende es limpio, gordo, sin alguna falla, recio y maciço y duro. Y cada género de maíz véndelo por sí el blanco, el prieto, o el embuelto uno con otro, el blando, el amarillo; y por sí el maíz del valle de Tulucan, y el maíz de otros pueblo, ora sea en grano que sea blando, que sea maciço, cada cosa por sí vende. El mal tratante engaña vendiendo su maíz, y el maíz que es bueno embuélvelo con el maíz comido de corgojo, o con el maíz menudo, o con el maíz pudrido o dañado; y el maíz que es nuevo mézclalo con el maíz de dos o de tres años y aun con el de diez años o con el que está ya dañado o pudrido, o con el que todavía tiene gusano o corgojos, o con el maíz comido de ratones, o con el que se desgrana en la troxe, o con el que está ya muy dañado, que huele mal; al fin, con el que es bien ruin y vellaco. En vendiéndolo, alábalo mucho y tiénelo en gran estima, poniendo encima el mejor maíz y encubriendo el ruin o el dañado o el que está gordo por haver estado en agua y lleno de granças. El que vende frixoles, si es buen tratante de ellos, vende cada género de ellos por sí y los aprecia según su valor sin engaño. Y los frixoles que vende son los que son nuevos, limpios, gordos, que no están dañados, sino tales que como cosa preciosa se pueden guardar o en el arca o en la troxe, como son los frixoles amarillos, colorados, blancos, y los menuditos, y los que están como jaspeados y de otras diversas colores, y los que son muy gordos, que son como havas, que se dizen en la lengua ayecotli.
El que es mal tratante de ellos engaña a los comprantes en vendérselos, porque siempre miente; y más, los que son buenos embuffivelos con los que están daftados o pudridos y cornidos de corgojos. El que vende las semillas de ceniços vende las que son nuevas o las que son de dos o tres años, y las que vende son de muchos y de diversos géneros, como las que van aquí nombradas. El que es mal tratante en esto, las que son buenas mézclalas con las que están dañadas, pudridas y con las que amargan, y con otros que aparentes y no verdaderas. El que vende las semillas que parecen linaça, que se dize chían, vende las que son blancas, o las que están pintaditas como jaspeadas, o las que no estuvieron bien sazonadas por causa del hielo, cada una por sí. El que es mal tratante de éstas, las que son buenas embuélvelas con las que son aparentes y dañadas, que se dizen polócatl y coçolli, que son unas semillas de que no se puede sacar óleo. El que vende o es tratante en axí, que es la pimienta de está tierra, vende el axí de todos géneros que van aquí nombrados, como son los que son largos o anchos, y los que no son tales, grandes y menuditos, verdes y secos, y los que son del verano, y los del estío, y todos los que se hazen en diversos pies; y los venden cada un género por sí, y los que se cogen después de tocados del hielo. El que es mal tratante en está mercaduría, los que venden son los que están dañados y hediondos, y los redruejos, y los que no están aún bien sazonados, sino muy verdes y chiquitos, y tales que aún no están acabados de hazer.
El que trata en tomates suele vender los que son gruesos y también los menudillos, y todos los que son de muchos y diversos géneros, según se trata en el texto, como son los tomates amarillos, colorados y los que están bien maduros. El que es mal tratante en esto vende los que están pudridos y machucados, y los que están aún azedos. Vende también los que aún no están bien maduros sino muy verdes, y cuando se comen rebuelven el estómago, ni dan sabor alguno, sino que provocan las reumas. El que vende pepitas de calabaças tiene de oficio vender todas las que son de diversas especies, y las que se tuestan y se embuelven con alguna masa mezclada con sal, por lo cual son apetitosas de comer. El mal tratante en esto vende las que están pudridas y dañadas, y las que amargan, y las que están tostadas y demasiado saladas.