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Este jarrón de girasoles que contemplamos junto a Catorce girasoles y otros lienzos fueron realizados por Van Gogh para la decoración de la casa amarilla en Arles, formando parte de una serie, debido a la inminente llegada de Gauguin. Ambos pintores formarían - según la idea de Vincent - el germen de una sociedad de artistas en la que se compartirían gastos e ideas. Vincent quería causar buena impresión a su compañero, eligiendo como temática para la decoración una de las flores más abundantes de la Provenza. El sencillo jarrón - sobre el que estampa la firma - se sitúa sobre un espacio ocre, posiblemente una mesa, delimitado por una gruesa línea de la pared pintada en tonos verdoso-azulados. El jarrón también está delimitado por una línea similar. Los girasoles se distribuyen por el espacio de manera arbitraria, contrastando sus tonalidades con el fondo. La pincelada empleada por Van Gogh es muy rápida, aplicando el color con facetas - véase el jarrón donde se aprecian los toques de pincel - iniciando casi definitivamente una pincelada en espiral que caracterizará su pintura - Noche estrellada o Campo de trigo son buenos ejemplos -. Los tonos empleados, azules, ocres, amarillos y verdes, son muy del gusto del pintor, jugando con los contrastes entre los diferentes lienzos que decoraban las paredes de la casa. Uno de los compañeros de estos girasoles fue vendido en 1987 a una aseguradora japonesa en 5.000 millones de pesetas aproximadamente, suponiendo en su momento el récord mundial de ventas para una obra de arte, roto rápidamente con la subasta de los Lirios. Paradójicamente, Vincent sólo vendió en vida un cuadro y en la actualidad sus obras están alcanzando precios inconmensurables.
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Este magnífico retrato está directamente relacionado con la galería de personajes que encontramos en el Entierro del señor de Orgaz. Los especialistas lo han identificado - basándose en el parecido existente entre esta imagen y un lienzo que guarda la Biblioteca Nacional - con el doctor Rodrigo de la Fuente, médico muy famoso en Toledo - es mencionado por Cervantes en una de sus obras - que era amigo del artista y que falleció en la Ciudad Imperial en 1589, a los 80 años. Doménikos nos muestra a su amigo con el austero traje oscuro de la Corte de los Austrias, con puños y golilla de encaje, portando en su pulgar izquierdo una sortija identificativa de su profesión. Apoya su mano izquierda en un libro mientras con la derecha parece hacer un gesto explicativo. El centro de atención es el rostro, en el que Doménikos capta el alma del personaje, mostrando su personalidad y su carácter; recortado sobre un fondo neutro - siguiendo los modelos de Tiziano y Tintoretto - elimina toda referencia espacial y los elementos superfluos para que la mirada se dirija al rostro del doctor, creando un retrato de gran belleza y soberbia expresividad. Esta obra procede de la Colección Real, pudiendo tratarse de uno de los retratos de El Greco que poseía Velázquez.
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Entre 1630 y 1640 Rembrandt realizó, además de excelentes retratos, una importante cantidad de aguafuertes del mismo género para imprimir de esa manera varias copias que el cliente podía repartir a su gusto como apreciamos en el grabado de Cornelis Claesz. Anslo. Este retrato del doctor Ephraín Bueno es un boceto preparatorio en color para el posterior aguafuerte. Prueba de ello es el pequeño formato de la tabla donde ha sido pintado y el abocetamiento de la composición, trabajando con pinceladas sueltas. El maestro centra toda su atención en el rostro del doctor, captando perfectamente la expresión y la personalidad de este médico portugués que había huido de su país debido a la persecución inquisitorial, recalando en Amsterdam donde la libertad religiosa era mayor. La sinagoga de la capital holandesa estaba cerca de la casa de Rembrandt quien mantenía intensas relaciones con algunos miembros de la comunidad judía.
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Tras cortarse el lóbulo de la oreja izquierda, Vincent fue internado en el hospital de Arles donde permaneció ingresado entre el 24 de diciembre y 7 de enero, siendo atendido por el doctor Félix Rey. Posteriormente mantuvieron el contacto y fue este médico el que suministró un tratamiento con drogas al pintor con el que se obtuvo bastante éxito, aunque el paciente gritaba y hablaba a solas en público. El retrato que contemplamos fue realizado por Van Gogh como señal de agradecimiento - también se piensa que se trataría de un encargo de la madre del doctor - siendo curiosamente empleado para tapar temporalmente un agujero que había en la casa de los Rey. La figura del médico se sitúa en primerísimo plano, recortada ante un fondo con aspecto decorativo, recordando a las estampas japonesas, muy similar al empleado en La Berceuse. La profunda mirada del doctor Rey cautiva al espectador, posiblemente como hizo con Vincent. El artista vuelve a recurrir a las líneas de los contornos marcadas con color oscuro, delimitando claramente cada uno de los espacios, espacios que se rellenan de color aplicado con largas pinceladas apreciables a simple vista. Pero es el gesto del doctor el que inmediatamente llama nuestra atención, interesándose por captar la personalidad de su modelo, siguiendo Vincent a la escuela holandesa barroca con Rembrandt a la cabeza.
