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monumento
Hasta hace pocos años, esta coqueta iglesia,se escondía detrás de la morera. El templo, en el que durante el año ni siquiera se celebra misa todos los fines de semana, sólo guarda recuerdos para los lugareños, a pesar de que esconde historias legendarias.
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Se trata de una iglesia neoclásica levantada a finales del siglo XVIII, aunque todavía conserva estructuras anteriores, de los siglos XVI - XVII. Tiene planta de cruz latina y un amplio crucero, y abundan las tallas y diversas obras del escultor estellés Bernabé Imberto. En su exterior, presenta muros de sillería y una torre cuya parte inferior es del siglo XVI y la superior es ya de estilo neoclásico.
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Arco de acceso de la iglesia visigótica de San Pedro de Balsemao en Lamego (Portugal) realizada en el siglo VII.
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Sáo Pedro de Balsemáo, cerca de Lamego, en la provincia portuguesa del mismo nombre, parece otra iglesia de tamaño y distribución similares a Sáo Giao de Nazaré. La nave tiene cuatro metros de ancho y el arco de entrada a la capilla es de 1,60 metros de diámetro; los dos muros conservados podrían delimitar un crucero cuadrado en la intersección de las naves principales. Aquí la construcción sí es de sillería de buen tamaño.
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Las pinturas que decoraron el ábside central y el presbiterio de San Pedro de Burgal, antiguo cenobio benedictino del pueblo de Escaló en el valle de Aneu, nos presentan en la concha absidial al Pantocrátor que recibe el homenaje de dos profetas, situados entre los arcángeles Gabriel y Miguel. En el cilindro se sitúan san Pedro, la Virgen, san Juan Bautista, san Pablo y otros dos apóstoles, todos ellos sentados. Las figuras se ubican entre una amplia cenefa decorada con una greca en la parte superior y la corona lombarda y la greca en la inferior. La zona baja del ábside está ocupada por un cortinaje que sirve de fondo al retrato de la condesa Lucía de Pallars, donante dela obra que aparece con un cirio en la mano.
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En la localidad de Camarma de Esteruelas encontramos una de las joyas del mudéjar madrileño. Se trata de la cabecera de la iglesia de San Pedro, construida posiblemente en el siglo XIII. Tiene la habitual disposición dual, con el presbiterio de planta rectangular y el ábside de planta semicircular, de menor anchura y altura. Al exterior, la cabecera parece asentada en un zócalo de mampostería, con tres cuerpos sobrepuestos encima formados por arcos ciegos de medio punto doblados, siendo el cuerpo intermedio de mayor altura. Esta estructura es habitual en algunas iglesias mudéjares de Salamanca, Ávila, Valladolid y Segovia.