ANTIGÜEDADES DE LA NUEVA ESPAÑA
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Descubrimiento
Desarrollo
Entre las muchas crónicas que se escribieron en el siglo XVI con objeto de dar a conocer en el Viejo Mundo las maravillas desconocidas del Nuevo, la de Francisco Hernández, Antigüedades de la Nueva España, es una de las más atractivas. En ella se recoge la historia de los pueblos nahuas, principalmente la de los mexicas y tetzcocanos. Francisco Hernández es una de las figuras de más relieve en la medicina española del Renacimiento. Nacido en Toledo, se formó en la Universidad de Alcalá de Henares, en un ambiente erasmista. Felipe II lo nombró protomédico general en todas las Indias, islas y tierra firme del mar océano y le encargó la primera misión científica de envergadura en el Nuevo Mundo, nada menos que el estudio de la flora americana. Durante seis años Hernández observó plantas, animales y minerales de Nueva España. Fruto de su investigación son sus escritos editados sucesivamente en Roma, Madrid y México, por los cuales ha sido llamado el Dioscórides del Nuevo Mundo. Durante su estancia en México, Hernández se interesó también en la civilización azteca y escribió las Antigüedades de la Nueva España para darla a conocer en Europa. En este libro plasmó su sensibilidad de hombre renacentista abierto a la comprensión de otras culturas. De forma amena, clara y sencilla, describe en él la vida y la historia de los pueblos nahuas de la región central de México. A casi quinientos años del encuentro del Viejo y Nuevo mundos, la obra del famoso médico toledano tiene un valor que indudablemente captarán los lectores contemporáneos.