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En julio de 1890 Van Gogh está en Auvers-sur-Oise, pueblo del noroeste de París, donde será vigilado por el doctor Gachet, famoso médico homeópata y amigo de algunos pintores impresionistas. La relación entre doctor y pintor fue muy estrecha, fruto de la cual es este maravilloso retrato, vendido en mayo de 1990 por 8.500 millones de pesetas, convirtiéndose, junto con los Lirios, en el cuadro más caro de la historia. La figura del doctor se recorta sobre un fondo azulado. Su gesto cansado acodándose sobre la mesa, se refuerza por la mirada y el rictus del rostro, que mira al vacío. La línea ondulada se adueña de la composición especialmente en el gabán, el fondo y la flor que aparece sobre la mesa. Por el contrario, la mesa ha sido pintada de manera plana, como si fuera una estampa japonesa. Algunos contornos han sido remarcados con tonos más fuertes, recuerdo de la influencia de sus amigos Bernard y Gauguin. Los tonos empleados son oscuros, recurriendo al rojo y al azul como colores complementarios; en contraste, el rostro y las manos del médico son más claros. Este tipo de retratos intimistas nos acercan al modelo, dando la impresión de conocerlo de antiguo. También retratará Vincent a la hija del doctor, Marguerite Gachet, tocando el piano.
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En Auvers, Vincent pudo experimentar con éxito en la técnica del aguafuerte ya que el doctor Gachet, protagonista de este retrato, le permitía utilizar gratis su prensa. De esta manera piensa en copiar sus paisajes para realizar una serie titulada "Recuerdos de Provenza". Paul-Ferdinand Gachet era un famoso médico homeópata que tenía abierta una consulta de gran prestigio en París a la que acudía tres veces en semana, viviendo retirado en el pueblecito de Auvers-sur-Oise. A este médico recurrió Theo - ya que era amigo íntimo de Pissarro y además pintaba por afición - para intentar sanar a su hermano por lo que Vincent se trasladó al norte, para seguir un tratamiento que según Gachet, le curó de su enfermedad. La figura aparece ante un jardín, fumando en pipa, a la edad de 62 años. El dibujo empleado por Van Gogh es sensacional, poniendo de manifiesto su seguridad y firmeza en cada una de las líneas. Con estos trabajos demuestra sobradamente su facilidad para el dibujo aunque en los lienzos prefiera crear las formas con el color. La expresión del modelo es interesante, captando el alma de su buen amigo.
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En una carta a su hermana Wil, Vincent dice en relación a sus retratos: "Quiero hacer retratos que, cien años después, sean como apariciones para los hombres de la época. Pero no pretendo conseguirlo a través de un parecido fotográfico sino mediante la actitud apasionada, utilizando nuestros conocimientos modernos sobre el color y nuestra forma moderna de percibirlo como instrumentos expresivos y métodos para expresar el carácter". Esta filosofía se aplica perfectamente a los dos retratos que elaboró de su buen amigo el doctor Gachet, el médico que estudió su enfermedad y con quien convivió en Auvers-sur-Oise. Van Gogh pinta este retrato igual que siempre, empleando un colorido impetuoso y una pincelada violenta, mostrando el carácter de la persona con la que más convivió en sus últimos meses. Refiriéndose a él dice escribe en una carta a Theo: "El doctor Gachet me parece tan enfermo como tú y como yo, siendo además mucho mayor que nosotros. Hace algún tiempo perdió a su mujer. pero es ante todo médico y su experiencia y su fe le ayudan a mantener el equilibrio. Nos hemos hecho bastante amigos. Estoy haciéndole un retrato, con la cabeza cubierta con una gorra blanca y sus cabellos rubios en un tonos muy claros; la carne de las manos es también muy clara; lleva una levita azul y el fondo es de azul cobalto. Esta apoyado sobre una mesa roja, en la que hay unos libros amarillos y una planta de digital con flores púrpuras".
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Schad inició este tipo de retratos objetivos después de un viaje por Italia, a principios de la década. Con una factura brillante e impecable y una frialdad no menor, se interesa por personajes al margen, a los que retrata como si utilizara un bisturí en lugar de un pincel. Los mira como objetos que provocan su curiosidad, y que pueden provocar deseo. Su mirada es sobria, sin pasión, aún más fría que la de Sander. Igual que en las fotos de aquél, las personas aparecen como objetos de estudio científico, dignos de interés entomológico; solos y aislados, aunque haya más de uno en el cuadro: solos, fríos y ausentes, sin capacidad para manifestar sentimientos y sin posibilidad de establecer una comunicación con otro, deshumanizados.
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Ingres retrató a todos los personajes importantes de la efímera corte romana instaurada por Napoleón en Italia. Entre estos altos cargos franceses se cuenta el doctor Jean Louis Robin, médico militar que le fue presentado por el comandante del ejército francés, el general Miollis. Ingres dibujó su retrato entre 1808 y 1809. Lo sitúa junto a la Villa Médici, donde el artista se alojaba como estudiante, con la iglesia de San Pedro del Vaticano al fondo, fácilmente reconocible por la enorme cúpula.