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Sorprendente es la advocación de la iglesia parroquial de Zuriáin ya que está dedicada al patrón castellano san Millán. Situada en la parte alta del pueblo, se trata de una construcción medieval que presenta las características de los templos rurales medievales: una sola nave cubierta con una bóveda simple, coronada por un ábside y con una torre a los pies.
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Iglesia del tipo basilical, magníficamente conservada. La decoración de su fachada con piedras de diferentes colores, buscando unos efectos geométricos de contraste cromático, fue uno de los recursos ornamentales más querido por los constructores del centro de Italia, consiguiendo así una de las obras maestras del llamado pre-renacimiento.
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Junto al Baptisterio, la iglesia de San Miniato al Monte es una de las escasas muestras de la arquitectura románica florentina.
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A principios del siglo XI se comenzó la reconstrucción de esta iglesia donde la influencia lombarda se observa más en la decoración de mármoles del muro que en la propia estructura del edificio que sigue los planteamientos de las iglesias basilicales. Se compone de tres naves separadas entre sí por pilares cruciformes alternados con columnas.
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<p>Junto al Baptisterio, la iglesia de San Miniato al Monte es una de las escasas muestras de la arquitectura románica florentina. En este lugar fue sepultado, en el siglo III, el primer mártir florentino llamado Miniato. El propio Carlomagno acudió al lugar en peregrinación, mandando edificar una pequeña ermita que fue ampliada en el año 1018 por el obispo Hildebrando, completándose los elementos decorativos en el siglo XIII. Se trata de una iglesia de planta basilical con tres naves, separadas entre sí por pilares cruciformes alternados con columnas. Algunos de los capiteles son reutilizados de época romana. La nave central se cubre con un artesonado de madera policroma mientras que el pavimento fue realizado en mármol, presentando en el centro un conjunto decorativo inspirado en los signos del Zodiaco. En el fondo de esta nave se levanta la elegante Capilla del Crucifijo, construida por Michelozzo en 1448 para albergar el milagroso crucifijo del fundador de la orden de los vallombrosinos, san Juan Gualberto, que hoy se conserva en la iglesia de Santa Trinità. En la nave lateral izquierda se encuentra la capilla del cardenal de Portugal, espacio de planta de cruz griega construido por un discípulo de Brunelleschi para acoger la tumba del cardenal-arzobispo de Lisboa, Iacopo di Lusitania, obra de Rossellino. Detrás de la nave central, una verja de hierro forjado nos permite el acceso a la cripta de siete naves, construida en el siglo XI para alojar las reliquias del santo mártir. La sacristía es de estilo gótico ya que fue construida en el año 1387. Desde aquí se accede al claustro, decorado en 1440 por Paolo Uccello, aunque desgraciadamente quedan escasos restos de la decoración original. La fachada se empezó a construir en el siglo XII y se concluyó en la centuria siguiente. Presenta el típico paramento florentino, con mármoles blancos y verdes de Prato, organizado en compartimentos geométricos. En la zona inferior muestra el clásico ritmo de cinco arquerías ciegas y tres portales, similar a Santa Maria Novella. Entre los mármoles sobresale un mosaico sobre fondo dorado realizado en el siglo XIII en el que aparece Cristo, situado entre la Virgen y san Miniato. El frontón que remata la fachada esta decorado con un águila, símbolo del Arte di Calimala que desde 1288 administraba la iglesia. En 1518 fue levantado el campanario, siguiendo los diseños de Baccio d'Angiolo.</p>